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ESCOBAR, Gonzalo guila. importancia del lenguaje en el conocimiento y la ciencia. Revista Virtual de Estudos da Linguagem revel . V. 5, n. 8, mar o de 2007. ISSN 1678-8931 [ ]. importancia DEL lenguaje EN EL conocimiento Y LA. CIENCIA. Gonzalo guila Escobar1. RESUMEN: Este art culo pretende reflexionar en torno a la importancia de lenguaje en el conocimiento , y fundamentalmente, en los usos cient ficos. A menudo, la continua divisi n positivista de los saberes en compartimentos estancos, y especialmente, la cl sica distinci n entre letras y ciencias ha distorsionado la realidad hasta el punto de oscurecer una relaci n que es decisiva: el lenguaje hace la ciencia, y la ciencia hace el lenguaje . Desde esta visi n, este trabajo pone de manifiesto esta dif cil relaci n destacando las ventajas e inconvenientes de la misma y concluyendo con la imperiosa necesidad de que cient ficos ling istas trabajen mano a mano en el ideal ling stico que la ciencia requiere.

estructura del conocimiento. c) El conocimiento está orientado hacia la verdad, que se expresa en forma de proposiciones. d) Las palabras intervienen de una manera decisiva en la orientación del pensamiento hacia las cosas. e) La función significativa del

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1 ESCOBAR, Gonzalo guila. importancia del lenguaje en el conocimiento y la ciencia. Revista Virtual de Estudos da Linguagem revel . V. 5, n. 8, mar o de 2007. ISSN 1678-8931 [ ]. importancia DEL lenguaje EN EL conocimiento Y LA. CIENCIA. Gonzalo guila Escobar1. RESUMEN: Este art culo pretende reflexionar en torno a la importancia de lenguaje en el conocimiento , y fundamentalmente, en los usos cient ficos. A menudo, la continua divisi n positivista de los saberes en compartimentos estancos, y especialmente, la cl sica distinci n entre letras y ciencias ha distorsionado la realidad hasta el punto de oscurecer una relaci n que es decisiva: el lenguaje hace la ciencia, y la ciencia hace el lenguaje . Desde esta visi n, este trabajo pone de manifiesto esta dif cil relaci n destacando las ventajas e inconvenientes de la misma y concluyendo con la imperiosa necesidad de que cient ficos ling istas trabajen mano a mano en el ideal ling stico que la ciencia requiere.

2 PALABRAS-CLAVE: Filosof a del lenguaje ; lenguaje cient fico-t cnico. 1. FILOSOF A Y lenguaje . A prop sito de la cita del Evangelio de San Juan: La Palabra estaba junto a Dios y Dios era la palabra , Miguel de Unamuno (Apud Mu iz, 1989: 16) coment en su discurso de despedida de la vida acad mica que en el principio fue la Palabra. Y en el fin tambi n lo ser , pues a ella ha de volver todo. Que no es s lo un por qu , una causa inicial, sino un para qu , un fin. Y es un por qu por ser un para qu . Y en el principio fue la palabra porque el ser humano, si en algo se diferencia del resto de las especies, si algo lo distingue de los animales es su capacidad de articular un lenguaje , la capacidad de hablar con sus semejantes. Esta consideraci n dimana de la filosof a griega en cuyo contexto Arist teles defini el hombre como un ser vivo que tiene logos. Pero la idea del logos no se refer a nicamente a la capacidad de razonar o al ser humano como ser racional, sino que en la filosof a griega, logos apuntaba al 1.

3 Universidad de Granada. 1. mbito del lenguaje , a la capacidad de ste como esencia del ser humano y es que, como aclara Lled (1970: 68), los griegos no ten an una palabra que significara lo que nosotros entendemos hoy por lenguaje . Lo m s parecido era el logos, que era tanto la esencia del lenguaje cuanto lo significado en l: el argumento, el tema, el objeto del di logo . El mismo Arist teles (Apud Conesa y Nubiola, 1998: 19) afirmaba que el hombre es el nico ser vivo que tiene palabra . Unos siglos m s tarde, Heidegger (Apud Conesa y Nubiola, 1998: 19) dir . aquello de que: El ser humano habla. Hablamos en la vigilia y el sue o. Hablamos sin parar, incluso cuando no pronunciamos ninguna palabra, sino que escuchamos o leemos; hablamos tanto si nos dedicamos a una tarea o nos abandonamos al ocio. Hablamos constantemente de una forma u otra. Hablamos, porque hablar es connatural al ser humano. El hablar no nace de un acto particular de la voluntad.

4 Se dice que el hombre es hablante por naturaleza. La ense anza tradicional dice que el hombre es, a diferencia de la planta y la bestia, el ser vivo capaz de hablar. Todas estas afirmaciones no hacen sino poner de manifiesto la importancia del lenguaje , el lenguaje como esencia del ser humano. Sin embargo, esta primac a se torna problem tica en su relaci n con el conocimiento , con el pensamiento, con la construcci n conceptual del universo y la realidad. Es decir, c mo se relaciona el lenguaje y el pensamiento?; o dicho de otra manera cuya respuesta servir de basamento a nuestra investigaci n, cu l es el papel que ocupa el lenguaje en el conocimiento de la realidad, es decir, para la ciencia misma? La reflexi n en torno a la dualidad pensamiento/ lenguaje ha sido una constante en el devenir filos fico2 desde Grecia hasta nuestros d as, cobrando en la actualidad una importancia fundamental para la filosof a y la ciencia.

5 Si bien el lenguaje ha sido, como decimos, una constante en el pensamiento humano, la consideraci n del mismo ha variado sustancialmente: podemos considerar el siglo XX como el punto de inflexi n en la concepci n del lenguaje que se conoce con la denominaci n de giro ling stico3, pues 2. Esta reflexi n ha sido en un primer momento objeto de la filosof a hasta que posteriormente la ling stica comenz a constituirse como ciencia y a estudiar el lenguaje de manera aut noma e independiente. En cuanto a la relaci n entre filosof a y ling stica, cons ltese el libro de Georges Mounin, Ling stica y filosof a, Gredos, Madrid, 1979, donde se pone de manifiesto las dif ciles relaciones entre ambas disciplinas motivada por una desconfianza mutua y por la necesidad, como destaca Mounin , de que tanto fil sofos como ling istas que pretenden disertar acerca de un campo de conocimiento que en principio no es el suyo, se especialicen para no cometer errores como muchos de los que ejemplifica en su libro.

6 A ade Von Kutschera en su obra Filosof a del lenguaje , p. 14, que es imposible delimitar bien los dominios de una y otra . 3. Este giro ling stico no est solamente determinado por una especial atenci n al lenguaje , pues, como ya hemos anotado, ha sido un tema muy recurrente a lo largo de la historia del pensamiento. El cambio de 2. la filosof a y toda su problem tica se orienta hacia l de manera que todo problema filos fico se convierte en un problema del lenguaje . Los problemas filos ficos comienzan a considerarse desde el examen de la forma en que stos est n encarnados en el lenguaje natural. Esta honda transformaci n, que abordaremos con mayor profundidad m s adelante, rompe con toda la tradici n anterior de corte psicolog sta4 en la que, seg n Fr polli y Romero (1998:18) el inter s por el lenguaje fue durante mucho tiempo puramente instrumental, sometido a la tesis de la autonom a y prioridad ontol gica del pensamiento sobre el lenguaje , por un lado, y a la de que el pensamiento es accesible desde un punto de vista cognoscitivo sin mediaci n, por otro.

7 Esta visi n responde fundamentalmente a las cosmovisiones de Plat n y su Cratilo o a la imagen cartesiana del lenguaje como espejo de la mente. En esta tradici n se insertan algunos te ricos como J. Locke (Apud Lled , 1970: 34) que comienzan a estimar la relaci n entre pensamiento y lenguaje desde otra perspectiva m s renovadora: I began to examine the extent and certainty of our knowledge. I found it had so near a connexion with words that, unless their force and manner of signification were first well observed, there could be very little said clearly and pertinently concerning knowledge, which, being conversant about truth, had constantly to do with propositions. And though it terminated in things, yet it was, for the most part, so much by the intervention of words, that they seemed scarce separable from our general knowledge. De estas l neas deduce Lled (1970: 34) las siguientes implicaciones: a) Conexi n esencial entre pensamiento y expresi n.

8 B) Necesidad de un an lisis total del fen meno del lenguaje , para penetrar en la estructura del conocimiento . c) El conocimiento est orientado hacia la verdad, que se expresa en forma de proposiciones. d) Las palabras intervienen de una manera decisiva en la orientaci n del pensamiento hacia las cosas. e) La funci n significativa del lenguaje es fuente de su funci n eid tica. paradigma se basar en una consideraci n del lenguaje como modo o v a de acceso a cualquier mbito de estudio o actividad y no como un hecho dependiente del pensamiento y desligado de l. 4. Como se ala Estany, op. cit., p. 41, la intervenci n del sujeto cognoscente en la fundamentaci n del conocimiento marca el papel m s o menos pertinente de la psicolog a en la filosof a y, en consecuencia, las tradiciones m s o menos psicologizantes y naturalistas . 3. Condillac, Monboddo y Herder, comienzan a cuestionarse la independencia del lenguaje respecto al pensamiento y Leibniz sue a con la construcci n de un lenguaje universal del pensamiento que nos conduzca directamente al mismo pensamiento.

9 Humboldt ser , en palabras de Von Kutschera (1979: 325), el primero en defender la tesis de la participaci n del lenguaje en la experiencia con argumentos ling sticamente fundados . Para este fil sofo, los l mites entre el pensamiento y el lenguaje comienzan a estrecharse hasta tal punto que pensar y hablar constituyen una realidad inseparable: La idea m s obvia, pero tambi n la m s mezquina es la de considerar la lengua como un simple medio de comunicaci La lengua no es en absoluto un simple medio de comunicaci n, sino la impronta del esp ritu y de la visi n del mundo del . (Apud Kutschera, 1979: 324). O como dir m s adelante, el concepto no puede prescindir de la palabra, como no puede el hombre deshacerse de los rasgos de su rostro. La palabra es su configuraci n individual y, si llega a perderla, no puede encontrarse de nuevo a s mismo si no es en otras palabras (Apud Kutschera, 1979: 325). En este contexto, en el que las l neas de separaci n entre el lenguaje y la realidad estaban cada vez m s desdibujadas, surge la figura de Gottlob Frege cuya teor a supuso un giro definitivo en la visi n tradicional de esta dualidad5 trasladando los problemas filos ficos a lo problemas del lenguaje de ah que su objetivo fundamental fuera, seg n Fr polli y Romero (1998: 32), el de construir un lenguaje para el pensamiento capaz de ser un veh culo de las argumentaciones matem ticas y un instrumento para la definici n precisa de las nociones matem ticas m s b sicas.

10 Este fin explica el t tulo de la primera obra de Frege, Conceptograf a. Un lenguaje formalizado del pensamiento puro modelado sobre el lenguaje de la aritm tica: lo que pretende este fil sofo es poner de manifiesto las trampas que la palabra pone al pensamiento y para ello propone un lenguaje l gico que acabe con ellas. Wittgenstein, a prop sito de la noci n de n mero que pretend an definir y dar soluci n Frege y Cantor, reflexion acerca de la idea de que el problema y la soluci n del mismo resid an en el profundo desconocimiento de c mo funciona la lengua. Todo esto llev al fil sofo alem n a centrar sus estudios en el problema ling stico como centro del problema filos fico. Si Kant se preguntaba por las condiciones de nuestro conocimiento de la realidad, de la experiencia; Wittgenstein desplazar el centro de 5. Para A. Estany, p. 43, el primero en apuntar un an lisis del lenguaje como modo de abordar la filosof a y todo conocimiento humano, fue Bernhard Bolzano quien, seg n la autora, se convirti en el padre de una tradici n que se extender a a Frege, Russell, Wittgenstein y el positivismo del C rculo de Viena, puesto que Bolzano fue el pionero en sustituir la metaf sica y la ontolog a por la sem ntica.


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