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ÉTICA EMPRESARIAL Y OPINIÓN PÚBLICA

adela CORTINA TICA EMPRESARIAL Y OPINI N P BLICA En las sociedades avanzadas se levantan voces anunciando que lamoral ha muerto. Vivir amos, pues, en una poca no s lo post-metaf sica y post-moderna, sino tambi n post-moral. Sin embargo,estas mismas voces proclaman a la vez que la tica se est remozandoen las llamadas ticas aplicadas : bio- tica, gen- tica, eco- tica, ticaecon mica, tica de la informaci n, etc. Y esto no s lo en los mediosacad micos, sino lo que resulta m s sorprendente incluso enla vida cotidiana. Una opini n p blica consciente de sus derechosexigir a a los agentes de las distintas actividades que se conduzcan ticamente, o sea, que respeten los derechos del p blico, si es quequieren vender sus productos . C mo se explica esta contraposici nentre el presunto advenimiento de una poca post-moral y el reco-nocimiento de que la tica constituye, de hecho, una necesidad social?

ADELA CORTINA ÉTICA EMPRESARIAL Y OPINIÓN PÚBLICA En las sociedades avanzadas se levantan voces anunciando que la moral ha muerto. Viviríamos, pues, en una época no sólo post-

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1 adela CORTINA TICA EMPRESARIAL Y OPINI N P BLICA En las sociedades avanzadas se levantan voces anunciando que lamoral ha muerto. Vivir amos, pues, en una poca no s lo post-metaf sica y post-moderna, sino tambi n post-moral. Sin embargo,estas mismas voces proclaman a la vez que la tica se est remozandoen las llamadas ticas aplicadas : bio- tica, gen- tica, eco- tica, ticaecon mica, tica de la informaci n, etc. Y esto no s lo en los mediosacad micos, sino lo que resulta m s sorprendente incluso enla vida cotidiana. Una opini n p blica consciente de sus derechosexigir a a los agentes de las distintas actividades que se conduzcan ticamente, o sea, que respeten los derechos del p blico, si es quequieren vender sus productos . C mo se explica esta contraposici nentre el presunto advenimiento de una poca post-moral y el reco-nocimiento de que la tica constituye, de hecho, una necesidad social?

2 He ah la pregunta que la autora del presente art culo se planteade entrada. Para responder a ella nada mejor que analizar una deesas ticas aplicadas: la tica EMPRESARIAL . El an lisis a fondo de la tica de la empresa le hace concluir que los agentes econ micos nopueden prescindir de los factores morales, si quieren conseguir el finpropio de su actividad. tica EMPRESARIAL y opini n p blica, Claves de Raz n Pr ctica 56(1995) la moral individual a la tica de las institucionesSe ha dicho que la moral hamuerto. Hay quien piensa que laque ha muerto ha sido la moralkantiana: la moral de los deberesindividuales. En una moral as loque importa es el m vil de la ac-ci n y no sus resultados, la buenavoluntad y no las consecuenciasbuenas. No ser a la tica doloro-sa de los h roes, dispuestos asacrificarse, la que esta tica huelga. Porque labuena voluntad individual resultaimpotente para defender los de-rechos de todos los hombresfrente a las diarias s, el proceso de moderni-zaci n ha supuesto la diferencia-ci n funcional de distintos mbi-tos sociales, que cuenta cada unocon una l gica propia y una auto-nom a relativa.

3 Ante ellos el indi-viduo se siente una vez m s im-ponente. Por esto precisar a una tica indolora que coordinaselas acciones individuales de unaforma tan inteligente que el re-sultado final fuese el mayor bienposible para todos, independien-temente de la buena o mala vo-luntad del individuo. Lo que im-219porta, en ltimo t rmino, no es labuena voluntad, sino que lo bue-no acontezca ( Apel, Latransformaci n de la filosof a, Ma-drid 1985, vol. II, p. 406).La clave de la tica indolora de los nuevos tiempos democr -ticos no es el respeto a la ley, sinola astucia del entendimiento, noes la buena voluntad, sino losbuenos resultados. De ah que laantigua moral del individuo debaser superada por una tica de resultar a particularmen-te comprensible en el mbito dela econom a moderna, que se ca-racteriza por la divisi n del traba-jo, intercambios an nimos, cre-ciente interdependencia y eleva-da complejidad.

4 Para el resultadode un proceso de estas caracte-r sticas son irrelevantes tanto losmotivos de la acci n individualcomo sus consecuencias. Porqueel resultado total es el productode incontables acciones. Sin con-tar con que el resultado de miacci n no s lo depende de m ,sino tambi n de lo que los dem shacen. Urge, pues, sustituir la l gi-ca de la acci n individual por lal gica de la acci n colectiva o, almenos, complementarla con racionalidad de la econo-m a moderna se caracteriza pormecanismos que, a primera vista,est n re idos con las exigenciasde una moral kantiana. Si a losagentes econ micos s lo lesmueve el af n de lucro y el m xi-mo beneficio y si la piedra angularde una econom a moderna es lacompetencia, parece que en ellala moral est de m s. Todo estoplantea un sinf n de preguntas,entre las que entresaco tres:1 . Para una empresa moderna es superflua no s lo la moral dela intenci n, sino la moral a secas?

5 2 . Si la respuesta es afirmativa: aqu viene una tica para protegerlos derechos de los individuos, siya hay normas jur dicas y pol ti-cas? 3 . Y, por ltimo, qui n est legitimado para juzgar como bue-nos o malos los resultados de lasacciones colectivas?Ante estas preguntas propon-go como respuesta la siguientetesis: una concepci n de la activi-dad EMPRESARIAL moderna, tomadaen su integridad, contiene aspectosmorales que los agentes econ micosdeben atender, si quieren llevar ade-lante la tarea que les es propia. Paraque esto sea un hecho, hay quecontar con una opini n p blica cr -tica y con empresarios dispuestosa confrontarse cr ticamente consu propia actividad expondr en qu consisten los aspectos moralesde una empresa moderna. Luegointentar precisar la naturalezade la opini n p blica en la activi-dad EMPRESARIAL y el lugar queocupa en ella, como uno de loslugares de lo moral.

6 Finalmentepropondr un modelo de autore-gulaci n cr tica de la moral en la actividadempresarial modernaAnte todo conviene aclararqu entendemos por moral. Laacepci n de lo moral que aqu nos interesa la expres Ortega yGasset as : Me irrita este voca-blo moral. Me irrita porque en suuso y abuso tradicionales se en-220 adela Cortinatiende por moral no s qu a a-dido de ornamento puesto a lavida y ser de un hombre o de unpueblo. Por eso yo prefiero que ellector lo entienda por lo que sig-nifica, no en la contraposici nmoral-inmoral, sino en el sentidoque adquiere cuando alguien sedice que est desmoralizado. En-tonces se advierte que la moralno es una performance suplemen-taria y lujosa que el hombre a a-de a su ser para obtener un pre-mio, sino que es el ser mismo delhombre cuando est en su quicio yvital eficacia. Un hombre desmora-lizado es simplemente un hombreque no est en posesi n de s mis-mo, que est fuera de su radicalautenticidad y por ello no vive suvida, y por ello no crea ni fecunda,no hinche su destino (Por qu heescrito El hombre a la defensiva :Obras completas IV, p.)

7 72).Me importa mucho destacarque, desde esta perspectiva, lamoral no puede ser nunca algo a a-dido desde fuera al ser del hombre oa una actividad concreta, sino supropio desarrollo cuando est ensu propio quicio y vital eficacia .Aplicada esta concepci n a lasactividades humanas, la moralnunca puede consistir en algo su-plementario, venido de un tribu-nal ajeno, sino en el pleno ejerciciode la actividad misma en una so-ciedad que se autocomprendehist la moral en otrosentido est llevando a autorescomo Habermas a intentar libe-rar el derecho y la pol tica de lamoral, como si los juicios mora-les constituyesen una injerenciaexterna para esos mbitos. Estosupuesto, se comprende que Ha-bermas distinga entre la tica, queconsistir a en la correcta realiza-ci n de una pol tica leg tima, co-nectada con las formas de vida deuna comunidad concreta, y la mo-ral, que consistir a en el cumpli-miento de deberes universaliza-bles.

8 Una y otra estar an subordi-nadas al g nero supremo del dis-curso racional, que ser a moral-mente embargo, si al tratar demoral no comenzamos la casa porel tejado, hablando de normas(Apel, Habermas), principios dejusticia (Rawls) o reglas (Bucha-nan), sino de la vita activa (H. Aren-dt), de las actividades por las quelos seres humanos desarrollan susvidas, habremos de reconocer quela moral de tales actividades consis-te en su plena realizaci n. Qu significa desarrollar unaactividad plenamente? En una so-ciedad moderna, el pleno desa-rrollo de una actividad requiereatender, al menos a cuatro puntosde referencia: 1 , las metas socialespor las que cobra su sentido; 2 ,los mecanismos adecuados paraalcanzarlas; 3 , el marco jur dico-pol tico correspondiente a la so-ciedad en cuesti n; y 4 , las exi-gencias de la conciencia moral cr ti-ca. En una sociedad modernapost-industrial esas exigenciasson las propias del nivel post-con-vencional.

9 Esto significa que lasinstituciones han de reconocerque todos los afectados por deci-siones y normas son interlocuto-res v lidos, es decir: que las nor-mas que regulan las actividadeshan de ser aceptadas por todosellos tras un di logo racional. tica EMPRESARIAL y opini n p blica221 Cualquier actividad social co-bra sentido porque persigue unameta determinada y as se con-vierte en lo que algunos denomi-nan pr ctica. Justamente una pr c-tica es una actividad cooperativaque cobra su sentido de perse-guir determinados bienes internos,distintos de los de otras pr cti-cas. Para alcanzarlos, es menesterque quienes participan en estapr ctica determinada desarrollenciertas virtudes que componen elethos propio de esa actividad. Lasdistintas pr cticas se caracterizan,pues, por los bienes que s lo a tra-v s de ellas se consiguen, por losvalores que en la persecuci n deesas metas se descubren y por lasvirtudes cuyo cultivo se instituciones ser a imposibledesarrollar esas pr cticas.

10 Poresto importa dise ar, junto a la tica individual, una tica de las ins-tituciones, en el bien entendido deque el sentido de las institucionesconsiste precisamente en prestarapoyo a las pr cticas. Por esto re-sulta necesario tambi n dise aruna tica de las actividades o pr c-ticas que sustente la tica de lasinstituciones. El lugar de lo moralen la empresa no s lo el de lasreglas e esta perspectiva, la ac-tividad EMPRESARIAL se caracteri-zar a por perseguir un determi-nado bien interno: la satisfacci nde necesidades humanas. Y estolo har a y con esto pasamos alsegundo punto de referencia atrav s de mecanismos espec ficos:el mercado, la competencia y lab squeda del beneficio. Esto exi-ge encarnar valores peculiares,como la b squeda de calidad y laoptimizaci n de los recursos,muy especialmente los al tercer punto de refe-rencia, para que una actividad em-presarial sea leg tima debe ate-nerse a la legislaci n vigente, quemarca las reglas de juego de laempresa y de las dem s institu-ciones.


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