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PSICOPATOLOGÍA DE LA REGULACIÓN EMOCIONAL: EL …

Behavioral Psychology / Psicolog a Conductual, Vol. 19, N 2, 2011, pp. 347-372 PSICOPATOLOG A DE LA REGULACI N emocional : EL PAPEL DE LOS D FICIT EMOCIONALES EN LOS trastornos CL NICOS1 Gonzalo Herv sUniversidad Complutense de Madrid (Espa a)ResumenLas emociones han demostrado ejercer una influencia importante en muchas reas de funcionamiento psicol gico. Sin embargo, en el campo cl nico, en donde su importancia es a n mayor, hasta hace poco hab an sido claramente desatendidas. En este art culo se propone un modelo que puede permitir la comprensi n de una forma integrada de la reciente literatura acerca de c mo los procesos emocionales, cuando se tornan disfuncionales, pueden generar problemas en la regulaci n emocional y, eventualmente, trastornos cl nicos.

mantenimiento de los trastornos psicopatológicos. Antes de analizar la investigación a la que aludimos puede ser útil revisar bre-vemente los procesos emocionales que han sido más estudiados y hacer algunos comentarios acerca de ellos. Para ello, analizaremos los diferentes tipos de déficit de

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1 Behavioral Psychology / Psicolog a Conductual, Vol. 19, N 2, 2011, pp. 347-372 PSICOPATOLOG A DE LA REGULACI N emocional : EL PAPEL DE LOS D FICIT EMOCIONALES EN LOS trastornos CL NICOS1 Gonzalo Herv sUniversidad Complutense de Madrid (Espa a)ResumenLas emociones han demostrado ejercer una influencia importante en muchas reas de funcionamiento psicol gico. Sin embargo, en el campo cl nico, en donde su importancia es a n mayor, hasta hace poco hab an sido claramente desatendidas. En este art culo se propone un modelo que puede permitir la comprensi n de una forma integrada de la reciente literatura acerca de c mo los procesos emocionales, cuando se tornan disfuncionales, pueden generar problemas en la regulaci n emocional y, eventualmente, trastornos cl nicos.

2 Para evaluar la utilidad y validez del modelo planteado, se estudian los cuadros psicopatol gicos en donde se encontraron mayores pruebas acerca de la existencia de d ficit en el procesamiento de las emociones: trastornos depresivos, trastornos de ansiedad y trastorno l mite de la personalidad. Aunque se encontraron procesos alterados en todos los trastornos , s lo las fases de etiquetado y aceptaci n emocional aparecieron deficitarias en todos los casos. Finalmente, se revisan los tratamientos m s recientes que incluyen entre sus objetivos la rehabilitaci n de procesos emocionales clave: emoci n, depresi n, ansiedad, regulaci n have been shown to exert a significant influence on many areas of psychological functioning.

3 However, until recently, research on emotions in clinical psychology - where emotions are a key issue - had been largely neglected. In this paper, a model is proposed to provide a comprehensive understanding of recent literature on how emotional processes, when they become dysfunctional, may lead to difficulties in emotional regulation and, ultimately, to clinical disorders. To evaluate the use and validity of the proposed model, an examination is made of the psychological manifestations that have provided most of the evidence on the existence of deficit in emotional processing: depressive disorders, anxiety disorders Correspondencia: Gonzalo Herv s, Facultad de Psicolog a, Universidad Complutense de Madrid, Campus de Somosaguas, 28223 Madrid (Espa a).

4 E-mail: sand borderline personality disorder. Although altered processes were found in all the disorders examined, only emotional labelling and acceptance were deficient in all cases. Finally, a review is made of more recent treatments whose goals include the rehabilitation of altered emotional words: emotion, depression, anxiety, emotion nTras un largo per odo hist rico en el cual las emociones se han visto funda-mentalmente como perturbadoras y desadaptativas, las teor as m s modernas de la emoci n han enfatizado con justicia el valor adaptativo de las emociones (p. ej., Lazarus, 1991). De las emociones se ha dicho que adaptan el estilo cognitivo a las demandas situacionales, que facilitan la toma de decisiones y que prepa-ran al individuo para r pidas respuestas motoras (Gross, 1999).

5 Adem s, cumplen tambi n importantes funciones sociales. Por ejemplo, proporcionan informaci n sobre intenciones, dan informaci n a otros sobre si algo es bueno o malo y flexi-bilizan patrones complejos de comportamiento social (Keltner y Haidt, 1999). Sin embargo, para poder disponer de todos los recursos que nos aportan las emociones es necesario disponer de determinadas habilidades emocionales. En caso contra-rio, las emociones pueden suponer un desgaste enorme en el funcionamiento del individuo. Por ejemplo, los estados de nimo, en ocasiones, persisten de forma completamente ajena a las circunstancias vitales objetivas convirti ndose en disfun-cionales y desadaptativos.

6 As , en numerosas situaciones debemos regular nuestros estados emocionales, ya sean de ira, tristeza, etc., para adaptarnos a nuestro entorno laboral y/o social (Erber, Wegner y Therriault, 1996); otras veces, sencillamente regulamos ciertas emociones porque nos resultan desagradables (Larsen, 2000) o porque no se ajustan a la visi n que tenemos de nosotros mismos (Heimpel, Wood, Marshall y Brown, 2002). En ausencia de unas adecuadas estrategias y habilidades emocionales ( inteli-gencia emocional ), estos intentos de regulaci n pueden no ser exitosos. En oca-siones, emociones como la tristeza, la ira o el miedo se descontrolan de forma que exceden a las expectativas del individuo y a su comprensi n.

7 Y m s a n, a menudo dichas emociones reaccionan de forma refractaria a los intentos por controlarlas, dando lugar a una serie de c rculos viciosos de dif cil resoluci n que pueden acabar afectando a muchas reas del funcionamiento social y psicol gico. A continuaci n veremos que esta cascada de problemas emocionales puede ser un elemento com n a numerosos trastornos psicopatol gicos. Por esta raz n, en ocasiones se ha sugerido que los d ficit emocionales, como suceden con otros fac-tores, pueden ser responsables de la alta comorbilidad encontrada en los trastornos del eje I (Kring, 2008). Por tanto, los procesos emocionales parecen ser claves para el buen funcionamiento psicol gico pero tambi n pueden ser protagonistas de los trastornos psicopatol gicos.

8 Hace m s de una d cada algunos autores ya plantea-ban la necesidad de incluir en la investigaci n psicopatol gica los recientes e impor-tantes avances realizados en la psicolog a b sica de las emociones y su regulaci n 349 Regulaci n emocional y trastornos cl nicos(p. ej., Miranda, Gross, Persons y Hahn, 1998). Y de alguna forma sus previsiones se han cumplido ya que, cada vez con m s determinaci n, se han comenzado a estudiar el papel de los distintos procesos emocionales en la vulnerabilidad y el mantenimiento de los trastornos psicopatol gicos. Antes de analizar la investigaci n a la que aludimos puede ser til revisar bre-vemente los procesos emocionales que han sido m s estudiados y hacer algunos comentarios acerca de ellos.

9 Para ello, analizaremos los diferentes tipos de d ficit de regulaci n emocional que se pueden encontrar desde un punto de vista psicopatol n vs. alteraci n de la regulaci n emocionalSeg n algunos autores, m s de la mitad de los trastornos del eje I y todos los trastornos de personalidad del eje II, muestran alguna forma de d ficit en la regu-laci n emocional (Gross y Levenson, 1997). En cuanto a la definici n, seg n Gross (1999) la regulaci n emocional se refiere a aquellos procesos por los cuales las personas ejercemos una influencia sobre las emociones que tenemos, sobre cu ndo las tenemos y sobre c mo las experimentamos y las expresamos (p. 557). Es importante destacar que la definici n de regulaci n emocional no aclara de forma definitiva a lo que nos referimos cuando hablamos de d ficit de regu-laci n emocional o sencillamente de alteraci n de la regulaci n emocional .

10 La translaci n directa de definiciones generales de un campo b sico al campo cl -nico no siempre es til. Y en este caso, se pueden distinguir al menos tres v as por las que la regulaci n emocional se hace presente en el campo cl nico (Herv s y V zquez, 2006a):1) D ficit de regulaci n por ausencia de activaci n. La primera v a se puede observar en aquellas situaciones en las cuales una persona no activa estrate-gias de regulaci n a pesar de experimentar intensos estados de disforia. Esta falta de activaci n de estrategias se puede convertir en parte importante del problema cl nico como sucede, por ejemplo, en la depresi n. En estos casos, el individuo puede abandonarse en su estado de nimo negativo sin hacer nada para compensarlo y por tanto hablar amos de un d ficit en la activaci n de estrategias de regulaci n.


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