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Violencia de género - Universidad Veracruzana

20 MENTE Y CEREBRO 48 / 2011 La definici n m s aceptada de Violencia de g nero es la propuesta por la ONU en 1995: Todo acto de Violencia sexista que tiene como resultado posible o real un da o f sico, sexual o ps quico, incluidas las amenazas, la coerci n o la privaci n arbitraria de libertad, ya sea que ocurra en la vida p blica o en la privada . En este marco conceptualizamos la Violencia como la coacci n f sica o ps quica ejercida so-bre una persona para viciar su voluntad y obli-garla a ejecutar un acto determinado . Puede adoptar formas diferentes: f sica, verbal, ps qui-ca, sexual, social, econ mica, etc tera. Unas for-mas de coacci n que se han ejercido, en mayor o menor medida, a lo largo de la binomio inseparableLa Violencia de g nero ha ido impregn ndose con el tiempo de significado social, adulterando de esa manera su definici n original basada en el binomio inseparable de Violencia y g nero. As , de satisfacer una necesidad de superviven-cia se ha convertido en una conducta instru-mental que introduce desigualdad en una rela-ci n interpersonal o mantiene una desigualdad subyacente y estructural.

violencia de género proponen teorías asenta-das en problemas de tipo individual, investigan alteraciones de la personalidad, disposiciones biológicas o experiencias violentas a temprana edad que puedan explicar tales reacciones. Las teorías basadas en la dinámica familiar asumen que la violencia es el resultado de problemas

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1 20 MENTE Y CEREBRO 48 / 2011 La definici n m s aceptada de Violencia de g nero es la propuesta por la ONU en 1995: Todo acto de Violencia sexista que tiene como resultado posible o real un da o f sico, sexual o ps quico, incluidas las amenazas, la coerci n o la privaci n arbitraria de libertad, ya sea que ocurra en la vida p blica o en la privada . En este marco conceptualizamos la Violencia como la coacci n f sica o ps quica ejercida so-bre una persona para viciar su voluntad y obli-garla a ejecutar un acto determinado . Puede adoptar formas diferentes: f sica, verbal, ps qui-ca, sexual, social, econ mica, etc tera. Unas for-mas de coacci n que se han ejercido, en mayor o menor medida, a lo largo de la binomio inseparableLa Violencia de g nero ha ido impregn ndose con el tiempo de significado social, adulterando de esa manera su definici n original basada en el binomio inseparable de Violencia y g nero. As , de satisfacer una necesidad de superviven-cia se ha convertido en una conducta instru-mental que introduce desigualdad en una rela-ci n interpersonal o mantiene una desigualdad subyacente y estructural.

2 Es precisamente en este sentido que la Violencia y el g nero se con-vierten en un binomio inseparable, ya que la primera se usa como mecanismo para conseguir un plus de presencia o influencia respecto a lo explicar la conducta del maltratador se ha apelado con frecuencia a la existencia de una serie de psicopatolog as: car cter agresivo, falta de control de la ira o una infancia marcada por experiencias de malos tratos. Dichas explicacio-nes tienden a buscar una causa externa, por lo que reducen el grado de responsabilidad de la persona que lleva a cabo la acci , los principales modelos te ricos sobre Violencia de g nero proponen teor as asenta-das en problemas de tipo individual, investigan alteraciones de la personalidad, disposiciones biol gicas o experiencias violentas a temprana edad que puedan explicar tales reacciones. Las teor as basadas en la din mica familiar asumen que la Violencia es el resultado de problemas derivados de una interacci n inadecuada en la familia y de los patrones desadaptativos de re-soluci n de problemas de pareja o familiares (o ambos) inherentes en sus relaciones.

3 Las teor as sociales y culturales, por su parte, abogan por la existencia de valores culturales que legitiman el control del hombre sobre la hip tesis surgen precisamente ante la necesidad de explicar el fen meno emergente de la Violencia de g nero. Mas tal enfoque, en el que las mujeres aparecen a menudo como las v ctimas y los hombres como los victima-rios, no se ala a las disposiciones biol gicas o de interacci n como factores que aclaran por s solos la Violencia de g nero: ni las mujeres nacen v ctimas ni los varones est n predeter-minados para actuar como agresores. De hecho, los estereotipos sobre c mo unos y otras deben comportarse, las experiencias que refuerzan la conducta estereot pica y la estructura social que apoyan la desigualdad de poder entre g neros ha contribuido a que se originen patrones de Violencia a lo largo de nuestro ciclo las sociedades en las que no existe una jerarqu a formal de privilegios de unos grupos Violencia de g neroLa asimetr a social en las relaciones entre mujeres y hombres favorece la Violencia de g nero.

4 Es necesario abordar la verdadera causa del problema: su naturaleza ideol gicaFRANCISCA EXP SITORESUMENA gresi n encubierta1La cultura ha legiti-mado la creencia de la posici n superior del var n, lo cual ha facili-tado que las mujeres se sientan agresor act a de forma coherente con su propio objetivo de su-misi n y control, por lo que no existe un nico perfil de tratarse de manio-bras habituales, no parecen da inas. Las v c-timas deben reconocer el maltrato y rechazarlo. ISTOCKPHOTO / MAFALDITANI AGRESIVOS NI PSIC PATAS La Violencia es un recurso que la sociedad y la cultura pone a disposici n de los hombres para su uso en caso de necesidad .22 MENTE Y CEREBRO 48 / 2011sobre otros, donde hombres y mujeres ejercen el mismo poder, los niveles generales de agresi n y de Violencia contra la mujer son inferiores. En cambio, el sistema social del patriarcado inte-gra un mensaje claro que afirma que los m s poderosos se hallan en su derecho de dominar a los menos poderosos y que la Violencia se contempla como una herramienta v lida y ne-cesaria para ello.

5 Hasta hace poco, un art culo del c digo penal espa ol recog a la forma de proceder de los hombres (maridos o padres), otorg ndoles derecho pleno sobre las mujeres en determinadas circunstancias: El marido que, sorprendiendo en adulterio a su mujer, matare en el acto a los ad lteros o a alguno de ellos, o les causare cualesquiera lesiones graves, ser castigado con la pena de destierro. Si les produ-jera lesiones de otra clase, quedar exento de pena. Estas reglas son aplicables, en an logas circunstancias, a los padres respecto de sus hijas menores de veintitr s a os y sus corruptores mientras aquellas vivieren en la casa paterna . El contenido de este art culo no es m s que el reflejo de una sociedad en la que las relaciones entre hombre y mujer se articulaban en torno a la relaci n de g nero y poder. Objetivo: sumisi n y controlEl ejercicio del poder tiene dos efectos funda-mentales, uno opresivo (uso de la Violencia para conseguir un fin) y otro configurador (redefine las relaciones en una situaci n de asimetr a y desigualdad).

6 El sometimiento se convierte en la nica salida posible para mantener la nueva situaci n. La cultura ha legitimado la creencia de la posici n superior del var n, reforzada a su vez a trav s de la socializaci n. Todo ello ha facilitado que las mujeres se sientan inferiores y necesiten la aprobaci n de los hombres para sentirse bien consigo mismas y con el papel en la vida para la que han sido asimetr a de poder de un g nero sobre otro ampara las diferencias y configura el dise o apropiado de proceder en las relaciones: los varones ofrecen la protecci n a las mujeres a cambio de la obediencia y el sometimiento. Ellos ocupan as una posici n de control y dominio. El car cter sutil y encubierto de dicho tipo de sexismo ( sexismo ben volo ) dificulta su de-tecci n al tiempo que obstaculiza las reacciones de rechazo por parte de las la Violencia de g nero es una cuesti n cul-tural que resulta de un proceso de socializaci n, cabr a preguntarse entonces si todos los hom-bres son maltratadores o si existe una psicolo-REGALOS ENVENENADOS En la fase de remisi n o luna de miel , el agresor refuerza a su v ctima con regalos o signos de arrepentimiento, para man-tenerla junto a a del maltratador.

7 Seg n la bibliograf a y mi experiencia profesional, no se trata de hombres agresivos ni de psic patas. La Violencia es un recurso que la sociedad y la cultura ponen a dis-posici n de los hombres para su uso en caso de necesidad , dejando a criterio de cada uno cu n-do surge ese requerimiento. No es posible, por tanto, establecer un perfil nico de maltratador: cada cual representa el papel de forma distin-ta y se comporta de manera diferente. Existen formas diversas de ejercer la Violencia contra las mujeres. La cuesti n estriba en poner nfasis en la clave del problema: qui n agrede y por qu ? El agresor act a de forma coherente con su ob-jetivo de sumisi n y control, lo que contribuye a que no exista un nico perfil del victimario, ya que cada uno experimenta el poder y la ame-naza de forma distinta y act a en consecuencia. As , solo podemos inferir que el elemento nico en com n entre los maltratadores masculinos es su condici n de var a la dificultad para determinar un perfil concreto, existen una serie de rasgos comunes de comportamiento en todos los hombres que maltratan a sus parejas o ex parejas.

8 Responsa-bilizan a la mujer de la situaci n. Ellos son las v ctimas, arguyen. De hecho, con frecuencia se escucha en los grupos de tratamiento con hombres maltratadores comentarios como: [..] ella saca lo peor de m ; [..] lo hace para provocarme . O se aferran a ideales masculi-nos tradicionales. La Violencia resulta para ellos una conducta aprendida y leg tima, as como una forma de simbolizar su poder. Muchos afirman que es la nica manera de calmarla y ponerla en su sitio .A los anteriores rasgos se suman una empat a pobre, una necesidad elevada de reafirmaci n, una intolerancia a no situarse a la altura de su papel, un pensamiento r gido, la creencia de te-ner siempre la raz n en sus actos ( [..] lo hago por tu bien ) y una minimizaci n de las con-secuencias de su comportamiento, adem s de sentimientos de autoestima baja, inseguridad, dependencia y celos.

9 Estos ltimos suponen una actitud posesiva m s all del aspecto puramente sexual, ya que sirven de mecanismo para conse-guir el aislamiento social de la v estudio cuestiona los estereotipos relacionados hasta ahora con la conducta y los rasgos del maltratador (como el consumo de alcohol y drogas, las vivencias traum ticas en la infancia, la Violencia inherente al var n, los problemas ps quicos) y destaca, en cambio, la normalidad del de los principales s ntomas que experimenta la v ctima de malos tratos es el s ndrome del estr s postraum tico ISTOCKPHOTO / NULLPLUSMENTE Y CEREBRO 48 / 2011 23S ndrome de la mujer maltratadaTal como mantiene Luis Bonino, psiquiatra y director del Centro de estudios de la condici n masculina, existe una serie de micromachismos que dificultan la visualizaci n del fen meno del maltrato. Se trata de maniobras normalizadas que desarrollan los varones y que pr cticamente aceptan las mujeres.

10 Los micromachismos sir-ven para mantener el dominio y la superioridad de los hombres frente a las mujeres, para recu-perar la dominaci n ante la que se rebela o para poner resistencia al aumento de poder personal o interpersonal del sexo femenino actual. En po-cas palabras, el denominador com n es atentar contra la autonom a de la tratarse de maniobras habituales, en oca-siones encubiertas, no parecen da inas. Incluso se presentan antes de que afloren las situaciones de Violencia . Entre tales maniobras destacan la insistencia abusiva (el var n persiste en imponer su punto de vista hasta que la mujer cede por cansancio) o la intimidaci n (el autor insin a que si no se le obedece, puede suceder algo). Asimismo, las actuaciones encubiertas pueden producirse durante la situaci n abusiva o de vio-lencia, de tal manera que la mujer muestra difi-cultades para interpretarlas de forma correcta. Es el caso del paternalismo protector (el hombre argumenta actuar siempre por el bien de la mu-jer; porque la quiere), las maniobras de desau-torizaci n (descalifica cualquier trasgresi n del papel tradicional) o incluso el impedimento de que la v ctima busque ayuda para poner fin a una relaci n abusiva, mediante estrategias de l stima (el hombre se muestra incapaz de cui-darse solo, se abandona f sicamente) o con m -ritos (regalos, promesas de cambio y conductas de seducci n).


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