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Oscar Diego Bautista - encuentros …

1 TICA Y POL TICA: VALORES PARA UN BUEN GOBIERNO Oscar Diego Bautista Universidad Nacional Aut noma de M xico (UNAM) No se ense a tica para saber qu es la virtud, sino para ser virtuosos. (Arist teles) La resoluci n de conflictos y la satisfacci n de la pluralidad de intereses comunes por parte, primero, de quienes deliberan sobre los asuntos p blicos, y segundo de quienes ejecutan las decisiones, es dif cil de alcanzar de manera transparente si se carece de valores ticos. Para lograr buenos resultados en la pol tica y en la gesti n p blica se requiere contar con gobernantes y funcionarios que hayan interiorizado los valores y posean una conducta ntegra pues son estos servidores p blicos quienes marcan las directrices y operan las instituciones.

1 ÉTICA Y POLÍTICA: VALORES PARA UN BUEN GOBIERNO Oscar Diego Bautista Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) No …

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1 1 TICA Y POL TICA: VALORES PARA UN BUEN GOBIERNO Oscar Diego Bautista Universidad Nacional Aut noma de M xico (UNAM) No se ense a tica para saber qu es la virtud, sino para ser virtuosos. (Arist teles) La resoluci n de conflictos y la satisfacci n de la pluralidad de intereses comunes por parte, primero, de quienes deliberan sobre los asuntos p blicos, y segundo de quienes ejecutan las decisiones, es dif cil de alcanzar de manera transparente si se carece de valores ticos. Para lograr buenos resultados en la pol tica y en la gesti n p blica se requiere contar con gobernantes y funcionarios que hayan interiorizado los valores y posean una conducta ntegra pues son estos servidores p blicos quienes marcan las directrices y operan las instituciones.

2 1. TICA Y FUNCI N P BLICA Los antiguos griegos, que gustaban de practicar la filosof a, ante la pregunta: Qu es mejor, el gobierno de los hombres o el de las leyes? Respond an que cuando las leyes son buenas benefician a la comunidad pol tica siempre que los hombres las respeten y las apliquen, pero ante la evidencia de que stas no se respetaban, la respuesta era contar con hombres buenos, ya que stos adem s de actuar correctamente en cada uno de sus actos, respetaban la ley. En esta cultura, los individuos con un gran reconocimiento y decoro eran considerados Hombres Ley.

3 Parafraseando esta idea y cuestion ndonos si es mejor el gobierno de los hombres o el de las instituciones, sin duda la respuesta ser a similar. Son los hombres los que hacen las leyes y las instituciones. Y as como un hombre bueno era anta o considerado un Hombre Ley , un hombre con principios ticos en el mbito p blico puede considerarse como un Hombre Instituci n , de donde se deduce que cualquier mejora en la operaci n de las instituciones p blicas, y por tanto de la credibilidad en stas, ser posible si se eleva la conducta moral de los individuos que la integran mediante una adecuada formaci n tica.

4 La importancia de poner atenci n en la conducta de los hombres p blicos la resalta Douglas North al decir: Las instituciones son una creaci n humana, evolucionan y son alteradas por humanos. Por consiguiente, se deber empezar por el individuo (Douglas North, 1993). Una deliberaci n exhaustiva en relaci n tanto a la manera de frenar actitudes anti ticas en el mbito p blico como a la recuperaci n de la confianza del ciudadano conduce a la idea de que no es a trav s de controles externos a los individuos que realizan la funci n p blica como se impide que stos cometan actos indebidos sino que es a trav s de la sensibilizaci n, del desarrollo de la conciencia as como del establecimiento de principios internos en las personas como se podr evitar la realizaci n de actos contrarios a la tica.

5 Pretender someter a los hombres por la fuerza del poder o de la ley con controles externos no es el mejor camino. El derecho puede imponerse desde fuera, no as la moral. (Cortina, 1998, 197). El conjunto de normas y controles no garantizan que el empleado p blico act e de forma ticamente correcta. S lo la fortaleza de las convicciones ticas del empleado puede cubrir el vac o que el contexto produce. (Rodr guez-Arana, 1998). Al ser las instituciones de car cter p blico, es importante contar con personal formado en tica, entendida sta como la herramienta poderosa que forma la conciencia de los hombres y desarrolla plenamente su capacidad de juicio.

6 La formaci n tica es vital en los individuos pues stos tienen un car cter eminentemente activo en la marcha y desarrollo de los organismos. Precisamente, una de las causas que ha provocado la desconfianza en las instituciones p blicas es la ausencia de principios y valores ticos, lo que da pie al incremento de vicios o actitudes anti ticas tales como la corrupci n, el abuso de autoridad, el tr fico de influencias, etc. Situaciones que impiden que se alcancen la metas y objetivos institucionales. 2 Una clasificaci n general respecto al personal que opera en el gobierno se ala que existen dos tipos de personas que participan en la direcci n y operaci n de las instituciones, stos son: pol ticos y funcionarios.

7 Ambos tipos tienen por objetivo com n servir a la sociedad a la que representan, lo que los coloca como servidores p blicos. Para lograr buenos resultados en todo gobierno se requiere contar no s lo con funcionarios responsables, se necesitan tambi n pol ticos responsables puesto que son stos ltimos quienes gozan del m ximo margen de autonom a en las decisiones, y de stas decisiones depende a su vez la actuaci n de los primeros. La tica para los servidores p blicos se refiere a situaciones de aplicaci n. El bien com n, lejos de ser una abstracci n, se materializa en cada acto realizado en las m ltiples instancias de la Administraci n P blica.

8 Es la suma de miles de decisiones diarias de los servidores que laboran en las organizaciones p blicas. Cada funcionario se encuentra diariamente con dilemas ticos que unas veces resuelve de manera rutinaria y otras como resultado de una profunda reflexi n. Aunque el sentido com n alberga principios b sicos que nos permiten conocer lo que es correcto de lo que no, existen situaciones en lo que lo bueno no siempre resulta evidente. La decisi n en un conflicto puede ser equivocada si la persona no cuenta con una escala de valores que le permita discernir adecuadamente.

9 En el momento en que el hombre decide y act a la respuesta puede ser justa o injusta, adecuada o inadecuada. Por eso es importante que los servidores p blicos cuenten con un marco que les sirva de gu a en sus decisiones. De esta manera, la tica p blica da al servidor p blico un conocimiento que le permite actuar correctamente en cada situaci n por dif cil que esta sea al ofrecer criterios para encontrar soluciones adecuadas. Los cambios en las actitudes de gobernantes y servidores p blicos hacia una mejora en la calidad de los servicios e instituciones no se pueden forzar desde fuera, deben surgir de ellos mismos, proceden del despertar como dijera Arist teles, o del salir de la caverna seg n afirmara Plat n, provienen de un verdadero cambio del coraz n como dice Caiden.

10 En otras palabras, desde el pensamiento debe brotar la fuerza din mica que los convierta en acto. La raz n por la que la tica es un instrumento necesario radica en que sta se orienta al estudio de las acciones humanas por lo cual las explicaciones a las distintas conductas giran en torno a esta disciplina. Cada acto que realiza el hombre tiene su fundamento o justificaci n en la tica. Cuando los hombres p blicos responden a una filosof a tica, se autocontrolan al ser responsables de su conducta y de cada uno de sus actos. De esta manera, la tica es el mejor instrumento porque conlleva el autocontrol mediante el uso correcto de la raz n a partir de la idea de servicio colectivo, elemento importante en los servidores p blicos ya que como se ala Adela Cortina El inter s del Estado no puede depender de las pasiones del pr ncipe, ni siquiera de su deseo de ser malo o bueno sino que exige un profundo autocontrol (Cortina, 1998, 65) Todo gobierno, para mantener una eficiente administraci n, debe contar con individuos ntegros.


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