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EL PSICOANÁLISIS ¿QUÉ TIPO DE CIENCIA ES?

REVISTA DE LA ASOCIACI N ESPA OLA DE NEUROPSIQUIATR A, Vol. XXV, n 96, Octubre/Diciembre 2005, p ginas 93-111 (93). Antonio S nchez-Barranco Ruiz, Pablo S nchez-Barranco Vallejo, Fernando S nchez- Barranco Vallejo EL PSICOAN LISIS QU TIPO DE CIENCIA ES? PSYCHOANALYSIS, WHAT KIND OF A SCIENCE IS IT? RESUMEN ABSTRACT. El modelo de CIENCIA que la psicolog a The model of scientific knowled- acad mica ha adoptado se atiene casi ge that the academic Psychology had exclusivamente a criterios emp rico-ex- adopted follows, mainly, empirical and perimentales. Desde este basti n se ha experimental criteria. From this stan- tratado de derruir el saber psicoanal tico, dpoint, thus, there have been numerous arroj ndolo a la c rcel de las pseudocien- attempts to devalue the psychoanalytic cias o de los mitos. En un momento deter- body of knowledge by being depicted as minado se intent acercar el psicoan lisis pseudoscienti c or just a myth. Conse- a tal modelo positivista, lo que trajo quently, the psychoanalytic community consigo la p rdida de lo m s esencial del made some efforts to drive Psychoanalysis mismo.

explicaciones de tipo causalista, o, al menos, funcionalista, basadas en presuntas leyes reguladoras de carácter general. El psicoanálisis, a pesar de los deseos de Freud de ubicarlo dentro de las ciencias naturales, no puede ser encuadrado en este marco y de aquí que haya sido sometido reiteradamente a críticas muy duras, tratando de

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1 REVISTA DE LA ASOCIACI N ESPA OLA DE NEUROPSIQUIATR A, Vol. XXV, n 96, Octubre/Diciembre 2005, p ginas 93-111 (93). Antonio S nchez-Barranco Ruiz, Pablo S nchez-Barranco Vallejo, Fernando S nchez- Barranco Vallejo EL PSICOAN LISIS QU TIPO DE CIENCIA ES? PSYCHOANALYSIS, WHAT KIND OF A SCIENCE IS IT? RESUMEN ABSTRACT. El modelo de CIENCIA que la psicolog a The model of scientific knowled- acad mica ha adoptado se atiene casi ge that the academic Psychology had exclusivamente a criterios emp rico-ex- adopted follows, mainly, empirical and perimentales. Desde este basti n se ha experimental criteria. From this stan- tratado de derruir el saber psicoanal tico, dpoint, thus, there have been numerous arroj ndolo a la c rcel de las pseudocien- attempts to devalue the psychoanalytic cias o de los mitos. En un momento deter- body of knowledge by being depicted as minado se intent acercar el psicoan lisis pseudoscienti c or just a myth. Conse- a tal modelo positivista, lo que trajo quently, the psychoanalytic community consigo la p rdida de lo m s esencial del made some efforts to drive Psychoanalysis mismo.

2 Sin embargo, desde la d cada de closer to Positivism, which had as a result los sesenta, algunos venimos insistiendo the loss of its essence. However, since the en ubicarlo en el marco de las ciencias 60's, some psychoanalytic authors have hist rico-hermen uticas, donde la teor a insisted on including the Psychoanalysis y la pr ctica psicoanal ticas recuperan su as a part of the Historical-Hermeneutic total identidad. En este trabajo, de forma knowledge, in order for its theory and muy sint tica, se hace un recorrido de practice to recover all their identity. In todo lo anterior, argumentando en favor our paper, we have brie y reviewed the de la tesis que sit a al psicoan lisis above ideas, supporting the thesis that, dentro de los saberes hist rico-herme- by means of deductive and inductive stra- n uticos vali ndose tanto de estrategias tegies, Psychoanalysis should be placed inductivas como deductivas. into the Historical and Hermeutical boy of knowledge. Palabras claves: Psicoan lisis, Cien- cia, Pseudociencia, Epistemolog a, Keywords: Psychoanalysis, Science, Hist rica, Hermen utica, Deductivo, Pseudoscience, Epistemology, Historical, Inductivo.

3 Hemeneutical, Deductive, Inductive. EL PSICOAN LISIS QU TIPO DE CIENCIA ES? (94) DEBATES. INTRODUCCI N. El modelo cient co actual, particularmente dentro de la Academia, es sin duda de car cter emp rico-experimental, lo que implica una serie de supuestos epistemol gi- cos, tales como los de atenerse al estudio de hechos de car cter objetivo y propiciar explicaciones de tipo causalista, o, al menos, funcionalista, basadas en presuntas leyes reguladoras de car cter general. El psicoan lisis, a pesar de los deseos de Freud de ubicarlo dentro de las ciencias naturales, no puede ser encuadrado en este marco y de aqu que haya sido sometido reiteradamente a cr ticas muy duras, tratando de condenarlo al in erno de las pseudociencias o de los mitos. En tal situaci n, algunos psicoanalistas adoptaron variadas salidas, desde ence- rrarse en una torre de mar l, haciendo o dos sordos a los ataques, hasta proponer reformulaciones del cuerpo te rico psicoanal tico en una l nea acorde con la pers- pectiva de las llamadas ciencias emp ricas (opci n que tambi n intentaron autores ajenos al psicoan lisis), as como otras alternativas m s interesantes, como la de fundamentarlo como un saber ajeno a tal modelo, como lo hist rico-hermen utico, pero no por ello ajeno a lo cient co (1, 2, 3).

4 En cuanto a las reformulaciones empiristas, la gran falla de sus defensores fue el dejar al psicoan lisis sin su alma, sin su esencia, pues tales propuestas derru an totalmente el soporte metapsicol gico, su n cleo fundamental. A partir de la d cada de los sesenta del pasado siglo, sin embargo, se ha venido intentando una nueva forma de justi car el psicoan lisis, encuadr ndolo dentro de las denominadas ciencias hist rico- hermen uticas, lo que ha permitido recuperar sus principales se as de identidad. Pero para que ello sea posible es preciso abandonar una serie de aprio- rismos, como el de concebir la realidad, campo de estudio de toda CIENCIA , como un conjunto exclusivamente formado por hechos objetivos u objetivables, incluyendo en tal realidad lo subjetivo, de imposible objetivaci n a trav s de los m todos cient cos habituales. As mismo, es imprescindible ir m s all de las explicaciones causalistas y funcionalistas, as como de las fenomenol gicas, que s lo dan cuenta de las vivencias conscientes, proponiendo en su lugar explicaciones de car cter din mico-exeg ticas o interpretativas, que conceden el m ximo papel al hallazgo del sentido o signi cado de la realidad ps quica construida en el pasado e incluso en el mismo instante de mostrarse ante el analista, a partir de los determinantes dados por la participaci n de los procesos inconscientes.

5 Antes de emprender la tarea de justi car que la teor a y la pr ctica psicoanal ticas adquieren un sentido adecuado dentro de tal perspectiva, hemos de recordar los fallidos intentos emp ricos, ocup ndonos someramente de las ideas de Bridgman, Madison, Sullivan, Rapaport, Peterfreund, Gear y Liendo, G. S. Klein y Schafer, que fueron los principales representantes de tal modo de entender el psicoan lisis. 4244. EL PSICOAN LISIS QU TIPO DE CIENCIA ES? DEBATES (95). REFORMULACIONES EMP RICAS DEL PSICOAN LISIS. Debe atribuirse a Bridgman (4, 5) el primer intento de convertir al psicoan lisis en una teor a emp rica, para lo que se vali de la estrategia de la utilizaci n del llamado lenguaje operacional, tan en boga en su tiempo, particularmente dentro del sistema conductista, y ello a pesar de que los l sofos ya hab an abandonado entonces tal forma de trabajar en el campo cient co. Bridgman trat , con ello, de dotar al psicoan lisis de unos conceptos objetivables y cuanti cables, gracias a lo que poder incluirlo dentro del modelo cient co imperante en su poca.

6 Su an lisis operacional, sin embargo, result un h brido psicoan lisis-conductismo que no permiti la puesta en marcha de programas de investigaci n productivos para nuestra disciplina. Algunos a os despu s, Madison (6) llev a cabo una propuesta algo similar, tra- tando de establecer una serie de de niciones operacionales y determinadas reglas de correspondencia entre conceptos como la represi n y la defensa, sin duda nucleares en el psicoan lisis, y ciertas conductas mani estas, tratando de correlacionar el lenguaje te rico psicoanal tico con un lenguaje observacional. Tampoco este acercamiento al campo emp rico tuvo xito, no s lo a causa de la naturaleza de su compromiso epis- temol gico, extra o al psicoan lisis, sino tambi n por sus marcadas limitaciones. Ya desde dentro del sistema psicoanal tico no pocos saludaron con j bilo las aportaciones de Sullivan (7, 8), entendiendo que favorec an el de nitivo progreso del estatuto cient co del psicoan lisis, al asentarlo en el tan anhelado camino emp rico, a pesar de que aqu l siempre sostuviera que s lo intentaba hacer unas matizaciones para la mejor utilizaci n de la teor a freudiana (9).

7 En efecto, a nuestro modo de ver, lo que Sullivan llev a cabo fue la inclusi n de factores socio-culturales y una interesante renovaci n del lenguaje psicoanal tico para dar una explicaci n de la de- terminaci n de la estructura del car cter individual, creando seg n Chrzanowski (10), crear fundamentos epistemol gicos m s s lidos para las observaciones cl nicas que los que se lograban con la metapsicolog a tradicional, as como atender a un campo transaccional m s vasto, al incluir en su esquema, de cierta orientaci n operacional, factores culturales y sociales provenientes del medio. Por ello, puede decirse que Sullivan fue uno de los iniciadores del psicoan lisis culturalista, movimiento desde el que Horney, Fromm, Erikson y otros enriquecieron el freudismo, al considerar in- gredientes que daban m s juego que los incluidos en el enfoque biologista entonces existente. Pero nada de ello supuso, desde luego, entrar en los par metros propios de las ciencias emp rico-experimentales tan poco queridos por el propio Freud.

8 En cuanto al intento de sistematizaci n de David Rapaport (11, 12) fue mucho m s comprometido con la perspectiva cienti sta de la poca, ya que trat de encajar los conceptos psicoanal ticos b sicos en un marco empirista a trav s de una serie de tesis, axiomas y teoremas, llegando incluso a delimitar un conjunto de variables que cali c como independientes y dependientes, seg n el m s rancio modelo expe- rimentalista. Rapaport reconoci pronto la inoportunidad de su proyecto, que tuvo 4245. EL PSICOAN LISIS QU TIPO DE CIENCIA ES? (96) DEBATES. como principal defecto el alejarse mucho de los hechos cl nicos (9). Ahora bien, como aspecto positivo ha de subrayarse que la propuesta de Rapaport mostr ciertas posibilidades de formalizaci n y sistematizaci n de la teor a psicoanal tica, abriendo las puertas a la sedimentaci n de una psicolog a general de tipo din mica. En una l nea m s revolucionaria que la anterior, hemos de situar los aportes del psicoanalista neoyorquino Peterfreund, que plante la necesidad de sustituir el mo- delo metapsicol gico por un modelo sist mico y de procesamiento de la informaci n congruente con la neuro siolog a y otros conocimientos positivistas de su poca (13, 14).

9 Desde este enfoque se propuso el abandono de conceptos tan esenciales para el psicoan lisis como los relativos al yo, a la energ a ps quica o libidinal, a los procesos primario y secundario, etc., sustituy ndolos por otros m s acordes con su perspectiva, que sin duda resultaban atractivos, pero muy distantes de la visi n freudiana. Gear y Liendo (15, 16), por su parte, trataron de articular en el mbito metodol - gico el psicoan lisis con la inform tica, para, seg n sus propias palabras, maximizar el rigor y la capacidad operativa del mismo, aplic ndolo satisfactoriamente al pro- cesamiento de los datos cl nicos, con nes diagn sticos, pron sticos, pro l cticos y terap uticos. Ello exig a, naturalmente, de una serie de rede niciones de los conceptos psicoanal ticos, con el n de poderlos traducir al lenguaje inform tico y posterior- mente al tratamiento matem tico. Todo esto no lleg a cuajar, habiendo ca do hoy pr cticamente en el olvido, no s lo porque tal propuesta se alejaba absolutamente de lo que es el genuino psicoan lisis, sino tambi n porque la simpli caci n que exige la informatizaci n se torna imposible con los hechos cl nicos, dada la absoluta incompatibilidad de los complejos conceptos y observaciones psicoanal ticos con los datos concretos de la inform tica.

10 Finalmente, tanto Gerard S. Klein (17) como Schafer (18) trataron de salir del atolladero que impusieron los cr ticos d ndole la espalda a todos los elementos te - ricos del psicoan lisis, proponiendo una pr ctica sin psicodin mica, un lenguaje en acci n, que transform el psicoan lisis en una actividad sin ninguna fundamentaci n conceptual, o, dicho de otra forma, en una especie de tarea artesanal. La cr tica que a todas las anteriores reformulaciones empiristas podemos hacer es que sus autores trabajaron con presupuestos m s o menos desgajados del con- texto cl nico psicoanal tico, suponiendo adem s en muchos casos el abandono del m s espec co soporte te rico freudiano. Por otra parte, no hay que olvidar que las disciplinas psicol gicas emp rico-experimentales, como a rma Ricoeur (19), se ocupan de hechos que derivan de la observaci n directa de la conducta mani esta, mientras que la esencia del psicoan lisis est en desenvolverse en un campo dado por la b squeda de relaciones de sentido entre los objetos sustituidos y los objetos originarios (y perdidos) de la pulsi n.


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