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Las dimensiones afectivas de La docencia - RDU …

Revista Digital Universitaria1 de noviembre 2009 Volumen 10 N mero 11 ISSN: 1067-6079 Coordinaci n de Publicaciones Digitales. DGSCA-UNAMSe autoriza la reproducci n total o parcial de este art culo, siempre y cuando se cite la fuente completa y su direcci n electr dimensiones afectivas de La docencia Benilde Garc a CabreroProfesor Titular C Tiempo Coordinaci n de Publicaciones Digitales. DGSCA-UNAMSe autoriza la reproducci n total o parcial de este art culo, siempre y cuando se cite la fuente completa y su direcci n electr - xxLas dimensiones afectivas de la docencia Coordinaci n de Publicaciones Digitales. DGSCA-UNAMSe autoriza la reproducci n total o parcial de este art culo, siempre y cuando se cite la fuente completa y su direcci n electr - xxRevista Digital Universitaria1 de noviembre 2009 Volumen 10 N mero 11 ISSN: 1067-6079 Las dimensiones afectivas de la docenciaResumenEn el presente trabajo se aborda el estudio de los componentes afectivos de la docencia y su

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1 Revista Digital Universitaria1 de noviembre 2009 Volumen 10 N mero 11 ISSN: 1067-6079 Coordinaci n de Publicaciones Digitales. DGSCA-UNAMSe autoriza la reproducci n total o parcial de este art culo, siempre y cuando se cite la fuente completa y su direcci n electr dimensiones afectivas de La docencia Benilde Garc a CabreroProfesor Titular C Tiempo Coordinaci n de Publicaciones Digitales. DGSCA-UNAMSe autoriza la reproducci n total o parcial de este art culo, siempre y cuando se cite la fuente completa y su direcci n electr - xxLas dimensiones afectivas de la docencia Coordinaci n de Publicaciones Digitales. DGSCA-UNAMSe autoriza la reproducci n total o parcial de este art culo, siempre y cuando se cite la fuente completa y su direcci n electr - xxRevista Digital Universitaria1 de noviembre 2009 Volumen 10 N mero 11 ISSN: 1067-6079 Las dimensiones afectivas de la docenciaResumenEn el presente trabajo se aborda el estudio de los componentes afectivos de la docencia y su vinculaci n con el proceso de aprendizaje.

2 Se argumenta que la interacci n del profesor con sus alumnos, conlleva procesos afectivos, y que stos a su vez intervienen en la generaci n de un determinado clima social en el aula, el cual puede ser propicio para el aprendizaje, o puede interferir con el mismo. Esto plantea la necesidad de describir y analizar las dimensiones afectivas de la docencia que est n presentes durante la interacci n en el aula, as como su impacto sobre el aprendizaje de los estudiantes. Se argumenta que la clarificaci n de estas dimensiones puede permitir que los profesores reflexionen acerca de cu les de ellas est n presentes en su pr ctica, para que puedan adoptar de forma propositiva, actitudes que favorezcan la creaci n de un clima social propicio para el aprendizaje.

3 Finalmente, se describen una serie de dimensiones , as como descriptores conceptuales de dichas dimensiones , los cuales pueden ser tiles para caracterizar los componentes afectivos de la ense anza, adem s de servir como base para dise ar instrumentos y procedimientos aplicables a la evaluaci n de las dimensiones afectivas de la docencia . Palabras Clave: dimensiones de la ense anza afectiva, afectividad y ense anza, eficacia docente, evaluaci n de la docencia , sentimientos y emociones. The affective dimensions of teaching AbstRActThis paper examines the affective dimensions of teaching and its relationship with the process of learning. It is argued that teacher interaction with his/her students inside the classroom conveys affective processes, and that this in turn, intervenes to generate a social climate that can favour or interfere with the learning process.

4 This raises the need to describe and analyze those affective dimensions of teaching that are involved during teacher/students interaction with his/her students inside the classroom, as well as its impact on students , a series of dimensions are described, along with conceptual descriptors of these dimensions, which can be useful to characterize the affective components of teaching, as well as to serve as the foundation to design instruments and procedures to evaluate the affective dimensions of the teaching. Key words: Affective dimensions of teaching, affective teaching, teacher efficacy, teaching evaluation, feelings and emotions.

5 Coordinaci n de Publicaciones Digitales. DGSCA-UNAMSe autoriza la reproducci n total o parcial de este art culo, siempre y cuando se cite la fuente completa y su direcci n electr - xxLas dimensiones afectivas de la docencia nInvestigaciones recientes en el campo de las neurociencias (Caine y Caine, 1998, Damasio, 2003), han revelado que los aspectos afectivos (emociones y sentimientos), se encuentran ntimamente relacionados con el pensamiento, la comprensi n y los procesos conscientes de meta-cognici n y autorregulaci n que intervienen en el aprendizaje. Asimismo, estudios realizados en el mbito psicopedag gico ( Shechtman y Leichtenritt, 2004) han puesto de manifiesto que lo que se ha conceptualizado como ense anza afectiva , tiene un impacto positivo sobre el crecimiento personal de los estudiantes, sobre el aprendizaje y los procesos de socializaci n.

6 La ense anza afectiva toma en cuenta las actitudes de los estudiantes, as como sus sentimientos y creencias, lo cual los motiva a incorporar durante el aprendizaje, sus intereses y experiencias personales. Por contraposici n, la ense anza que se orienta hacia los procesos cognitivos, se centra m s bien en proporcionar informaci n y explicar conceptos y no incorpora, al menos de forma intencional, la dimensi n subjetiva del Shulman, un psic logo educativo estadounidense que goza de gran reconocimiento entre los psic logos educativos, plante alrededor de los a os 1986 y 1987, un modelo de los conocimientos con los que deb a contar un profesional de la ense anza, en el que se alaba que los profesores necesitan manejar dos tipos de conocimiento: el conocimiento sobre el contenido de la asignatura y el conocimiento pedag gico.

7 Asimismo, se al que los profesores deb an contar con un conocimiento del contenido pedag gico de la asignatura; es decir, formas espec ficas de ense ar una en asignatura particular. Esta clasificaci n de los tipos de conocimiento es bien conocida en el mbito psicopedag gico y se vincula b sicamente con los aspectos cognitivos de la ense anza. Lo que ha sido menos difundido es el Modelo de Razonamiento Pedag gico (Shulman, 1992) desarrollado por este autor, que abarca un ciclo de actividades que caracterizan a la buena ense anza, a saber: comprensi n, transformaci n, instrucci n, evaluaci n, reflexi n y nueva comprensi n. Dentro de este ciclo, Shulman incluy aspectos que apuntan claramente a cuestiones afectivas vinculadas con la ense anza, tales como: a) Capacitar a los alumnos para que disfruten y utilicen sus experiencias de aprendizaje b) Aumentar sus responsabilidades para que lleguen a ser personas solidarias c) Ense ar a los alumnos a creer y a respetar a otros y a contribuir al bienestar de la comunidad y d) Ayudar a los alumnos a desarrollar las habilidades y valores que necesitan para conducirse dentro de una sociedad libre y justa (Shulman, 1992).

8 En este modelo, Shulman reconoce la necesidad de que el profesor adquiera habilidades para vincularse con la totalidad de los alumnos como personas, m s que centrarse nicamente en los aspectos cognitivos de la ense anza. Esto equivale a decir, en el lenguaje actual de la aproximaci n conocida como ense anza basada en competencias (EBC), que el profesor o profesora deber n demostrar competencias para la ense anza, en las que se integren aspectos tanto cognitivos como ense anza eficaz y las competencias docentesLas competencias que se consideran valiosas para catalogar a un profesor como bueno o a su ense anza como eficaz , han cambiado a lo largo de la historia (Olson y Wyett, 2000), privilegi ndose en algunas pocas, los aspectos afectivos por sobre los cognitivos y viceversa.

9 As , en los a os cincuenta, se consideraba que los profesores deb an contar con conocimientos s lidos de matem ticas y ciencias, en vista de que exist a una competencia entre los pa ses desarrollados en relaci n con la carrera espacial. Muy pronto se evidenci que el conocimiento sobre el contenido de la materia de estudio no era suficiente para que los alumnos lograran niveles ptimos de aprendizaje. En los a os sesenta y setenta, a los que Olson y Wyett (2000) denominan la era del potencial humano , el nfasis se colocaba en las habilidades afectivas de los maestros. No obstante, de la misma manera que hab a ocurrido con la etapa anterior, priorizar los aspectos afectivos y promover el potencial humano, trajo como consecuencia que se descuidaran los aspectos cognitivos y que la ense anza no tuviera el impacto ir y venir entre lo cognitivo y lo afectivo respecto de las habilidades de los maestros eficaces, se Coordinaci n de Publicaciones Digitales.

10 DGSCA-UNAMSe autoriza la reproducci n total o parcial de este art culo, siempre y cuando se cite la fuente completa y su direcci n electr - xxRevista Digital Universitaria1 de noviembre 2009 Volumen 10 N mero 11 ISSN: 1067-6079ha repetido varias veces a lo largo de la historia de la ense anza. A partir de los a os ochenta, se ha sobre-enfatizado la necesidad de desarrollar habilidades cognitivas en los maestros y alumnos. As , se ha hablado, por el lado del aprendizaje, de estrategias cognitivas, metacognitivas, auto-regulatorias y de soluci n de problemas, entre otras. Por el lado de la ense anza, se ha hablado de ense anza estrat gica, modelamiento, andamiaje y tutoreo, entre otras.


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