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Plasticidad neuronal y bases científicas de la ...

REV NEUROL 2002; 34 (Supl 1): S130-S135J. CASTA OS 130 Recibido: Aceptado: de Neuropediatr a. Hospital Italiano de Buenos Aires. Buenos Aires, : Dr. Julio Casta o. Cuba 3275 (1429) Buenos Aires. Ar-gentina. Fax: 054 11 47012480. E-mail: 2002, REVISTA DE NEUROLOG AINTRODUCCI NEn la historia de la humanidad y a lo largo de los tiempos, laactitud del g nero humano hacia el discapacitado ha experimen-tado grandes cambios. En el pasado hubo sociedades que elimi-naban a aquellos que nac an con defectos o malformados; otrassociedades los reclu an en asilos, como algo vergonzante, ligadoprobablemente al sentimiento de culpa de los padres, que lo con-sideraban como un castigo divino. A n hoy, vemos institucionesdonde viven de forma cr nica, bajo atenci n vigilada, pacientesdiscapacitados de todo tipo.

ATENCIÓN TEMPRANA REV NEUROL 2002; 34 (S upl 1): S130-S135 S€131 conductas anormales, con una actitud más condescendiente que las que adoptarían en situaciones similares con un indi-

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1 REV NEUROL 2002; 34 (Supl 1): S130-S135J. CASTA OS 130 Recibido: Aceptado: de Neuropediatr a. Hospital Italiano de Buenos Aires. Buenos Aires, : Dr. Julio Casta o. Cuba 3275 (1429) Buenos Aires. Ar-gentina. Fax: 054 11 47012480. E-mail: 2002, REVISTA DE NEUROLOG AINTRODUCCI NEn la historia de la humanidad y a lo largo de los tiempos, laactitud del g nero humano hacia el discapacitado ha experimen-tado grandes cambios. En el pasado hubo sociedades que elimi-naban a aquellos que nac an con defectos o malformados; otrassociedades los reclu an en asilos, como algo vergonzante, ligadoprobablemente al sentimiento de culpa de los padres, que lo con-sideraban como un castigo divino. A n hoy, vemos institucionesdonde viven de forma cr nica, bajo atenci n vigilada, pacientesdiscapacitados de todo tipo.

2 Sin embargo, el hallazgo de f sileshumanos con marcados defectos que llegaron a la edad adultasugiere que, incluso en pocas del hombre primitivo, se brind ayuda y asistencia a minusv lidos, que de otra forma no hubieransobrevivido a la ni I, Romito 2, Windover Boy y el Viejo de La Chape-lle-aux-Saints son los nombres con los que los paleont logosbautizaron a f siles de este no implica necesariamente recibir un trato humani-tario. Dettwyler [1] describe culturas en las que se golpea y escar-nece a los deficientes mentales para diversi n del p blico, o don-de los paral ticos deben arrastrarse por el suelo con la carga atadaa su cierto modo, la actitud moral de ayudar a sobrevivir alminusv lido se contrapone con los conceptos evolucionistas, queponderan la selecci n de la especie sobre la base de la desapari-ci n de los portadores de rasgos m rbidos.

3 Esta contraposici n que puede expresarse tambi n como tica frente a naturaleza esmotivo de interesantes reflexiones por parte de diversos pensado-res. El fil sofo estadounidense J. Dewey [2] emplea la met foradel jardinero y el jard n: el primero representa a la tica, y elsegundo, a la naturaleza humana. El buen jardinero crea las con-diciones apropiadas y trabaja a favor o en contra de la naturalezaseg n convenga al buen desarrollo de su jard n, pero siempredentro de las leyes de la naturaleza como un todo. Dice Frans deWaal: En biolog a, el mismo principio de selecci n natural queimp amente enfrenta formas de vida e individuos unos contraotros ha llevado a la simbiosis y al mutualismo entre diferentesorganismos, sensibilizando a los individuos a las necesidades delos otros y a unir acciones en busca de una meta com n.

4 Se da laparadoja de que el avance gen tico a expensas de los menos do-tados que constituye la base de la evoluci n ha dado origen auna gran capacidad de asistencia y simpat a hacia los dem esta actitud solidaria hacia el minusv lido no es exclu-siva de los humanos. La biolog a social nos ense a muestras dealtruismo en otras especies: p jaros (tero) que, con su llamada deatenci n, atraen al depredador y arriesgan su vida para alejarlo delnido donde est su cr a. Las abejas constituyen un ejemplo deorganizaci n social donde, en aras de la reina y su colonia, otrosmiembros sacrifican su vida. Los delfines acuden en auxilio de uncompa ero herido y lo llevan cerca de la superficie, para evitarque sucumba.

5 Y as , muchos otros de Waal [3] refiere sus interesantes observaciones encomunidades de simios, en las que los cong neres ayudan a so-brevivir a los individuos minusv , mona rhesus que naci en el Centro de Primates deWisconsin con una trisom a similar a lo que conocemos comos ndrome de Down; tuvo un desarrollo retardado y nunca alcan-z las habilidades de sus pares, pero su madre, inicialmente, yluego su hermana mayor la protegieron, de tal manera que pudoalimentarse bien y soportar ataques de otros cong , macaco japon s con par lisis cerebral y afectaci n dela visi n, que, a pesar de sus limitaciones, pudo crecer y de-sarrollarse gracias a la asistencia de sus pares. Sus cong neresjuveniles, y en especial las hembras, acud an a ayudarlo cadavez que llamaba con gritos de sufrimiento.

6 Es interesante quelos otros miembros de la comunidad parec an comprender susPlasticidad neuronal y bases cient ficas de la neurohabilitaci nJ. Casta oNEURONAL PLASTICITY AND THE SCIENTIFIC bases OF NEUROHABILITATIONS ummary. Introduction. The validity of methods of neurological habilitation and rehabilitation has long been questioned by alarge proportion of the medical profession. This sceptical attitude was partly due to lack of scientific confirmation of the theorieson which methods of habilitation-rehabilitation were based, and the absence of reliable studies of the follow-up of such treatment,designed on strict statistical criteria. Development. Advances in recent years in understanding neuronal plasticity have permittedbetter understanding of the mechanisms which come into action following brain damage and the factors which help or hinderrecovery, and the various possible patterns involved in the reorganization of neuronal circuits.

7 A review of studies of animalexperiments, and recently in humans (using techniques of functional imaging and magnetic exploration) show that by sensorystimulation and exercise it is possible to modify the structure and function of the brain, after its somatotopical organization,increase synaptic connections, influence the orientation of the dendrites, number of receptors etc. There are critical periods indevelopment during which these plastic properties of the brain become fully developed and subsequently the possibility of recoveryis considerably less. Conclusions. The findings of neurobiological investigation show that there are good prospects for therecovery of a damaged nervous system by means of embryonic neurone implantation, axon bridges, transference of genesproducing trophic factor, enzymes, neurotransmitters etc.

8 In any case, therapeutic intervention and rehabilitation teachingcontinue to be useful for the functional recovery of these patients. [REV NEUROL 2002; 34 (Supl 1): S130-5]Key words. Sensory deprivation. Early stimulation. Trophic factors. Habilitation-rehabilitation. Somatotopic organization. N TEMPRANAATENCI N TEMPRANAS 131 REV NEUROL 2002; 34 (Supl 1): S130-S135conductas anormales, con una actitud m s condescendienteque las que adoptar an en situaciones similares con un indi-viduo , mono rhesus con ceguera cong nita, pero, por otraparte, normal; por su desventaja sol a ponerse en situacionesde riesgo, pero tanto su madre como sus pares lo proteg an eimped an que sufriera accidentes.

9 La comunidad entera pare-c a vigilar sus acciones, de tal forma que nunca se lo ve a tratamiento especial que dispensan a los discapacitados estasespecies animales se considera, por et logos y bi logos sociales,como una forma combinada de adaptaci n aprendida y de todos modos, no cabe duda que es en la especie humanadonde esta actitud solidaria alcanza su m xima expresi n. Lasociedad ha evolucionado en ese sentido, lo que se refleja en laaceptaci n de los derechos del discapacitado y del ni o, as comoen la obligaci n que tiene de atender a la rehabilitaci n de laspersonas con desventajas. Los tratamientos de habilitaci n y re-habilitaci n, al menos en la forma que los concebimos actual-mente, son de aparici n muy reciente.

10 Los primeros antecedentesque he encontrado en la bibliograf a son el m todo de reeduca-ci n muscular creado por Lovett, a principios del siglo XX, apli-cado a pacientes con poliomielitis, y los programas de rehabilita-ci n del lenguaje de Goldstein, en Estados Unidos. En la d cadade los a os 40 cobra notoriedad la hermana Elizabeth Kenny,enfermera oriunda de Australia, quien desarroll el m todo demasoterapia que lleva su nombre y que fue efectivo para aliviarlas contracturas dolorosas en los ni os afectados de par lisis in-fantil. Invitada a aplicar su m todo en Estados Unidos, conoci all al Dr. Herman Kabat, quien, dada su formaci n neurofisiol -gica, se interes por el m todo de Kenny, pero le hizo observacio-nes y sugerencias que ella no acept.


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