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Marco General - Educación Secundaria

3 Marco General - Educaci n Secundaria1 - Encuadre pol tico educativo La escuela en una nueva configuraci n culturalLas y los docentes y estudiantes que cons-truimos diariamente la escuela formamos par-te de generaciones que asisten a un cambio epocal, para algunos un umbral de poca, para otros una nueva formaci n hist rica o transi-ci n hacia otro orden. Lo cierto es que el cam-bio cultural1 se expresa en: la mercantilizaci n de la cultura que ampl a las fronteras cultura-les colocando al p blico como el legitimador de los bienes culturales; el descentramiento cultural que coloca a la escuela junto a otras agencias y dispositivos, como los tecnol gicos, que tambi n permiten la circulaci n y re-pro-ducci n de los bienes simb licos presentes en la expresiones son: la metamorfosis del conocimiento que redefine los espacios de producci n, distribuci n, circulaci n y va-lidaci n

3 Marco General - Educación Secundaria 1 - Encuadre político educativo La escuela en una nueva configuración cultural Las y los docentes y estudiantes que cons-

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1 3 Marco General - Educaci n Secundaria1 - Encuadre pol tico educativo La escuela en una nueva configuraci n culturalLas y los docentes y estudiantes que cons-truimos diariamente la escuela formamos par-te de generaciones que asisten a un cambio epocal, para algunos un umbral de poca, para otros una nueva formaci n hist rica o transi-ci n hacia otro orden. Lo cierto es que el cam-bio cultural1 se expresa en: la mercantilizaci n de la cultura que ampl a las fronteras cultura-les colocando al p blico como el legitimador de los bienes culturales; el descentramiento cultural que coloca a la escuela junto a otras agencias y dispositivos, como los tecnol gicos, que tambi n permiten la circulaci n y re-pro-ducci n de los bienes simb licos presentes en la expresiones son.

2 La metamorfosis del conocimiento que redefine los espacios de producci n, distribuci n, circulaci n y va-lidaci n del saber, las fronteras disciplinares, las redes digitales que transforman las formas m s tradicionales de la circulaci n y validaci n del conocimiento, la reconfiguraci n de lo p -blico y lo privado mostrando el corrimiento de los l mites entre lo ntimo y aquello de dominio p blico colocando en otro lugar los supuestos normalizadores y homogeneizantes que mo-vilizaron durante mucho tiempo la din mica categor a alumno en estas nuevas con-figuraciones queda ampliamente superada pues es la cultura de los j venes y sus vidas las que entran en las escuelas dialogando, inte-rrogando e interpelando el dispositivo escolar.

3 Si la escuela tradicionalmente hab a logrado mantener a cierta distancia la cultura escolar y las culturas juveniles de otras pocas, hoy en-contramos que esto no es posible: las culturas juveniles irrumpieron en la din mica escolar construyendo diversas reacciones en la cultura , las distintas marcas de identidad (sub-culturas juveniles, gustos est ticos y musicales, preferencias sexuales, etc.) habitan la escuela 1 TOBE A, Ver nica se ala estos aspectos al referirse a la mutaci n cultural en el mundo contempor neo en Tiramonti G. (dir) (2011) Variaciones sobre la forma escolar- FLACSO. Rosario. Editorial Homo Sapiens.

4 201, p g. 208mostrando los l mites y tambi n las posibilida-des de la din mica escolar y las construcciones subjetivas que ella habilita. Por ello, gran parte de la discusi n por el sentido de la escuela se-cundaria se juega en las posibilidades de di -logo que puedan establecerse con las culturas juveniles. Si bien se ha intentado avanzar en el plano de la socializaci n de los j venes respec-to de las reglas de la cultura escolar y se est n proponiendo nuevas experiencias educativas, a n es necesario un fuerte esfuerzo en el pla-no de las propuestas de ense la propia pr ctica: nuevas relaciones con el saberEn presencia de esta nueva configuraci n cultural (Tiramonti.)

5 2011) las escuelas m s sensibles a abordar las diversas situaciones que se viven en el cotidiano escolar, han ido desarrollando diferentes experiencias pedag -gicas en las que se plantean otras formas de relacionarse con el saber involucrando a los j venes a participar activamente y en el que han sido protagonistas, pasando de una rela-ci n con el conocimiento y el saber de exterio-ridad2 a una de interioridad. Algunas de ellas, han logrado trascender la mirada institucional, se han puesto en di logo con otras instituciones tejiendo entramados para resolver problemas comunes y construir un proyecto, disponiendo sus recursos huma-nos, materiales y simb licos para atender los recorridos de los estudiantes y las diversas si-tuaciones de vida, que haga de la escuela un lugar en la que todos aprenden 3.

6 Si bien, estas experiencias en red de es-cuelas fue pensada como posibilidad para su-perar el aislamiento de las escuelas generado una trama de conexiones interinstitucionales e interpersonales, una nueva forma de estruc-turar las relaciones que se establecen entre y al interior de las organizaciones, poniendo en el centro de la conversaci n los saberes de 2 Relaci n de exterioridad en la que l o la estudiante permanece ajeno, no logra involucrarse y solo se despliegan t cticas que est n m s cerca de la simulaci n de dicha relaci n y solo arriban a la copia u otras respuestas mec nicas que empobrecen los procesos de ense anza y de Circular N 1/12, Marco Organizativo para la escuela Secundaria Obligatoria, Direcci n General de Educaci n General - Educaci n Secundarialos docentes4, sus condiciones de producci n dentro de situaciones de trabajo espec ficas.

7 La producci n del saber a la acci n con otros formatos modificando el dispositivo escolar igual que otros procesos y pr cticas de innovaci n que se desarrollan en las escuelas, demandan revisar las formas que asume la gesti n curricular atendiendo especialmente a las din micas que presentan a la vez que la condici n de nuevas pr cticas y de otra profe-sionalidad. Las Escuelas en Red han comenzado a tra-bajar para la gesti n de un cambio educativo que supone relaciones de cooperaci n entre instituciones del sistema educativo y la socie-dad civil. Ese sentido compartido de la edu-caci n se expresa en el curr culo escolar, que describe y pone en marcha el proyecto pol tico educativo de una sociedad.

8 Para qu se ense- a, a qui n se ense a, qu se ense a, c mo se ense a, qu y c mo se eval a son cuestiones que encuentran su respuesta en la propues-ta curricular y en las pr cticas docentes y es preocupaci n manifiesta de las instituciones que conformamos esta formatos escolares que interpelan el formato escolar tradicionalEl formato de la escuela Secundaria que hoy conocemos es un formato hist rico que acompa el orden urbano del siglo XIX. En nuestro pa s, se defini en referencia a la en-se anza universitaria y su funci n fue la for-maci n de las elites dominantes. A partir de 1863 los Colegios Nacionales transmitieron un modelo de educaci n liberal, enciclopedista y fundamentalmente urbano.

9 La primera d cada del siglo XX muestra ya un formato con determinados rasgos estables que hemos venido mencionando: el saber es-colar separado en gajos o ramos de la ense- anza (asignaturas o materias), la ense anza simult nea de esas asignaturas, formaci n de docentes en relaci n con esa divisi n de ga-jos o materias de la ense anza, un curr culum graduado es decir, una determinada secuen-cia con la aprobaci n de las materias en si-mult neo y encadenadas proped uticamente 4 TARDIF, Maurice. (2004) Los saberes del docentes y su desarrollo profesional. Madrid. Editorial Narcea.(promocionando de un a o a otro s lo a trav s de la aprobaci n de todas las asignaturas)

10 , una secuencia fija, con agrupamientos escolares en base a la edad, el aula/secci n como uni-dad espacial, el ciclado y el a o escolar como unidades temporales, un curr culum genera-lista y enciclop dico, una jerarqu a de saberes vinculado a formas de distinci n social, una fuerte presencia de la l gica meritocr tica, dis-positivos de evaluaci n el examen, con una dimensi n privada del sujeto y una p blica representada en las acreditaciones , el indi-viduo como unidad de formaci n, el distancia-miento de la vida mundana o de la vida por fuera de la escuela , la neutralidad y la objetivi-dad como pilares (Dussel5, 1997) de su funci n social, la condici n de preparatorio para lo que vendr a despu s.