El imperialismo del siglo XIX - ubiobio.cl

1 Tiempo y Espacio 25/2010 ISSN: 0716-9671 (En l nea) ISSN 0719-0867 1 EL imperialismo DEL siglo XIX1 19th Century Imperialism. F lix Briones Quiroz2. Juan Carlos Medel Toro3. RESUMEN: Dos grandes zonas del mundo, frica y el Pac fico, fueron totalmente divididas por razones pr cticas. No qued ning n Estado independiente en el Pac fico, que fue totalmente dividido entre brit nicos, franceses, alemanes, neerlandeses, norteamericanos y japoneses. En 1914 frica pertenec a a los imperios brit nico, franc s, alem n, belga, portugu s y espa ol, con la excepci n de Etiop a, la Rep blica de Liberia en el frica occidental y una parte de Marruecos que todav a resist a la conquista total.

2 El prop sito de este art culo es analizar las principales razones que motivaron a las potencias europeas: Inglaterra, Francia, Alemania, Holanda, Portugal y B lgica, a desarrollar una carrera imperialista en Asia y frica, principalmente. Adem s, de reflexionar en torno a las consecuencias que trajo para el tercer mundo este proceso imperialista y las circunstancias sociales y econ micas sobre las cuales se llev a cabo el neocolonialismo. PALABRAS CLAVES: imperialismo , neocolonialismo, nacionalismo, mercados, explotaci n. ABSTRACT: Two large areas of the world, Africa and the Pacific, were for practical reasons, totally divided. There was no independent state left in the Pacific, which was completely divided between the British, French, German, Dutch, American, and Japanese.

3 In 1914 Africa belonged to the British, French, German, Belgian, Japanese, Portuguese, and Spanish Empires, with the exception of Ethiopia, the Republic of Liberia in western Africa, and a part of Morocco, which still resisted complete conquest. The aim of this article is to analyze the main reasons that motivated the European powers (England, France, Germany, Holland, Portugal and Belgium) to develop an imperialist race in Asia and, principally, in Africa, in addition to reflecting on the consequences that this imperialist process brought to that third world as well as the social circumstances that were brought about by the new colonialism. KEYWORDS: Imperialism, new colonialism, nationalism, markets, exploitation Introducci n. El concepto de imperialismo es de por si pol mico y expuesto a interpretaciones contradictorias.

4 No es f cil definirlo, aunque para la mayor a signifique una pr ctica de dominaci n empleada por las naciones o pueblos poderosos para ampliar y mantener su control o influencia sobre naciones o pueblos m s d biles, no todos los historiadores est n de acuerdo en torno a sus motivaciones y objetivos. Menos consensos existen aun cuando se trata de identificar a los pa ses o naciones imperialistas . En lo que s creemos estar seguros es que sus principales y primigenias acciones son motivadas por razones econ micas. Y ser esta interpretaci n el hilo conductor de nuestro estudio. 1 Proyecto de investigaci n N 056323 4/I, Direcci n de Investigaci n de la Universidad del B o-B o. 2 Doctor en Ciencias: Historia Social, Universidad de Sao Paulo, Brasil.

5 Profesor de la Escuela de Pedagog a en Historia y Geograf a, Universidad del B o-B o. 3 Profesor de Historia y Geograf a. Universidad del B o-B o. Estudiante del Programa de Mag ster en Historia, Universidad de Concepci n. Tiempo y Espacio 25/2010 ISSN: 0716-9671 (En l nea) ISSN 0719-0867 2 El imperialismo del fines del siglo XIX y comienzos del XX fue un proceso motivado por diferentes razones, principalmente econ micas y estrat gicas, que arroj como consecuencia directa la explotaci n de millones de habitantes del tercer mundo, y posteriormente, deriv en un conflicto b lico (resultado directo del imperialismo y de la carrera armamentista europea de la poca) de grandes proporciones entre las potencias imperialistas de turno.

6 El prop sito de este an lisis es mencionar y reflexionar en base al camino que tom este af n imperialista del siglo XIX y a los resultados que arroj para el curso de la historia del siglo XX. Un mundo en el que el ritmo de la econom a estaba determinado por los pa ses capitalistas desarrollados o en proceso de desarrollo existentes en su seno ten a grandes probabilidades de convertirse en un mundo en el que los pa ses avanzados dominaran a los atrasados : en definitiva, convertirse en un mundo imperialista. Pero, parad jicamente, el periodo transcurrido entre 1875 y 1914 se le puede calificar como era del imperio no solo porque en el se desarroll un nuevo tipo de imperialismo , sino tambi n por otro motivo ciertamente anacr nico. Probablemente fue el periodo de la historia moderna en que hubo mayor n mero de gobernantes que se autotitulaban emperadores o que eran considerados por los diplom ticos occidentales como merecedores de ese titulo.

7 En Europa se reclamaban este titulo los gobernantes de Alemania, Austria, Rusia y Turqu a y (en su calidad de se ores de la India) el Reino Unido. Dos de ellos (Alemania y el Reino Unido/India) eran innovaciones del decenio de 1870. Compensaban con creces la desaparici n del segundo imperio en Francia de Napole n III. Fuera de Europa, se adjudicaba normalmente ese titulo a los gobernantes de China, Jap n, Persia Etiop a y Marruecos. En 1918 hab an desaparecido cinco de ellos. El periodo que estudiamos es una era en que aparece un nuevo tipo de imperio, el imperio colonial. Hasta finales de la d cada de 1860, la palabra imperialismo se hab a aplicado sobre todo a la Francia de Napole n III. No fue hasta 1869 cuando se comenz a hablar de el imperialismo en el buen sentido , por lo que se entend a la conciencia de que a veces tenemos (las potencias europeas) el deber ineludible de realizar tareas pesadas u ofensivas como defender el Canad o gobernar Irlanda , frases como esta eran cotidianas en los respectivos gobiernos de turno europeos.

8 Sea como sea, este periodo se caracteriz por un af n de conquista de nuevos territorios por parte de las principales potencias europeas, lo que traer a fatales consecuencias para millones de habitantes africanos y asi ticos, lo cuales ser an explotados de forma indiscriminada para satisfacer las ansias de poder y riquezas de los diferentes gobiernos europeos. Este art culo est basado en el m todo hermen utico- interpretativo, el cual, a trav s de un estudio bibliogr fico, pretende entregar una visi n integral del proceso imperialista llevado a cabo por las potencias europeas de la segunda mitad del siglo XIX. Entre los autores m s destacados, a nuestro parecer, es Eric Hobsbawm, historiador brit nico de prestigio a nivel mundial, de corte marxista, influenciado a su vez por la Escuela de los Annales, miembro insigne de la Historia Social Brit nica de la segunda mitad del siglo XX.

9 Acostumbra utilizar fuentes primarias y efectuar una vasta revisi n bibliogr fica con respecto al tema de estudio, adem s aporta con una visi n cr tica al momento de interpretar el proceso imperialista mencionado. Otro historiador visitado fue Asa Briggs, quien, junto a Patricia Clavin, efectuaron un trabajo concienzudo, tambi n Tiempo y Espacio 25/2010 ISSN: 0716-9671 (En l nea) ISSN 0719-0867 3 basado en fuentes primarias, junto con un an lisis en base a bibliograf a, de corte interpretativo aunque desde un punto de vista m s conservador que Hobsbawm. En b squeda de un objetivo com n. La lucha febril de las potencias colonialistas por los territorios de ultramar dio a las relaciones de los Estados una dureza hasta entonces desconocida.

10 Sin embargo, no eran nicamente las grandes potencias las que chocaban una y otra vez por cuestiones internacionales; tambi n las potencias de segundo rango fueron dominadas por las tendencias imperialistas de la poca. De tal forma que aquellas provocaron el desmoronamiento del sistema de las potencias europeas en la Primera Guerra Mundial. Para algunos Estados europeos, como Inglaterra y Francia, ya hac a tiempo que llevaban a cabo una pol tica de expansi n colonial. Hacia 1885 este proceso de expansi n de la civilizaci n europea por todo el globo sufre una violenta aceleraci n; en pocos a os se convirti en una aut ntica carrera de las potencias europeas tras los territorios de ultramar a n libres , a la que, a partir de 1894, se sumaron tambi n Jap n y los Estados Unidos 4.