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Anna M. Fernández Poncela - Instituto Nacional de …

Anna M. Fern ndez PoncelaLa pol tica, la sociedady las mujeresLa pol tica, la sociedad y las mujeresAutora: Anna M. Fern ndez PoncelaDise o de portada: Laura RondaDise o de interiores: Flor Mungu aPrimera edici n: enero de 2003 ISBN: 970-31-0139-9 Universidad Aut noma MetropolitanaRector a GeneralProlongaci n Canal de Miramontes 3855 Col. ExHacienda de San Juan de DiosDeleg. Tlalpan, 14387, M xico, Aut noma MetropolitanaUnidad XochimilcoCalzada del Hueso 1100 Col. Villa QuietudDeleg. Coyoac n, 04960, M xico, Nacional de las MujeresAlfonso Esparza Oteo No. 119 Col. Guadalupe InnDeleg. lvaro Obreg n, 01020, M xico, en M xico/Printed in Mexico ndicePresentaci nI. Introducci nLos estudios de g nero .. 7 Definici n conceptual: mujeres y pol tica.

La política, la sociedad y las mujeres 8 “Tengo que decir que procuro no hacer esta clase de predicciones. Imaginemos sim-plemente lo que ocurrió cuando se inventó el dirigible.

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1 Anna M. Fern ndez PoncelaLa pol tica, la sociedady las mujeresLa pol tica, la sociedad y las mujeresAutora: Anna M. Fern ndez PoncelaDise o de portada: Laura RondaDise o de interiores: Flor Mungu aPrimera edici n: enero de 2003 ISBN: 970-31-0139-9 Universidad Aut noma MetropolitanaRector a GeneralProlongaci n Canal de Miramontes 3855 Col. ExHacienda de San Juan de DiosDeleg. Tlalpan, 14387, M xico, Aut noma MetropolitanaUnidad XochimilcoCalzada del Hueso 1100 Col. Villa QuietudDeleg. Coyoac n, 04960, M xico, Nacional de las MujeresAlfonso Esparza Oteo No. 119 Col. Guadalupe InnDeleg. lvaro Obreg n, 01020, M xico, en M xico/Printed in Mexico ndicePresentaci nI. Introducci nLos estudios de g nero .. 7 Definici n conceptual: mujeres y pol tica.

2 10 Cautelas metodol gicas y revisiones hist ricas .. 10 Tiempos de cambio en M xico .. 14II. El contexto internacional y Nacional ..15 Modelos de an lisis y teor as de investigaci n .. 15 Comportamiento sociopol tico de la poblaci n en general .. 16 Conducta de las lites pol ticas .. 20 III. La lite pol tica ..29 Mujeres en cifras en el mundo .. 29 Algunos datos hist ricos para M xico .. 38 Presencia en la lite pol tica .. 40 Candidaturas a puestos de elecci n popular .. 40 Candidaturas al Senado de la Rep blica .. 42 Candidaturas a la C mara de Diputados/as federal .. 44 Candidaturas a la ALDF .. 45 Comentarios sobre las candidaturas .. 47 Legislativo federal y capitalino .. 49 Hist rico Senado de la Rep blica .. 49La C mara de Diputados/as federal.

3 50La Asamblea Legislativa del DF .. 52 Comentarios y contextualizaci n de las mujeres electas .. 53 Gabinete federal y capitalino .. 55 Administraci n p blica .. 56 Funcionarias electorales .. 60 Gobierno municipal .. 61 Algunas conclusiones .. 64 Legislaci n, teor as y experiencias .. 64IV. La sociedad en su conjunto ..69 Actitudes y comportamiento pol tico de hombres y mujeres .. 69 Algunas viejas creencias y discursos: su desmitificaci n .. 69 Percepciones sociales de las mujeres en la pol tica .. 77 Algunas nuevas tendencias: su confirmaci n .. 77V. Un vistazo hacia el futuro ..89 Estrategias de acci n pol tica .. 89 Persistencias y transformaciones .. 91G nero y pol tica: cambios y continuidades .. 94 Actitudes y comportamiento pol tico de la ciudadan a seg n sexo.

4 94 Percepciones y valoraciones sociales hacia las mujeres pol ticas .. 95 Hombres y mujeres en la lite pol tica .. 96 Para concluir .. 98 Bibliograf a citada ..103 Anna M. Fern ndez PoncelaLas cuestiones de igualdad de los sexos se van desplazando hacia la cumbredel temario mundial, pero es imprescindible tener una mejorcomprensi n de las contribuciones de las mujeres y los hombresa la sociedad para acelerar el desplazamiento del temario a las pol ticas y a la pr cticaONU, 1995: XIEstamos en poca de cambios, si bien el cambio en s es intr nseco al continuo devenir que esla vida y el universo, como se al Her clito en el siglo VI antes de nuestra era, el primerdial ctico de la embargo, hoy en M xico, y en los ltimos a os y d cadas, la transformaci n en el planopol tico ha alcanzado importancia notable.

5 Se puede hablar de la consolidaci n democr ticaen el mbito pol tico institucional y de transiciones hacia valores democr ticos en el plano de lacultura pol , qu ha sucedido con la presencia y la participaci n de las mujeres en el espacio pol ti-co?, c mo se ha dirimido la tensi n entre transformaciones y continuidad?, c mo est n hoysituadas en la esfera institucional y qu caracter sticas tienen?, c mo reflejan los sexos susactitudes y comportamientos pol ticos? y c mo la sociedad considera la presencia femeninaen las altas esferas de poder pol tico? Son stas, fundamentalmente, las preguntas a las que seva a dar respuesta a lo largo de estas p para entender y comprender, informarse para reflexionar y actuar, poseer datos paraargumentar y avanzar.

6 Estas son las intenciones de este trabajo que recorre el tema desde la lite pol tica d nde est n las mujeres, qui nes son, qu caracter sticas tienen y cu l es lateor a, la legislaci n y las experiencias concretas en torno a la presencia de las mujeres enpuestos de poder , hasta la opini n p blica hacia el mundo de la pol tica concepciones yconductas diferenciadas, o no, por sexos y en torno a la presencia femenina en la se pretende, m s all de n meros y porcentajes, de caracter sticas concretas y enfo-ques te ricos, llegar a la discusi n sobre la problem tica de la presencia femenina en el primerc rculo de la pol tica o de su inter s como ciudadana por la misma, pero desde una perspectivalibre de prejuicios de todo tipo, con el af n de explicar, no de la primera Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en M xico en 1975,se reconoci la importancia de mejorar las estad sticas sobre la mujer.

7 Hasta principiosdel decenio de 1980 los defensores de los intereses de la mujer y las oficinas de lasorganizaciones femeninas eran las fuerzas principales tras esta labor. A n no se hab anrealizado grandes esfuerzos en las oficinas de estad stica, ni a nivel Nacional ni internacio-nal. (ONU 1995: XXIII)Presentaci n7I. Introducci nLo que necesitamos es una hegemon a de valores democr ticos y esto requiereuna multiplicaci n de pr cticas democr ticas, institucionaliz ndolas en relacio-nes sociales todav a m s variadas, de modo que pueda formarse una multiplici-dad de posiciones subjetivas a trav s de una matriz democr tica. De esta manera y no tratando de proporcionales un funcionamiento racional no s lo estaremosen condiciones de defender la democracia, sino tambi n de profundizarla.

8 Esahegemon a nunca ser completa y, en cualquier caso, no es deseable que unasociedad sea gobernada por una nica l gica democr tica. Las relaciones de auto-ridad y de poder no pueden desaparecer por completo y es importante abandonarel mito de una sociedad transparente, reconciliada consigo misma, pues esta cla-se de fantas a conduce al totalitarismo. Un proyecto de democracia radical yplural, por el contrario, requiere la existencia de multiplicidad, de pluralidad yde conflicto, y ve en ellos la raz n de ser de la pol tica.(Mouffe 1993)Los estudios de g neroPara empezar con un panorama global en torno a los estudios de g nero primero deno-minados de la mujer y de las mujeres , se puede decir que se inician en los decenios de losa os sesenta y setenta del siglo XX.

9 Forman parte de una reflexi n acad mica sobre eltema de la visibilizaci n de las mujeres en la investigaci n, y por tanto en la lugar en paralelo, eso no ha de olvidarse, del movimiento feminista en concreto,as como de movimientos culturales en una poca de gran efervescencia social en el mbi-to mundial. El feminismo fue, y ha seguido siendo, la m s importante y decisiva revolu-ci n social de la modernidad. A diferencia de una revoluci n pol tica, una revoluci nsocial no estalla: ocurre. Una revoluci n social es tambi n siempre una revoluci n cultu-ral (Heller 1988:49). Y sobre este tema del significado del feminismo y la trascendenciade su revoluci n social, que supone la participaci n femenina y su reconocimiento entodos los mbitos, connotados polit logos y cientistas sociales han coincidido Bobbio,Lechner, Castells, Giddens, Elias, Held, Lipovetsky, Bourdieu, Wallerstein, para citars lo a los m s destacados.

10 Sin embargo, no se pretende aqu , como la met fora relatada por Umberto Eco (2000),enamorarnos de nuestro propio zepel n, tanto en el sentido de nuestro objeto de estudio,como en el sentido de considerar el feminismo como la fuente nica de los cambios socia-les en general, y en la academia, al introducir los estudios de las pol tica, la sociedad y las mujeres8 Tengo que decir que procuro no hacer esta clase de predicciones. Imaginemos sim-plemente lo que ocurri cuando se invent el dirigible. Qu cosa m s maravillosa,pens la gente, poder viajar por el aire como los p jaros. Y entonces se descubri queel zepel n era un invento sin porvenir. El invento que sobrevivi fue el aparecieron los primeros dirigibles, la gente crey que se producir a unaprogresi n lineal a partir de ah , un avance hacia modelos m s refinados.


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