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LOS MISERABLES - Víctor Hugo - En construcción

V ctor HugoLOS MISERABLES NDICEPRIMERA PARTE FANTINALIBRO PRIMERO: Un justoI. Monse or MyrielII. El se or Myriel se convierte en monse or BienvenidoIII. Las obras en armon a con las palabrasLIBRO SEGUNDO: La ca daI. La noche de un d a de marchaII. La prudencia aconseja a la sabidur aIII. Hero smo de la obediencia pasivaIV. Jean ValjeanV. El interior de la desesperaci nVI. La ola y la sombraVII. Nuevas quejasVIII. El hombre despiertoIX. El obispo trabajaX. GervasilloLIBRO TERCERO: El a o 1817I. Doble cuartetoII. Alegre fin de la alegr aLIBRO CUARTO: Confiar es a veces abandonarI. Una madre encuentra a otra madreII. Primer bosquejo de dos personas turbiasIII. La alondraLIBRO QUINTO: El descensoI. Progreso en el negocio de los abalorios negrosII. El se or MagdalenaIII. Dep sitos en la casa LaffitteIV. El se or Magdalena de lutoV. Vagos rel mpagos en el horizonteVI. FaucheleventVII.

ÍNDICE PRIMERA PARTE FANTINA LIBRO PRIMERO: Un justo I. Monseñor Myriel II. El señor Myriel se convierte en monseñor Bienvenido III. …

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1 V ctor HugoLOS MISERABLES NDICEPRIMERA PARTE FANTINALIBRO PRIMERO: Un justoI. Monse or MyrielII. El se or Myriel se convierte en monse or BienvenidoIII. Las obras en armon a con las palabrasLIBRO SEGUNDO: La ca daI. La noche de un d a de marchaII. La prudencia aconseja a la sabidur aIII. Hero smo de la obediencia pasivaIV. Jean ValjeanV. El interior de la desesperaci nVI. La ola y la sombraVII. Nuevas quejasVIII. El hombre despiertoIX. El obispo trabajaX. GervasilloLIBRO TERCERO: El a o 1817I. Doble cuartetoII. Alegre fin de la alegr aLIBRO CUARTO: Confiar es a veces abandonarI. Una madre encuentra a otra madreII. Primer bosquejo de dos personas turbiasIII. La alondraLIBRO QUINTO: El descensoI. Progreso en el negocio de los abalorios negrosII. El se or MagdalenaIII. Dep sitos en la casa LaffitteIV. El se or Magdalena de lutoV. Vagos rel mpagos en el horizonteVI. FaucheleventVII.

2 Triunfo de la moralVIII. Christus nos liberavitIX. Soluci n de algunos asuntos de polic a municipalLIBRO SEXTO: JavertI. Comienzo del reposoII. C mo Jean se convierte en ChampLIBRO S PTIMO: El caso ChampmathieuI. Una tempestad interiorII. El viajero toma precauciones para regresar .III. Entrada de preferenciaIV. Un lugar donde empiezan a formarse algunas conviccionesV. Champmathieu cada vez m s asombradoLIBRO OCTAVO: ContragolpeI. Fantina felizII. Javert contentoIII. La autoridad recobra sus derechosIV. Una tumba adecuadaSEGUNDA PARTECOSETTELIBRO PRIMERO: WaterlooI. El 18 de junio de 1815II. El campo de batalla por la nocheLIBRO SEGUNDO: El nav o Ori nI. El n mero se convierte en el El diablo en MontfermeilIII. La cadena de la argolla se rompe de un solo martillazoLIBRO TERCERO: Cumplimiento de una promesaI. MontfermeilII. Dos retratos completosIII. Vino para los hombres y agua a los caballosIV.

3 Entrada de una mu eca en escenaV. La ni a solaVI. Cosette con el desconocido en la oscuridadVII. Inconvenientes de recibir a un pobre que tal vez era ricoVIII. Thenardier maniobraIX. El que busca lo mejor puede hallar lo peorX. Vuelve a aparecer el n mero CUARTO: Casa GorbeauI. Nido para un b ho y una calandriaII. Dos desgracias unidas producen felicidadIII. Lo que observa la porteraIV. Una moneda de 5 francos que cae al suelo hace mucho ruidoLIBRO QIINTO: A caza perdida, jaur a mudaI. Los rodeos de la estrategiaII. El callej n sin salidaIII. Tentativas de evasi nIV. Principio de un enigmaV. Contin a el enigmaVI. Se explica c mo Javert hizo una batida en vanoLIBRO SEXTO: Los cementerios reciben todo lo que se les daI. El Convento Peque o PicpusII. Se busca una manera de entrar al conventoIII. Fauchelevent en presencia de la dificultadIV. Parece que Jean Valjean conoc a a Agust n CastillejoV.

4 Entre cuatro tablasVI. Interrogatorio con buenos resultadosVII. ClausuraTERCERA PARTE MARIUSLIBRO PRIMERO: Par s en su tomoI. El pillueloII. GavrocheLIBRO SEGUNDO: El gran burgu sI. Noventa a os y treinta y dos dientesII. Las hijasLIBRO TERCERO: El abuelo y el nietoI. Un espectro rojoII. Fin del bandidoIII. Cu n til es ir a misa para hacerse revolucionarioIV. Alg n amorcilloV. M rmol contra granitoLIBRO CUARTO: Los amigos del ABCI. Un grupo que estuvo a punto de ser hist ricoII. Oraci n f nebre por BlondeauIII. El asombro de MariusIV. Ensanchando el horizonteLIBRO QUINTO: Excelencia de la desgraciaI. Marius indigenteII. Marius pobreIII. Marius hombreIV. La pobreza es buena vecina de la miseriaLIBRO SEXTO: La conjunci n de dos estrellasI. El apodo. Manera de formar nombres de familiaII. Efecto de la primaveraIII. PrisioneroIV. Aventuras de la letra UV. EclipseLIBRO S PTIMO: Patr n MinetteI.

5 Las minas y los minerosII. Babet, Gueulemer, Claquesous y MontparnasseLIBRO OCTAVO: El mal pobreI. HallazgoII. Una rosa en la La ventanilla de la providenciaIV. La fiera en su madrigueraV. El rayo de sol en la cuevaVI. Jondrette casi lloraVII. Ofertas de servicio de la miseria al dolorVIII. Uso de la moneda del se or BlancoIX. Un polic a da dos pu etazos a un abogadoX. Utilizaci n del Napole n de MariusXI. Las dos sillas de Marius frente a frenteXII. La emboscadaXIII. Se deber a comenzar siempre por apresar a las v ctimasXIV. El ni o que lloraba en la segunda parteCUARTA PARTEIDILIO EN CALLE PLUMET Y EPOPEYA EN CALLE SAINT-DENISLIBRO PRIMERO: Algunas p ginas de historiaI. Bien cortado y mal cosidoII. Enjolras y sus tenientesLIBRO SEGUNDO: EponinaI. El cameo de la AlondraII. Formaci n embrionaria de cr menes en las prisionesIII. Aparici n al se or MabeufIV. Aparici n a MariusV.

6 La casa del secretoVI. Jean Valjean, guardia nacionalVII. La rosa descubre que es una m quina de guerraVIII. Empieza la batallaIX. A tristeza, tristeza y mediaX. Socorro de abajo puede ser socorro de arribaLIBRO TERCERO: Cuyo fin no se parece al principioI. Miedos de CosetteII. Un coraz n bajo una piedraIII. Los viejos desaparecen en el momento oportunoLIBRO CUARTO: El encanto y la desolaci nI. Travesuras del vientoII. Gavroche saca partido de Napole n el GrandeIII. Peripecias de la evasi nIV. Principio de sombraV. El perroVI. Marius desciende a la realidadVII. El coraz n viejo frente al coraz n jovenLIBRO QUINTO: Ad nde van?I. Jean ValjeanII. MariusIII. El se or MabeufLIBRO SEXTO: El 5 de junio de 1832I. La superficie y el fondo del asuntoII. ReclutasIII. CorintoIV. Los preparativosV. El hombre reclutado en la calle BillettesVI. Marius entra en la sombreLIBRO S PTIMO: La grandeza de la desesperaci nI.

7 La bandera, primer actoII. La bandera, segundo actoIII. Gavroche habr a hecho mejor en tomar la carabina de EnjolrasIV. La agon a de la muerte despu s de la agon a de la vidaV. Gavroche, preciso calculador de distancias .VI. Espejo indiscretoVII. El pilluelo es enemigo de las lucesVIII. Mientras Cosette dorm aQUINTA PARTEJEAN VALJEANLIBRO PRIMERO: La guerra dentro de cuatro paredesI. Cinco de menos y uno de m sII. La situaci n se agravaIII. Los talentos que influyeron en la condena de 1796IV. Gavroche fuera de la barricadaV. Un hermano puede convertirse en padreVI. Marius heridoVII. La venganza de Jean ValjeanVIII. Los h roesIX. Marius otra vez prisioneroLIBRO SEGUNDO: El intestino de Leviat nI. Historia de la cloacaII. La cloaca y sus sorpresasIII. La pista perdidaIV. Con la cruz a cuestasV. Marius parece muertoVI. La vuelta del hijo pr digoVII. El abueloLIBRO TERCERO: Javert desorientadoI.

8 Javert comete una infracci nLIBO CUARTO: El nieto y el abueloI. Volvemos a ver el rbol con el parche de zincII. Marius saliendo de la guerra civil, se prepara para la guerra familiarIII. Marius atacaIV. El se or Fauchelevent con un bulto debajo del brazoV. M s vale depositar el dinero en el bosque que en el bancoVI. Dos ancianos procuran labrar, cada uno a su manera, la felicidad de Cosette .VII. RecuerdosVIII. Dos hombres dif ciles de encontrarLIBRO QUINTO: La noche en blancoI. El 16 de febrero de 1833II. Jean Valjean contin a enfermoIII. La inseparableLIBRO SEXTO: La ltima gota del c lizI. El s ptimo c rculo y el octavo cieloII. La oscuridad que puede contener una revelaci nLIBRO S PTIMO: Decadencia crepuscularI. La sala del piso bajoII. De mal en peorIII. Recuerdos en el jard n de la calle PlumetIV. La atracci n y la extinci nLIBRO OCTAVO: Suprema sombra, suprema auroraI.

9 Compasi n para los desdichados e indulgencia para los dichososII. ltimos destellos de la l mpara sin aceiteIII. El que levant la carreta de Fauchelevent no puede levantar una plumaIV. Equ voco que sirvi para limpiar las manchasV. Noche que deja entrever el d aVI. La hierba oculta y la lluvia borraPRIMERA PARTEFANTINALIBRO PRIMEROUn justoIMonse or MyrielEn 1815, era obispo de D. el ilustr simo Carlos Francisco Bienvenido Myriel, unanciano de unos setenta y cinco a os, que ocupaba esa sede desde 1806. Quiz s no ser in til indicar aqu los rumores y las habladur as que hab an circulado acerca de supersona cuando lleg por primera vez a su di que de los hombres se dice, verdadero o falso, ocupa tanto lugar en su destino, ysobre todo en su vida, como lo que hacen. El se or Myriel era hijo de un consejero delParlamento de Aix, nobleza de toga.

10 Se dec a que su padre, pensando que heredara supuesto, lo hab a casado muy joven. Se dec a que Carlos Myriel, no obstante estematrimonio, hab a dado mucho que hablar. Era de buena presencia, aunque de estaturapeque a, elegante, inteligente; y se dec a que toda la primera parte de su vida la hab anocupado el mundo y la galanter la Revoluci n; se precipitaron los sucesos; las familias ligadas al antiguor gimen, perseguidas, acosadas, se dispersaron, y Carlos Myriel emigr a Italia. Su mujermuri all de tisis. No hab an tenido hijos. Qu pas despu s en los destinos del se orMyriel?El hundimiento de la antigua sociedad francesa, la ca da de su propia familia, lostr gicos espect culos del 93, hicieron germinar tal vez en su alma ideas de retiro y desoledad? Nadie hubiera podido decirlo; s lo se sab a que a su vuelta de Italia 1804 el se or Myriel se desempe aba como cura de Brignolles.


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