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La perspectiva de género 1 Marta Lamas - UNAM

la perspectiva de g nero1 Marta Lamas Grupo de Informaci n en Reproducci n Elegida (GIRE) Contenido 1. Por qu es importante la perspectiva de g nero . 2. G nero en espa ol. Diferencias de idioma, analog as y confusiones conceptuales. 3. C mo surge la categor a g nero . 4. Qu es una perspectiva de g nero . 5. El aprendizaje y el g nero . 6. G nero , democracia y ciudadan a. 1. Por qu es importante la perspectiva de g nero Hay o no hay una relaci n entre la diferencia biol gica y la diferencia sociocultural? Qu posibilidades hay de modificar los papeles sexuales si son determinados biol gicamente? Por qu la diferencia sexual implica desigualdad social?

La perspectiva de género 1 Marta Lamas Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE) Contenido 1. Por qué es importante la perspectiva de género. 2. Género en español. Diferencias de idioma, analogías y confusiones conceptuales. 3. Cómo surge la categoría género. 4. Qué es una perspectiva de género. 5. El aprendizaje y el ...

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1 la perspectiva de g nero1 Marta Lamas Grupo de Informaci n en Reproducci n Elegida (GIRE) Contenido 1. Por qu es importante la perspectiva de g nero . 2. G nero en espa ol. Diferencias de idioma, analog as y confusiones conceptuales. 3. C mo surge la categor a g nero . 4. Qu es una perspectiva de g nero . 5. El aprendizaje y el g nero . 6. G nero , democracia y ciudadan a. 1. Por qu es importante la perspectiva de g nero Hay o no hay una relaci n entre la diferencia biol gica y la diferencia sociocultural? Qu posibilidades hay de modificar los papeles sexuales si son determinados biol gicamente? Por qu la diferencia sexual implica desigualdad social?

2 Un desarrollo m s equitativo y democr tico del conjunto de la sociedad requiere la eliminaci n de los tratos discriminatorios contra cualquier grupo. En el caso espec fico de las mujeres, la mitad de la poblaci n, se ha vuelto una necesidad impostergable de los distintos rdenes de gobierno (federal, estatal y municipal) el dise o de pol ticas que tomen en cuenta las condicionantes culturales, econ micas y sociopol ticas que favorecen la discriminaci n femenina. Estas condicionantes no son causadas por la biolog a, sino por las ideas y prejuicios sociales, que est n entretejidas en el g nero . O sea, por el aprendizaje social.

3 Por m s que la igualdad entre hombres y mujeres est consagrada en el art culo 4 de nuestra Constituci n, es necesario reconocer que una sociedad desigual tiende a repetir la desigualdad en todas sus instituciones. El trato igualitario dado a personas socialmente desiguales no genera por s solo igualdad. Adem s, no basta con declarar la igualdad de trato, cuando en la realidad no existe igualdad de oportunidades. Esto significa que el diferente y jerarquizado papel que los hombres y las mujeres tienen dentro de la familia y la sociedad, y las consecuencias de esta asignaci n de papeles en el ciclo de vida, dificultan enormemente cualquier propuesta de igualdad.

4 Para alcanzar un desarrollo equilibrado y productivo del pa s urge establecer condiciones de igualdad de trato entre hombres y mujeres, desarrollar pol ticas de igualdad de oportunidades y sobre todo, impulsar una educaci n igualitaria. Esto requiere comprender las razones y los or genes de la discriminaci n femenina. Cualquier propuesta antidiscriminatoria, entendida como el conjunto de programas y soluciones normativas, jur dicas, educativas y comunicativas destinadas a subsanar las desigualdades existentes entre hombres y mujeres, y a prevenir su aparici n en el futuro, debe comenzar explicando el marco desde el cual se piensa el "problema" de las mujeres.

5 Esto supone desarrollar una visi n sobre los problemas de la relaci n hombre/mujer con una perspectiva de g nero capaz de distinguir correctamente el origen cultural de muchos de stos, y plantear alternativas sociales como la educaci n para su resoluci n. Cuando se aborda el sexismo, o la discriminaci n basada en el sexo, se enfrentan situaciones de negaci n o de ceguera, que no aparecen en otros tipos de discriminaci n. Por ejemplo, el racismo dentro del mundo laboral aparece como una muy evidente discriminaci n, ya que resulta absurdo tomar en cuenta el color de la piel para el desempe o de un trabajo.

6 En cambio, en relaci n a las mujeres, hay presunciones culturales con gran arraigo hist rico sobre su "debilidad 1 Tomado de La Tarea, Revista de Educaci n y Cultura de la Secci n 47 del SNTE. No. 8. Enero- marzo 1996. f sica", su "vulnerabilidad" durante el embarazo o su "papel especial e insustituible" para cierto modelo de familia. Seg n estas concepciones, est plenamente "justificado" el "proteger" a las mujeres, aunque ese trato encubra una real discriminaci n. La estructura de la propia sociedad est fundada en estas presunciones que, con el tiempo, han mostrado su car cter de prejuicios.

7 Estos prejuicios convierten ciertos trabajos en "nichos", dentro de los cuales las mujeres se encuentran supuestamente "protegidas", y verdaderamente atrapadas, con salarios m s bajos que los masculinos y pocas posibilidades de promoci n. De ah la importancia de comprender que la discriminaci n de las mujeres se produce de manera individual y colectiva, deliberada e inconsciente pues est tejida en las costumbres y la tradici n. El sexismo se manifiesta en ataques directos a sus intereses o a ellas mismas y en ataques indirectos, provocados por el funcionamiento del sistema social o por la aplicaci n de medidas, de apariencia neutral, que repercuten especialmente en ellas debido a que se encuentran en peores condiciones para soportar sus efectos, o porque re nen las condiciones para que se concentren en ellas los efectos perjudiciales de cierta actividad.

8 Todo esto provoca que las mujeres, a consecuencia del g nero , enfrenten situaciones que les impiden participar con plenitud en las sociedades donde viven. Una premisa de la acci n antidiscriminatoria es reconocer que la cultura introduce el sexismo, o sea, la discriminaci n en funci n del sexo mediante el g nero . Al tomar como punto de referencia la anatom a de mujeres y de hombres, con sus funciones reproductivas evidentemente distintas, cada cultura establece un conjunto de pr cticas, ideas, discursos y representaciones sociales que atribuyen caracter sticas espec ficas a mujeres y a hombres. Esta construcci n simb lica que en las ciencias sociales se denomina g nero , reglamenta y condiciona la conducta objetiva y subjetiva de las personas.

9 O sea, mediante el proceso de constituci n del g nero , la sociedad fabrica las ideas de lo que deben ser los hombres y las mujeres, de lo que se supone es "propio" de cada sexo. Por eso es que las desigualdades entre los sexos no se pueden rectificar si no se tienen en cuenta los presupuestos sociales que han impedido la igualdad, especialmente los efectos ha generado la divisi n mbito privado=femenino y mbito p blico=masculino. La prolongada situaci n de marginaci n de las mujeres, la valoraci n inferior de los trabajos femeninos, su responsabilidad del trabajo dom stico, su constante abandono del mercado de trabajo en a os esenciales del ciclo de vida, su insuficiente formaci n profesional, la introyecci n de un modelo nico de feminidad y el hecho de que, en muchos casos, ellas mismas no reconozcan su estatuto de v ctimas de la discriminaci n, todo sto requiere una perspectiva de an lisis que explique la existencia de la injusticia, su persistencia y la complicidad de las propias v ctimas en su perpetuaci n.

10 No se puede gobernar ni impulsar una buena administraci n p blica simplemente respondiendo con una normatividad jur dica que consagre la igualdad entre hombres y mujeres; se necesitan medidas pro-activas, afirmativas, que detecten y corrijan los persistentes, sutiles y ocultos factores que ponen a las mujeres en desventaja frente a los hombres, provocando que quienes las eval an y contratan tengan dudas sobre sus capacidades pol ticas o laborales. Por eso es indispensable una perspectiva de g nero . 2. G nero en espa ol. Diferencias de idioma, analog as y confusiones conceptuales. Una dificultad inicial para utilizar esta categor a es que el t rmino anglosaj n gender no se corresponde totalmente con nuestro g nero en castellano: en ingl s tiene una acepci n que apunta directamente a los sexos (sea como accidente gramatical, sea como engendrar) mientras que en castellano se refiere a la clase, especie o tipo a la que pertenecen las cosas, a un grupo taxon mico, a los art culos o mercanc as que son objeto de comercio y a la tela.


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