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EL TRATAMIENTO DE LA MOTRICIDAD EN LA …

1 EL TRATAMIENTO DE LA MOTRICIDAD EN LA ETAPA INFANTIL Juan Antonio Moreno. Universidad de Murcia. Espa a. Mar a Carmen Mart nez, Ana Mar a Mart nez, Marina Montoya, Ainhoa Plaza, Mar a Fuensanta S nchez, M Asunci n Murcia. Unidad de Investigaci n en Educaci n F sica y Deportes. Espa a. RESUMEN El objetivo de nuestro estudio es comprobar cual es la importancia concedida al TRATAMIENTO de la MOTRICIDAD en la etapa infantil por parte del educador. Para ello, hemos utilizado el Cuestionario de An lisis de la MOTRICIDAD Infantil ( ), aplic ndolo a una muestra de 647 estudiantes de 2 Ciclo de la Educaci n Infantil.

1 EL TRATAMIENTO DE LA MOTRICIDAD EN LA ETAPA INFANTIL Juan Antonio Moreno. Universidad de Murcia. España. María Carmen Martínez, Ana María Martínez, Marina Montoya, Ainhoa Plaza, María

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1 1 EL TRATAMIENTO DE LA MOTRICIDAD EN LA ETAPA INFANTIL Juan Antonio Moreno. Universidad de Murcia. Espa a. Mar a Carmen Mart nez, Ana Mar a Mart nez, Marina Montoya, Ainhoa Plaza, Mar a Fuensanta S nchez, M Asunci n Murcia. Unidad de Investigaci n en Educaci n F sica y Deportes. Espa a. RESUMEN El objetivo de nuestro estudio es comprobar cual es la importancia concedida al TRATAMIENTO de la MOTRICIDAD en la etapa infantil por parte del educador. Para ello, hemos utilizado el Cuestionario de An lisis de la MOTRICIDAD Infantil ( ), aplic ndolo a una muestra de 647 estudiantes de 2 Ciclo de la Educaci n Infantil.

2 Tras diversos an lisis descriptivos, as como an lisis de independencia entre variables mediante las pruebas de de Pearson completada con an lisis de residuos tipificados corregidos, entre las principales conclusiones destacamos que del total de ni os que practican actividades f sicas extraescolares, m s de la mitad de los padres est n informados de lo que hacen sus hijos. Casi el total de los padres encuestados opinan que la Educaci n F sica es beneficiosa para la educaci n. Menos de la mitad de los ni os de entre los ni os de tres y cuatro a os, menos de la mitad practica alg n tipo de actividad f sica, siendo los seis a os la edad en la que casi todos los ni os que practican, comienzan a realizarlo.

3 PALABRAS CLAVE: Educaci n Infantil, MOTRICIDAD , Educaci n F sica, psicomotricidad N Los a os de la etapa infantil son muy emocionantes para el ni o en cuanto al desarrollo f sico, cognoscitivo y social. Entre las edades de 2 y 5 a os hay un progreso r pido en todas las reas de desarrollo. Por esta raz n hay autores que hablan de la ley del tren perdido para referirse a que el tiempo no aprovechado en un periodo sensible de una capacidad motora (o varias), no siempre se recupera y que perdido un tren no podemos tomar el siguiente, esperando el mismo efecto adaptativo (L pez y N ez, 1978).

4 En este sentido, Farfel y Hirtz (1978) establecen que conceptualmente es m s f cil influir sobre las distintas funciones y capacidades cuando est n en proceso de maduraci n, que cuando ya han madurado. El desarrollar el rea motriz en la etapa infantil contribuye al conocimiento del propio cuerpo, conocer algunas medidas de higiene, alimentaci n y de salud f sica adem s de las principales reglas de algunos juegos, normas de educaci n vial y un sin fin de curiosidades y conceptos que benefician al desarrollo integral del ni o (Marqu s y cols., 2003). A lo largo de la MOTRICIDAD escolar es preciso tener en cuenta el desarrollo de toda una serie de factores de naturaleza cualitativa, que aporten una riqueza de movimiento y que supongan una plataforma de acci n firme para el desarrollo de etapas posteriores.

5 Desde el punto de vista de las caracter sticas del desarrollo biol gico, motor, cognitivo y socio-afectivo, Moreno (1999) destaca la necesidad de abordar un trabajo de conocimiento del propio cuerpo, de afirmaci n y desarrollo de la lateralidad, de equilibraci n, as como de percepci n espacio temporal, percepci n del ritmo, percepci n olfativa, gustativa, auditiva y t ctil. Todo ello da como resultado el desarrollo de las coordinaciones corporales tanto globales como segmentarias en el entorno que le rodea. Del estudio de estos autores, podemos deducir la importancia de la actitud de los padres ante el ejercicio f sico, los valores humanos que trasmitan a sus hijos adem s de la propia experiencia va ser decisiva en la formaci n integral del ni o.

6 Seg n Moreno (1999) apunta que las aportaciones metodol gicas del constructivismo en el proceso de ense anza-aprendizaje han contribuido al desarrollo del mismo a lo largo de la ltima poca. Desde la perspectiva de la MOTRICIDAD , Piaget entiende que el origen del conocimiento depende de las interacciones entre el ni o y los objetos, es decir, para conocer ser preciso actuar sobre las cosas. La coordinaci n progresiva de acciones y operaciones que el ni o interioriza, junto con la informaci n que le proporciona la experiencia f sica con los objetos traer como resultado la construcci n de esquemas o estructuras de conocimiento que tender n a complicarse y a distinguirse cualitativamente.

7 En los ltimos a os la reciente recuperaci n de la teor a interaccionista del desarrollo (Vygostky, 1962), esto se interpreta como el resultado tanto de la influencia ejercida y la adaptaci n conseguida del ni o respecto al medio, como de este ltimo frente a aquel . En el medio acu tico (Moreno y Guti rrez, 1998) apuntan que algunos estudios realizados recogen la importancia de la pr ctica acu tica en las primeras etapas de desarrollo. As por ejemplo, estudios alemanes realizados con ni os en edad escolar ponen de manifiesto, que aquellos que realizaban pr cticas acu ticas desde beb s mostraban un coeficiente intelectual m s alto que aquellos otros que no sab an nadar, 3destacando as mismo que las actividades acu ticas en edades tempranas mejoran la atenci n y la independencia (Diem y cols.)

8 , 1978). Por su parte Cirigliano (1989) indica que las pr cticas acu ticas favorecen el desarrollo sim trico de los ejes longitudinal y transversal, rectifican y previenen las desviaciones de la columna vertebral, ejercitan la destreza motriz, respetando las cualidades naturales de los ni os, act an como prevenci n de posibles retrasos psicomotores, se utilizan como sistema de rehabilitaci n terap utica, evitan el aumento de la atrofia muscular, desarrollan la caja tor cica y aportan una mejor oxigenaci n a las c lulas. En la misma l nea, Camus (1983) observ que los beb s que hab an practicado en el medio acu tico mostraban una mayor inteligencia motriz por haber disfrutado de un m s amplio campo de experimentaci n.

9 Otros trabajos (Franco y Navarro, 1980) afirman que la pr ctica acu tica en estas etapas de formaci n refuerza la personalidad y la independencia, e incluso puede influir de manera importante en el proceso de adquisici n del lenguaje. Tambi n atribuyen a la actividad acu tica una indudable mejora del aspecto social (Fouace, 1979; Del Castillo, 1992; Sarmento y Montenegro, 1992). En ocasiones, por el desconocimiento de los beneficios que esta actividad les aporta a todos los niveles (f sico, emocional, social y psicol gico) es frecuente que desde la familia e incluso en algunos centros educativos no se atienda a estas necesidades o tal vez, que se mantenga la actividad motriz en un segundo plano, dando preferencia a otras reas.

10 Por ello, el objetivo que perseguimos en este trabajo es comprobar el TRATAMIENTO que recibe el ni o en los aspectos relacionados con la MOTRICIDAD en la etapa de tres a seis a os. 2. M TODO Muestra La muestra est compuesta por 647 ni os, de edades comprendidas entre los 3 y los 6 a os, encontr ndose todos ellos en el segundo ciclo de la etapa infantil. Instrumento El instrumento que hemos utilizado para recoger la informaci n es el denominado Cuestionario para el An lisis de la MOTRICIDAD Infantil ( ) consta de una serie de preguntas cerradas y abiertas enfocadas a conocer el nivel y grado de actividad f sica que se da en los ni os de entre tres y cinco a os (anexo).


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