Redalyc.Ciudadanía: aprendizaje de una forma de vida

1 Educaci n y EducadoresISSN: de La SabanaColombiaGiraldo-Zuluaga, Gloria AmparoCiudadan a: aprendizaje de una forma de vidaEducaci n y Educadores, vol. 18, n m. 1, enero-abril, 2015, pp. 76-92 Universidad de La SabanaCundinamarca, ColombiaDisponible en: C mo citar el art culo N mero completo M s informaci n del art culo P gina de la revista en de Informaci n Cient ficaRed de Revistas Cient ficas de Am rica Latina, el Caribe, Espa a y PortugalProyecto acad mico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto76 ISSN 0123 1294 | Vol. 18. No. 1 | Enero-Abril de 2015 | pp. de La Sabana | Facultad de Educaci n76 Recepci n: 2014-02-11 | Env o a pares: 2014-06-24 | Aceptaci n por pares: 2015-02-09 | Aprobaci n: 2015-03-09 DOI: Para citar este art culo / To reference this article / Para citar este artigoGiraldo-Zuluaga, G. A. (2015). Ciudadan a: aprendizaje de una forma de vida.

2 Educ. Educ. Vol. 18, No. 1, 76-92. DOI: Amparo Giraldo-ZuluagaUniversidad Cat lica de Manizales, Manizales a: aprendizaje de una forma de vidaResumenObjetivo: este estudio realiza un repaso hist rico sobre los modelos y enfoques cl si-cos y modernos acerca de la ciudadan a, con el fi n de esclarecer su origen, desarrollo, sentido profundo y a: a partir de la revisi n de los diversos enfoques te ricos sobre ciuda-dan a, se hizo un seguimiento a su evoluci n, transformaciones e implicaciones, en contraste con los principales debates y cuestionamientos que se le hacen en el con-texto : el trabajo plantea que la ciudadan a contempor nea difi ere sustancial-mente de la cl sica, no solamente en lo relativo a titularidades y derechos, sino como una manifestaci n de desigualdad, crisis social y emergencia de otros intereses, sobre todo econ micos, que gobiernan a las sociedades modernas. El ciudadano es un ser pol tico, con una dimensi n social y moral; lo cual indica que la construcci n de la ciudadan a no es el aprendizaje mec nico de unas normas (ju-r dicas, legales y pol ticas), sino la realizaci n efectiva de una forma de vida y de convivencia entre los seres humanos en claveCiudadan a, democracia, participaci n, globalizaci n, exclusi n (Fuente: Tesauro de la Unesco).

3 77 Ciudadan a: aprendizaje de una forma de vidaGloria Amparo Giraldo-ZuluagaCitizenship: Learning a Way of Life AbstractObjective: This study offers a historical overview of the classical and modern models and approaches to citizenship in an effort to clarify its origin, development, deeper meaning and : Based on a review of the different theoretical approaches to citizens-hip, its evolution, transformations and implications are traced in comparison to the overriding debates and questions surrounding citizenship in today s : The study indicates contemporary citizenship is very different from classi-cal citizenship, not only with respect to entitlements and rights, but also as a mani-festation of inequality, social crisis and the emergence of other interests that govern modern societies, especially economic interests. A citizen is a political being, with a social and moral dimension. This suggests the formation of citizenship is not the rote learning of rules (judicial, legal and political), but the actual realization of a way of life and coexistence among human beings in , democracy, participation, globalization, exclusion (Source: UNESCO Thesaurus).

4 78 ISSN 0123 1294 | Vol. 18. No. 1 | Enero-Abril de 2015 | pp. de La Sabana | Facultad de Educaci nCidadania: aprendizagem de uma forma de vida ResumoObjetivo: este estudo realiza uma revis o hist rica sobre os modelos e os enfoques cl ssicos e modernos acerca da cidadania, com o objetivo de esclarecer sua origem, desenvolvimento, sentido profundo e vig ncia. Metodologia: a partir da revis o dos diversos enfoques te ricos sobre cidadania, acompanhou-se a sua evolu o, transforma es e implica es, em contraste com os principais debates e questionamentos que se fazem no contexto atual. Resultados: o trabalho sugere que a cidadania contempor nea difere substancial-mente da cl ssica, n o somente em termos de titularidades e direitos, mas tamb m como uma manifesta o de desigualdade, crise social e emerg ncia de outros inte-resses, sobretudo econ micos, que governam as sociedades modernas.

5 O cidad o um ser pol tico, com uma dimens o social e moral, o que indica que a constru o da cidadania n o a aprendizagem mec nica de umas normas (jur di-cas, legais e pol ticas), mas a realiza o efetiva de uma forma de vida e de conviv n-cia entre os seres humanos em sociedade. Palavras chaveCidadania, democracia, participa o, globaliza o, exclus o (Fonte: Tesauro da Unesco). 79 Ciudadan a: aprendizaje de una forma de vidaGloria Amparo Giraldo-ZuluagaIntroducci n La ciudadan a es un tema de alto inter s para las reflexiones contempor neas de las ciencias sociales y humanas. Su renovada importancia se debe, entre otras cosas, a una pluralidad de hechos pol ticos y cambios sociales: la crisis de los Estados modernos, la violencia social, la emergencia de la migraci n indiscriminada, el multiculturalismo, la incidencia de la econom a de mercado, el neolibera-lismo, y muchas m pesar de que es un concepto que se ha cons-truido por medio de un proceso hist rico-social, y que se configura y construye en funci n de intereses pol ticos, econ micos, sociales y culturales determi-nados, su actualidad y vigencia han sido y son fuen-te de enormes nos preguntamos, desde diversas discipli-nas, si el concepto actual de ciudadan a responde a las exigencias pol ticas de un mundo fragmentado y globalizado y, mucho m s importante que eso, si su desarrollo y promoci n pueden ser el camino para el fortalecimiento de nuestra propia de ciudadan a Joaqu n Arango invita a reconocer el car cter polis mico, cuando no ambiguo, del concepto ciuda-dan a.

6 En efecto, este te rico advierte que su signi-ficado no siempre resulta inequ voco, ni est exento de una cierta bruma conceptual (2006, p. 1). Otros autores alegan que el concepto de ciudadan a re-mite a diversas tradiciones y realidades que no re-sulta f cil integrar (Etxeberria, 2009).Admitido esto, debemos recordar que la idea de ciudadan a ha evolucionado a lo largo de la histo-ria, reflejando la cambiante relaci n entre los indivi-duos y el poder, ampli ndose e incorporando nuevos contornos y matices. En la historia de Occidente se han construido, especialmente, dos concepciones de ciudadan a: la ciudadan a como actividad y la ciudadan a como condici n . La primera, que hemos conocido a tra-v s de la historia de la filosof a y del pensamiento pol tico, define y concibe la ciudadan a como una forma de vida . Los hombres y los pueblos solo son importantes cuando son ciudadanos y se ejercitan y participan de la vida pol tica de sus pa ses.

7 La se-gunda concepci n (la condici n ciudadana) nace y se desarrolla con el pensamiento liberal, en los tiem-pos de las revoluciones (siglo XVII) y el nacimiento de las rep blicas (siglo XVIII).El Diccionario de la Lengua Espa ola, por una raz n similar, define la ciudadan a como Cualidad y derecho de ciudadano . Enseguida hace esta acla-raci n: Conjunto de los ciudadanos de un pueblo o naci n (DRAE, 2003). Hay otra acepci n del t rmino, m s moderna, pues incluye a la sociedad de la que el Estado es expresi n pol tica. En esta acepci n, la ciudadan a supone y representa ante todo la plena dotaci n de derechos que caracteriza al ciudadano en las so-ciedades democr ticas contempor neas (Arango, 2006, p. 1). Es decir, la ciudadan a contempor nea exige la realizaci n efectiva de los derechos y no solo su promulgaci n eso, desde las nuevas concepciones filos -ficas y pol ticas de la modernidad, se insiste tanto en el reconocimiento de la ciudadan a como en la adhesi n a ella (Cortina 1998, ).

8 En este orden de ideas, Cortina advierte que son las dos caras de una misma moneda que, al menos como preten-si n, componen ese concepto de ciudadan a que constituye la raz n de ser de la civilidad .La ciudadan a, entonces, se concibe en nues-tros tiempos principalmente como un estatus (posici n o condici n) en el que se solicita, define y posibilita el acceso a los recursos b sicos para el ejercicio de derechos y deberes. Si se accede a esos recursos la ciudadan a se materializa. En el caso contrario, se produce lo que algunos te ricos han llamado el d ficit de ciudadan a (Moreno, 2003), 80 ISSN 0123 1294 | Vol. 18. No. 1 | Enero-Abril de 2015 | pp. de La Sabana | Facultad de Educaci nuna situaci n en la que se tiene el derecho pero no se alcanzan sus como Jelin (1997) van m s lejos y ha-blan de la ciudadan a como pr ctica conflictiva vinculada al poder, que refleja las luchas acerca de qui nes podr an decidir cu les y c mo ser n los pro-blemas sociales comunes.

9 Evoluci n del concepto de ciudadan aArist teles fue quien primero formul una te-sis completa sobre la idea de ciudadan a. En la Pol ti-ca, una de sus obras primordiales, se al que ciuda-dano es aquel que gobierna y a la vez es gobernado (Arist teles, 2000). Para llegar a esta definici n, este pensador se refiere al ser humano como un zoon politikon, es decir, un animal c vico o pol tico ; eso quiere decir, para nuestros tiempos, que tiene la capacidad de socializar y relacionarse en sociedad (Guevara, 1998).De acuerdo con Arist teles, el hombre es un ser que vive en la ciudad, la cual estaba conformada por una unidad pol tica (Estado) y un conjunto de perso-nas que en ella viv an, a quienes se les denominaba polites (un concepto similar al de ciudadanos) (L pez, 2013). El fundamento de la ciudadan a era restringi-do y estaba sustentado en los lazos consangu neos. Para los romanos, la primac a de la noci n de ciudad (de la civitas) fue notablemente superior a la de Grecia.

10 Hist rica y etimol gicamente, desde entonces, la expresi n ciudadan a se vincul a la relaci n de un individuo con su ciudad. El t rmino ciu dadan a procede del vocablo latino cives (ciuda-dano), que designa la posici n del individuo en la ci-vitas (ciudad) (P rez Lu o, 1989). La ciudadan a, claro, fue un privilegio que solamente estaba permitido a los hombres libres; entendiendo por libres a aque-llos que pod an y deb an contribuir econ mica o militarmente al sostenimiento de la ciudad (Arango, 2006). La ciudadan a, por supuesto, no se extend a a los extranjeros o metecos , ni a las mujeres, ni a los sirvientes, seres considerados como los esclavos; estos ltimos ni siquiera alcanzaban la categor a de personas, sino que eran asimilados como cosas (Pa-rada, 2009).La ca da del Imperio romano acab en la pr c-tica con la ciudadan a, pues la autocracia bizantina, las guerras territoriales y el creciente poder de la Iglesia cat lica diluyeron toda presencia y conside-raci n de ideas ciudadanas (Horrach, 2009).