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La Lámpara de Diógenes. ¿Qué es la cultura?

la l mpara de Di genesBenem rita Universidad Aut noma de ISSN (Versi n impresa): 1665-1448 ISSN (Versi n en l nea): 1870-4662M XICO 2001 Angelo Altieri Megale QU ES LA CULTURA? la l mpara de Di genes, julio-diciembre,vol. 2, n mero 004 Benem rita Universidad Aut noma de Puebla Puebla, M xico pp. 15-20 Red de Revistas Cient ficas de Am rica Latina y el Caribe, Espa a y PortugalUniversidad Aut noma del Estado de M xico 15 Angelo Altieri Megale Qu es la cultura? La palabra cultura (del tema cult, perteneciente al verbo latino colo, colere, cultum =cultivar) significa etimol gicamente cultivo. Como palabra fundamental, ella entra encomposici n con palabras espec ficas, que determinan su sentido general; as agricultu-ra = cultivo del campo.

M⁄s tarde, en el siglo V, Marciano Capella, en su obra Las nupcias de Mercurio con la Filolog™a (donde la esposa es acompaŒada precisa-mente por las artes liberales), eliminŠ las œltimas dos, la arquitectura y la medicina, por no ser necesarias a un ser puramente espiritual (es decir, que no tiene cuerpo). QuedŠ, de

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1 la l mpara de Di genesBenem rita Universidad Aut noma de ISSN (Versi n impresa): 1665-1448 ISSN (Versi n en l nea): 1870-4662M XICO 2001 Angelo Altieri Megale QU ES LA CULTURA? la l mpara de Di genes, julio-diciembre,vol. 2, n mero 004 Benem rita Universidad Aut noma de Puebla Puebla, M xico pp. 15-20 Red de Revistas Cient ficas de Am rica Latina y el Caribe, Espa a y PortugalUniversidad Aut noma del Estado de M xico 15 Angelo Altieri Megale Qu es la cultura? La palabra cultura (del tema cult, perteneciente al verbo latino colo, colere, cultum =cultivar) significa etimol gicamente cultivo. Como palabra fundamental, ella entra encomposici n con palabras espec ficas, que determinan su sentido general; as agricultu-ra = cultivo del campo.

2 Cicer n, en las Tusculanas (2, 13), emplea la expresi n culturaanimi en el sentido de educaci n espiritual ; y Horacio, en las Ep stolas (1, 1, 40. B), usala palabra con el mismo sentido, si bien no a ade t rmino especificativo alguno. Cultura,atento a su definici n verbal-etimol gica, es, pues, educaci n, formaci n, desarrollo operfeccionamiento de las facultades intelectuales y morales del hombre; y en su reflejoobjetivo, cultura es el mundo propio del hombre, en oposici n al mundo natural, queexistir a igualmente aun sin el hombre. Cultura, por tanto, no es solamente el proceso dela actividad humana, que Francisco Bacon llama metaf ricamente la ge rgica del nimo (De dignitate et augmentis scientiae, VII, 1); es tambi n el producto de tal actividad, detal formaci n, o sea, es el conjunto de maneras de pensar y de vivir, cultivadas, quesuelen designarse con el nombre de civilizaci n.

3 As entendida, cultura es un nombreadecuado para aplicarse, sensu lato, a todas las realizaciones caracter sticas de los gruposhumanos. En l est n comprendidos tanto el lenguaje, la industria, el arte, la ciencia, elderecho, el gobierno, la moral, la religi n, como los instrumentos materiales o artefactosen los que se materializan las realizaciones culturales y mediante los cuales surten efectopr ctico los aspectos intelectuales de la cultura (edificios, instrumentos, m quinas, obje-tos de arte, medios para la comunicaci n, etc tera).Pero no siempre el t rmino cultura ha tenido una extensi n tan grande; anteriormen-te, m xime en la edad cl sica, su denotaci n era mucho m s restringida. En la Greciaantigua, el t rmino correspondiente a cultura era paideya (lit.)

4 Crianza de un ni o; n, educaci n perfecta), al paso que, en la Roma de Cicer n y de Varr n, se usabala palabra humanitas (lit. naturaleza humana; met. dignidad humana, educaci n refina-da). Se entend a por educaci n perfecta o refinada la que proporcionan las buenas artes,que son propias y exclusivamente del hombre y lo diferencian de los dem s animales ( : Noches ticas, XIII, 17). Las buenas artes eran la poes a, la elocuencia, la filosof a,etc tera, a las cuales se reconoc a un valor esencial para la formaci n del hombre verda-dero, del hombre en su genuina y perfecta naturaleza, o sea, del hombre concebido comopura mente, como puro esp ritu. A partir del siglo I antes de Cristo, por obra especialmen-Profesor em rito de la BUAP16te del fil logo romano Varr n, se llam artes liberales (o sea, dignas del hombre libre; losesclavos, en Grecia, estaban excluidos de la educaci n), en contraste con las artes ma-nuales, a nueve disciplinas: gram tica, dial ctica, ret rica, aritm tica, geometr a, astro-nom a, m sica, arquitectura y medicina.

5 M s tarde, en el siglo V, Marciano Capella, en suobra Las nupcias de Mercurio con la Filolog a (donde la esposa es acompa ada precisa-mente por las artes liberales), elimin las ltimas dos, la arquitectura y la medicina, porno ser necesarias a un ser puramente espiritual (es decir, que no tiene cuerpo). Qued , deesta manera, definido el curr culum de los estudios (un trivium: gram tica, dial ctica yret rica, y un quadrivium: aritm tica, geometr a, astronom a y m sica), destinado a per-manecer inmutado por muchos siglos. S. Tom s fundaba la distinci n entre artes liberalesy artes manuales o serviles en que las primeras est n dirigidas al ejercicio de la raz n y lassegundas a los trabajos del cuerpo, que en cierto modo son serviles, porque el cuerpo est sometido al alma y el hombre es libre seg n el alma.

6 Para significar el arte manual omec nico, en griego se empleaba la palabra banaus a, que implicaba una valoraci n nega-tiva de tal actividad como algo grosero y vulgar. Ya Herodoto (Historias, II, 155 sigs.)observaba que tanto los griegos como los b rbaros conven an en considerar inferiores a losciudadanos que aprenden un oficio y, en cambio, en considerar como gente de bien a losque evitan los trabajos manuales y se dedican principalmente a la guerra. Jenofonte (Eco-n mico, IV, 203) sostiene, a su vez, que las artes mec nicas deshonran a las n, en el Gorgias (512 B), dice que hay que despreciar a los que ejercen las artesmec nicas, por m s que sean tiles. M s expl citamente Arist teles (Pol tica, III, 4, 1277sigs.) afirma que el poder se orial es propio de quien no sabe hacer cosas necesarias, perolas sabe usar mejor que sus dependientes; saberlas hacer es propio de los esclavos, esdecir, de la gente destinada a obedecer.

7 Es lamentable que el genio de Plat n y de Arist telesno haya sabido mirar hacia el futuro y haya sancionado la constituci n social de su tiempo,basada en la esclavitud: de un lado estaban los que lo pose an todo; del otro, los que noten an m s raz n de existir que la de proporcionar los bienes necesarios para la existenciade los primeros. El esclavo no pasaba de ser un instrumento animado; y todos los que sededicaban a los trabajos manuales no se diferenciaban substancialmente de los animales,porque tambi n stos (se dec a) trabajan, luchan para proporcionarse el alimento y parasatisfacer otras necesidades, porque tambi n stos son meramente soma (cuerpo) y nonous (mente pensante). Este concepto cl sico de cultura es, pues, eminentemente aristo-cr tico: no todos pueden acceder a ella, sino solamente los mejor dotados.

8 Por otro lado,es naturalista, ya que excluye toda actividad ultra-mundana, o sea, que no est dirigida ala realizaci n del hombre en el mundo. Por fin, es contemplativa, al ver en la vida te rica,enteramente dedicada a la b squeda de la m s alta sabidur a, fuera de cualquier utilidadpr ctica, el fin ltimo de la cultura. En la condena y subestimaci n del trabajo manual,m xime si tiende a la consecuci n de una ganancia, el concepto cl sico de cultura seaviene perfectamente al sentido de la palabra latina otium (descanso de las ocupacionesde los negocios, tiempo libre porque no es ocupado por los negocios), en oposici n anegotium (nec otium, a saber, ocupaci n, actividad pr ctica). El griego empleaba la pala-bra sjol con sentido similar: ocupaci n de estudios, ocio, Edad Media en parte conserv y en parte modific el concepto cl sico de cultura:conserv los caracteres aristocr tico y contemplativo, pero substituy el car cter natura-lista con el car cter religioso-trascendente: fin de la cultura es la preparaci n del hombre17para el cumplimiento de los deberes religiosos y la consecuci n de la vida filosof a adquiri una funci n eminente, pero diversa de la que hab a tenido en elmundo grecorromano.

9 Dej de ser el conjunto de las b squedas aut nomas que el hombreorganiza y disciplina de acuerdo con los instrumentos naturales que l posee, o sea, conlos sentidos y la raz n, y se convirti en auxiliar de la teolog a para la defensa y la demos-traci n, hasta donde sea posible, de las verdades reveladas (philosophia ancilla esttheologiae). Sin embargo, la cultura medieval conserv , como se dijo arriba, los caracte-res aristocr tico y contemplativo, propios del ideal cl sico. El car cter aristocr tico fueafirmado sobre todo por la filosof a rabe: solamente a unos pocos (dice Averroes) esaccesible la verdad filos fica; a los m s s lo les queda la revelaci n religiosa. El car ctercontemplativo se mantuvo en el conocimiento cient fico y filos fico y se acentu en elcontenido religioso como preparaci n y anticipaci n de la contemplaci n beat fica delalma en el reino celestial.

10 En general, el saber de la Edad Media se signific por religiosoy enciclop dico. El progreso del saber en la antig edad se hab a caracterizado por unacreciente especializaci n, producto de una cada vez m s grande autonom a de las cien-cias particulares respecto de la filosof a. Aunque sta era reconocida como la madre detodas las ciencias , jam s logr sujetarlas a sus principios y a sus m todos, porque, acausa de la norma vigente de la libre investigaci n, ninguna corriente filos fica lleg a serexclusiva por su prestigio o a gozar del apoyo oficial. Esta circunstancia, o sea, la imposi-bilidad de que un sistema filos fico se constituyera en sistema predominante y orientarala b squeda en todos los campos del saber, junto con el amor desinteresado por la verdady el contacto con la naturaleza, promovi aquel admirable florecimiento de descubri-mientos que hace de los dos ltimos cinco o cuatro siglos de la edad precristiana uno delos periodos m s luminosos de la ciencia humana.


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