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El sufrimiento cristiano. Actualidad de la “Salvifici ...

23/01/2006 Page 43. el sufrimiento cristiano. Actualidad de la Salvifici doloris de Juan Pablo II. A. Pedro Barraj n Profesor de Teolog a en el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum El tema del sufrimiento E. l sufrimiento es un vasto tema que toca intensamente el coraz n del hombre y del que se ha escrito mucho. Se trata de un argu- mento dif cil de conceptualizar. Es una vivencia personal, muy ntima. Se podr a decir que el sufrimiento se sufre , pero que cada prue- ba de penetraci n te rica se muestra insuficiente. Cuando se habla del sufrimiento , se trata generalmente del sufrimiento de los dem s: cuando es uno mismo quien sufre, no se tienen las fuerzas para hablar de ello 1. el sufrimiento es un tema que ha acompa ado al hombre durante toda la his- toria. A partir del momento en que el hombre, seg n la p gina b blica, comete el primer pecado, el sufrimiento hace su aparici n sobre la faz de la tierra (cf. Gn 3, 16-19). Desde este momento la naturaleza humana es una naturaleza doliente.

El sufrimiento cristiano 45 Por eso, para el creyente, como para Job, no es evidente descubrir el sen-tido y el origen del dolor: «Dios me entrega a los injustos, me arroja en

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1 23/01/2006 Page 43. el sufrimiento cristiano. Actualidad de la Salvifici doloris de Juan Pablo II. A. Pedro Barraj n Profesor de Teolog a en el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum El tema del sufrimiento E. l sufrimiento es un vasto tema que toca intensamente el coraz n del hombre y del que se ha escrito mucho. Se trata de un argu- mento dif cil de conceptualizar. Es una vivencia personal, muy ntima. Se podr a decir que el sufrimiento se sufre , pero que cada prue- ba de penetraci n te rica se muestra insuficiente. Cuando se habla del sufrimiento , se trata generalmente del sufrimiento de los dem s: cuando es uno mismo quien sufre, no se tienen las fuerzas para hablar de ello 1. el sufrimiento es un tema que ha acompa ado al hombre durante toda la his- toria. A partir del momento en que el hombre, seg n la p gina b blica, comete el primer pecado, el sufrimiento hace su aparici n sobre la faz de la tierra (cf. Gn 3, 16-19). Desde este momento la naturaleza humana es una naturaleza doliente.

2 Quien quiera acercarse a un conocimiento com- pleto del hombre, no puede dejar de lado este tema, so pena de perder algo esencial: el sufrimiento es algo tan sutil y matizado! La antropolog a lo con- sidera como parte integrante del objeto de su estudio, ya que pertenece de derecho a la experiencia humana fundamental, y por ello se pone la pre- gunta acerca de las condiciones de posibilidad de su existencia en la vida del hombre. La larga enfermedad y la muerte de Juan Pablo II de que han sido testi- go los fieles del mundo entero en abril del a o pasado ayuda a introducir el tema del sufrimiento humano. Para ello podemos hacerlo de mano de la Carta Apost lica Salvifici Doloris que el Papa public con ocasi n del a o santo de la Redenci n, el 11 de febrero de 1984. En su introducci n Juan Pablo II presenta el sufrimiento como un tema universal que acompa a al hombre a lo largo y ancho de la geograf a. En cierto sentido coexiste con l en el mundo y por ello hay que volver sobre l constantemente 2, porque es.

3 1. P. SEMP , Souffrance, en Dictionnaire de spiritualit , vol. 14, Beauchesne, Paris 1990, c. 1087. 2. Salvifici Doloris, n. 2. Ecclesia, XX, n. 1, 2006 - pp. 43-61. 23/01/2006 Page 44. 44 A. Pedro Barraj n particularmente esencial a la naturaleza del hombre. Es tan profundo como el hombre, precisamente porque manifiesta a su manera la profun- didad propia del hombre y de alg n modo la supera. el sufrimiento parece pertenecer a la trascendencia del hombre; es uno de esos puntos en los que el hombre est en cierto sentido destinado a superarse a s mismo, y de manera misteriosa es llamado a hacerlo 3. El inicio del tercer milenio ha estado se alado por eventos dram ticos de actos de terrorismo y de guerras que han presentado de nuevo, a trav s de los medios de comunicaci n social, la fuerza y el drama del sufrimiento humano, el cual vuelve a repro- poner con mayor urgencia y gravedad la cuesti n de su sentido. Sentido quiere decir direcci n, finalidad, raz n justificativa de una realidad o expe- riencia humana.

4 Con frecuencia, sin embargo, el sufrimiento aparece en la conciencia del que sufre y de quienes lo acompa an como algo que carece de justificaci n. el sufrimiento parece en efecto contradecir de modo radi- cal el profundo deseo de felicidad que mora en el coraz n del hombre, por- que, a primera vista, anula su felicidad f sica, ps quica y espiritual y contra- dice parecer a las aspiraciones humanas en su n cleo m s ntimo. La liberaci n del sufrimiento El primer movimiento espont neo del hombre ante el sufrimiento es querer librarse de l. Lo considera una amenaza para su felicidad y por ello lo reh ye. l se siente inclinado a evitarlo con todas las fuerzas de su ser y tambi n, movido por compasi n, a ayudar a otros semejantes a hacer lo mismo4. El hombre siente en su ser una profunda inclinaci n a gozar de la vida, que se despliega a su alrededor con tan gran variedad de formas y con una belleza tan grandiosa. La vida es una promesa de alegr a. Nadie, salvo en caso de enfermedad psicol gica, se siente atra do por el masoquismo.

5 En efecto, el sufrimiento se percibe en s mismo como un l mite que nos rodea en una l gica de destrucci n y de muerte. En cuanto l mite, se ve como negativo para el ser del hombre y para su realizaci n, como una forma de esclavitud de la que uno deber a buscar el medio de librarse lo m s pronto posible. En una palabra, la percepci n espont nea del sufrimiento es la de un fracaso de la vida humana. La vida doliente no realiza el ideal de una vida normal, experimentada en la salud y en la plena realizaci n de los deseos.. 3. Ibidem. 4. Cf. D. TETTAMANZI, Bioetica, Piemme, Casale Monferrato, 19963, p. 402. 23/01/2006 Page 45. el sufrimiento cristiano 45. Por eso, para el creyente, como para Job, no es evidente descubrir el sen- tido y el origen del dolor: Dios me entrega a los injustos, me arroja en manos de malvados. Estaba yo tranquilo cuando l me golpe , me agarr . por la nuca para despedazarme. Me ha hecho blanco suyo: me cerca con sus tiros, traspasa mis entra as sin piedad y derrama por tierra mi hiel.

6 Abre en m brecha sobre brecha, irrumpe contra m como un guerrero. Yo he cosido un sayal sobre mi piel, he hundido mi frente en el polvo. Mi ros- tro ha enrojecido por el llanto, la sombra mis p rpados recubre. Y eso que no hay en mis manos violencia, y mi oraci n es pura (Jb 16, 11-17). Este tema b blico nos ense a que no es s lo la filosof a o la percepci n espont - nea de la realidad las que ven una contradicci n entre sufrimiento y felici- dad. Desde un punto de vista teol gico el sufrimiento es tambi n un esc n- dalo. En efecto, Dios ha creado al hombre a su imagen y semejanza, seg n el relato b blico del libro del G nesis (cf. Gn 1, 27). Pero ser creado a ima- gen de Dios quiere decir poseer una felicidad parecida a la de Dios, ser lla- mado a vivir el misterio de comuni n de la vida divina y a tener una rela- ci n de di logo con todos los otros seres de la creaci n. el sufrimiento con- tradice aparentemente esta llamada a la felicidad y a la comuni n porque encierra al hombre en s mismo y le quita el bienestar f sico.

7 El sufrimien- to parece ser causa de soledad, de deber estar lejos de los otros, de romper los lazos que nos unen con el mundo y con la sociedad. El primer cap tulo de la Biblia tambi n habla del mandato divino de dominar la tierra (cf. Gn 1, 28). Es mediante el trabajo, la adquisici n de la ciencia y la t cnica como el hombre normalmente cumple esta tarea de dominio. Pero el sufrimiento , con todo lo que implica de dolor, de limita- ci n en las facultades de conocimiento, en la voluntad, en la posibilidad de poner por obra los proyectos y la investigaci n, parece ir contra la realiza- ci n del hombre en todos estos campos. Adem s, la antropolog a teol gica pone en evidencia la profunda dimen- si n religiosa del hombre, mediante la cual se encuentra en uni n funda- mental y radical con Dios, su Creador. La comuni n con l es la realizaci n plena de su existencia. Pero cuando el hombre sufre, la relaci n con Dios se vuelve dif cil. Orar no es f cil. Uno tiene la impresi n de haber sido olvi- dado por Dios y por el mundo, seg n los sentimientos que se expresan en el salmo 22: Dios m o, Dios m o, por qu me has abandonado?

8 Lejos de mi salvaci n la voz de mis rugidos! Dios m o, de d a clamo, y no respondes, tambi n de noche, no hay silencio para m [ ]. Y yo, gusano, que no hom- bre, verg enza del vulgo, asco del pueblo, todos los que me ven de m se 23/01/2006 Page 46. 46 A. Pedro Barraj n mofan, tuercen los labios, menean la cabeza: Se confi a Yahveh, pues que l le libre, que le salve, puesto que le ama! S , t del vientre me sacas- te, me diste confianza a los pechos de mi madre; a ti fui entregado cuando sal del seno, desde el vientre de mi madre eres t mi Dios. No andes lejos de m , que la angustia est cerca, no hay para m socorro! (Sal 22, 12). El hombre quiere, por consiguiente, librarse del sufrimiento . como Cristo en el huerto de Getseman , desea, si es posible, no beber el c liz del dolor. En l, el hombre ya no ve f cilmente su dignidad humana y se consi- dera m s bien como un gusano y no un hombre. Ve su mismo valor como ser humano destruido. No se considera como una persona.

9 Es a causa de esta percepci n del sufrimiento como destructor del hombre, que el cris- tianismo se aleja de una concepci n estoica que lo considera como el nico modo de formaci n para el hombre, el cual debe someterse ante la volun- tad divina que dirige el universo y resistir impasible ante los dolores m s atroces: Aunque tu m s cercano pr jimo, el cuerpo, fuera cortado, que- mado, estuviera purulento, gangrenado, sin embargo, quien se pronuncia sobre este incidente guarda la calma, es decir, que lo juzga no ser ni un mal ni un bien, que puede sobrevenirle tanto al hombre malo como al hombre de bien 5. El mundo del sufrimiento El hombre intenta librarse de sufrimiento , pero no encuentra una solu- ci n adecuada ni en la impasibilidad estoica ni en la fuga a toda costa. Est . rodeado por el sufrimiento por todos los lados. No puede huir de este virus que infecta el mundo desde dentro. Cuando se contempla el mundo, se aprecia enseguida toda una diversificaci n del sufrimiento , una especie de invasi n de este ej rcito potente y devorador de los hombres.

10 el sufrimiento se encuentra presente por doquier. Se muestra bajo forma de dolor f sico, ps quico o moral. El terreno del sufrimiento huma- no es mucho m s vasto, mucho m s variado y pluridimensional 6. El sufri- miento moral que roe el alma es, a veces, mucho m s insidioso. La exten- si n y la multiformidad del sufrimiento moral no son ciertamente menores que las del f sico 7.. 5. MARCO AURELIO, Pensamientos sobre m mismo, (ed. francesa, Par s, 1964, p. 68). 6. Salvifici Doloris, n. 5. 7. Ibidem. 23/01/2006 Page 47. el sufrimiento cristiano 47. El mundo del sufrimiento es muy vasto. Es como un oc ano sin l mite. Por profesi n o vocaci n, hay hombres que pasan su vida junto al sufri- miento intentando aliviar sus diferentes formas: los m dicos, los que tra- bajan en los hospitales, los psic logos, los sacerdotes, las personas que tra- bajan en las prisiones, los operadores sociales que est n cercanos a los inmigrantes. el sufrimiento toca a las personas ancianas, a los adultos, a los j venes, a los adolescentes, a los ni os.


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