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Un aporte a la espiritualidad del liderazgo en la Pastoral ...

PBJ Copyright 2014, Instituto Fe y Vida lectio divina 1 Itinerario de la lectio divina en ocho pasos: Un aporte a la espiritualidad del liderazgo en la Pastoral Juvenil La lectio divina o lectura orante de la Palabra de Dios, realizada seg n una larga tradici n en la Iglesia cat lica, implica varios movimientos o pasos. Su fin es abrir la mente y el coraz n a lo que Dios nos quiere decir a trav s de su palabra revelada en la Sagrada Escritura, para convertir su Palabra en vida con la ayuda del Esp ritu Santo. Este documento tiene dos objetivos: presentar de manera general la lectio divina y ofrecer una gu a para llevarla a cabo con profundidad con cualquier pasaje de la Escritura con el que se desee hacer oraci n. Se ofrece para asesores y animadores juveniles que tienen un nivel medio de formaci n b blica y una experiencia con este m todo de oraci n gracias a metodolog as y enfoques destinados a la juventud, como en la serie Di logos Semanales con Jes s y el programa de Lectionautas.

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1 PBJ Copyright 2014, Instituto Fe y Vida lectio divina 1 Itinerario de la lectio divina en ocho pasos: Un aporte a la espiritualidad del liderazgo en la Pastoral Juvenil La lectio divina o lectura orante de la Palabra de Dios, realizada seg n una larga tradici n en la Iglesia cat lica, implica varios movimientos o pasos. Su fin es abrir la mente y el coraz n a lo que Dios nos quiere decir a trav s de su palabra revelada en la Sagrada Escritura, para convertir su Palabra en vida con la ayuda del Esp ritu Santo. Este documento tiene dos objetivos: presentar de manera general la lectio divina y ofrecer una gu a para llevarla a cabo con profundidad con cualquier pasaje de la Escritura con el que se desee hacer oraci n. Se ofrece para asesores y animadores juveniles que tienen un nivel medio de formaci n b blica y una experiencia con este m todo de oraci n gracias a metodolog as y enfoques destinados a la juventud, como en la serie Di logos Semanales con Jes s y el programa de Lectionautas.

2 ESQUEMA Introducci n Secci n 1: La lectio divina nutre la espiritualidad de los l deres y asesores en la Pastoral Juvenil Secci n 2: Nacimiento y renacimiento de la lectio divina La lectio divina en los primeros 19 siglos de la Iglesia cat lica Renacer de la lectio divina Secci n 3: Esencia y pasos en la lectio divina Metas de la lectio divina M todo en ocho pasos para la lectio divina Secci n 4: Aportes para pr ctica la lectio divina paso a paso Secci n 5: Esquema sintetizador de la lectio divina Secci n 6: Gu a para preparar una lectio divina que ilumine la jornada de cada d a PBJ Copyright 2014, Instituto Fe y Vida lectio divina 2 Introducci n En general se prefiere hablar de la lectio divina en lat n porque es un t rmino preciso, con una historia concreta, que se refiere a una praxis o pr ctica de oraci n espec fica, la cual podr a resumirse como la lectura-escucha-orante personal de la Palabra de Dios, mediante un ejercicio ordenado y met dico que lleva a la contemplaci n del misterio de Dios y a la acci n seg n el discernimiento de su mensaje durante la oraci n.

3 En su sentido pleno, la lectio divina es un medio privilegiado para el crecimiento espiritual de la persona y, como tal, requiere de una pr ctica constante mediante la cual se va adquiriendo y perfeccionado el h bito de este tipo de oraci n. Como la inmensa mayor a de los cat licos, sean j venes o adultos, no crecieron leyendo la Palabra de Dios y orando con ella a partir del texto sagrado, este documento pretende ayudar a ello, en el marco espec fico de la Pastoral Juvenil, la cual tiene que estar fundamentada en una profunda espiritualidad cristiana o se convierte en actividades secas y desencarnadas del evangelio de Jes s. La lectio divina nutre la espiritualidad en la Pastoral Juvenil La lectura orante de la Sagrada Escritura debe tener un lugar importante en la Pastoral Juvenil y ser una pr ctica frecuente en grupos juveniles parroquiales, movimientos apost licos, retiros, programas de preparaci n para la Confirmaci n.

4 Para que los animadores y asesores puedan facilitar este m todo de oraci n y promoverlo bien con la juventud, se requiere conocerlo y practicarlo como un medio de desarrollo espiritual personal e instrumento de madurez para la Pastoral Juvenil que animan con la Palabra de Dios. Por ello se recomienda realizar lectio divina en reuniones de los equipos de trabajo, sesiones de resoluci n de conflictos y procesos de planificaci n y coordinaci n, pues impregna el trabajo a realizar con el mensaje de Dios a cada uno de los participantes. Es una manera de animar y dar direcci n a las acciones en la Pastoral Juvenil, como actividades importantes en la historia de salvaci n actual, a trav s de los procesos que est n realizando. La Sagrada Escritura nos pone en contacto con Dios cuando la leemos o escuchamos con fe, abiertos y dispuestos a recibir su mensaje.

5 Orar con ella siempre tiene un impacto fuerte y positivo en nuestra vida personal y la vida de la Iglesia. San Pablo desea que la palabra de Cristo habite en nosotros con toda su riqueza (Col 3, 16). sta es la meta de la lectio divina: encontrarnos con Jes s, el Buen Pastor en cuyo modelo descansa la Pastoral administrativa de modo que anime todas las acciones que se PBJ Copyright 2014, Instituto Fe y Vida lectio divina 3 desprenden de ella tomando en cuenta que Jes s es el Camino, la Verdad y la Vida (Jn 10, 11; 14, 6). S lo a trav s de Jes s conocemos la verdad sobre Dios, nosotros mismos y el mundo al que pertenecemos, y alcanzamos la vida plena y abundante que gan para nosotros, como l mismo dijo clara y enf ticamente: Yo he venido a que tengan vida y la tengan en abundancia (Jn 10, 10). Al leer la Palabra de Dios encontramos la raz n de nuestro ser y de nuestra vocaci n a servir en su Iglesia como ministros eclesiales laicos, nutriendo con ella a los equipos de voluntarios que trabajan con nosotros y fermentando el esp ritu del Evangelio en el laicado al que servimos, sean ni os, j venes o adultos.

6 Al orar con la Palabra de Dios siguiendo una lectio divina, cuando desarrollamos nuestra Pastoral Juvenil: Nos aseguramos que estamos viendo el plan de Dios para la creaci n, el mundo y la historia seg n sus designios al realizar los an lisis de la realidad y discernir los signos de los tiempos. Nos dejamos interpelar por su Palabra, abri ndonos a un proceso continuo de conversi n y crecimiento como ministros eclesiales al servicio del pueblo de Dios, tanto en nuestra apertura a los procesos pastorales como durante su ejecuci n. Escuchamos el llamado de Dios a continuar la misi n de Jes s y extender su Reino de amor, justicia y paz, transformando as la cultura y la sociedad con los valores de Jes s, de maneras particulares a trav s de nuestra acci n Pastoral . Valoramos la lectio divina como un m todo de oraci n propio de los laicos y con su pr ctica lo ense amos a las personas que colaboran en los distintos ministerios de la Iglesia, fomentando que a su vez ellas lo utilicen al hacer sus propios ministerios y su apostolado laico.

7 Las siguientes tres secciones ayudan a comprender, valorar y visualizar la lectio divina en un contexto comunitario. PBJ Copyright 2014, Instituto Fe y Vida lectio divina 4 Nacimiento y renacimiento de la lectio divina La lectio divina ha sido practicada desde los primeros siglos de la iglesia, sobre todo por personas en la vida mon stica. Hoy d a se est convirtiendo en uno de los m todos preferidos tambi n entre los laicos, por la riqueza que tiene partir de la Palabra de Dios al hacer oraci n LA lectio DIVINA EN LOS PRIMEROS 19 SIGLOS DE LA IGLESIA CAT LICA La lectura orante de la Sagrada Escritura naci con Or genes (185-254), un te logo que insist a que para leer la Biblia con provecho hay que hacerlo con atenci n, constancia y oraci n. Al darle el nombre de lectio divina o lectura de Dios indicaba que al leer la Biblia no leemos un texto, sino que leemos la presencia activa de Dios en la historia de la humanidad.

8 Con el tiempo se convirti en la columna vertebral de la espiritualidad de los monjes, en uni n con la liturgia y el trabajo manual. En el siglo XII, un monje cartujo de nombre Guido, la describi como una escalera de cuatro pelda os espirituales, por los que los monjes llegaban al cielo: (1) lectura, (2) meditaci n, (3) oraci n y (4) contemplaci n. Esta manera de leer la Escritura implicaba una lectura sistem tica de la Biblia, hecha con el esp ritu atento al mensaje de la Palabra de Dios. Buscaba el conocimiento de la verdad revelada a trav s de los autores humanos, para impulsar con ella el coraz n hacia Dios, centr ndose en las cosas buenas y alejando el mal. Su fin era alcanzar la contemplaci n, como una elevaci n de la mente a Dios, para saborear su amor y su misericordia y que naciera de ellos una congruencia de vida con el querer de Dios. En el siglo XIII, las rdenes mendicantes utilizaban esta manera de orar como fuente de inspiraci n para su movimiento renovador en la iglesia.

9 Con ellas, la lectio divina sali de los monasterios y empez a animar la vida activa y de transformaci n eclesial propia de las rdenes mendicantes. En el siglo XVI, con la Reforma Protestante y la Contrarreforma que trat de mantener la Tradici n cat lica en la interpretaci n de la Sagrada Escritura, sta fue limitada a cl rigos especialistas. Por cuatro siglos, la oraci n con la Palabra de Dios directamente le da de la Biblia, qued restringida a monjes y cl rigos con acceso a ella. Los laicos recib an el mensaje de la Sagrada Escritura a trav s de la predicaci n de los sacerdotes, la educaci n en historia sagrada recibida en los colegios y a trav s del catecismo, y mediante pr cticas de religiosidad popular. Florecieron as otros m todos de oraci n que alimentaron la espiritualidad de los laicos, muchos de ellos basados en relatos o textos de la Sagrada Escritura. Pero al no tener acceso al estudio de la Biblia, en ocasiones se generaron espiritualidades un tanto desarticuladas de la revelaci n de Dios a lo largo de la historia.

10 PBJ Copyright 2014, Instituto Fe y Vida lectio divina 5 RENACER DE LA lectio DIVINA El siglo pasado, el Concilio Vaticano II bas la renovaci n de la iglesia en un regreso a la Sagrada Escritura como fuente de la vida cristiana y de la Tradici n cat lica (1962-1965). En la Constituci n dogm tica sobre la Divina Revelaci n, Dei Verbum , empez a recomendar la lectura constante de la Biblia, acompa ada de la oraci n (DV 25). A partir de entonces, la lectio divina retom su lugar en la vida de la iglesia y, con el fuerte desarrollo del laicado fomentado por el Concilio, la lectura orante de la Palabra de Dios fue abri ndose camino entre los laicos. Hoy d a, la lectio divina se est difundiendo cada vez m s en comunidades eclesiales con diversos carismas y enfoques pastorales, convirti ndose en una fuente de renovaci n espiritual personal y de vivo compromiso eclesial.


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