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EL CONGRESO CONSTITUYENTE 1916-1917

EL CONGRESO CONSTITUYENTE DE 1916-1917 " SUMARIO: I. ANTECEDENTES. n. CONVOCATORIA AL CONGRESO CONSTITUYENTE . III. EL PROYECTO DE CARRANZA. IV. ESTADO Y RELIGI N. 1. Libertad de ense- anza. 2. Libertad religiosa. 3. Relaciones Estado Iglesia. v. LA DEWARA- CI N CONSTITUCIONAL DE LOS DERECHOS SOCIALES. VI. LA reforma AGRARIA. VII. LOS FRUTOS DEL CONSTITUYENTE . 1. Antecedentes 1. La Revoluci n Mexicana no atac las estructuras constitucionales de 1857. Antes bien, parti de ellas para criticar al r gimen de Porfirio D az por tener a la Carta fundamental como vestidura de un sistema pol tico que se hab a apartado progresivamente de las decisiones pol ticas fundamen- tales del liberalismo. El primero y m s grande antecedente de la obra cons- titucionalista de la Revoluci n Mexicana es, pues, la Constituci n de 1857.

Sección de Legislación Social que trabajó prolijamente en una serie de pro- yectos legales. Asimismo, expidió una Ley del Municipio Libre, la Ley del Divorcio, la Ley Agraria del 6 de enero de 1915, la Obrera de la misma fecha, expidió reformas al Código Civil y un decreto aboliendo las tiendas de raya. l1 11.

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  Congreso, Reforma, Congreso constituyente, Constituyente

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1 EL CONGRESO CONSTITUYENTE DE 1916-1917 " SUMARIO: I. ANTECEDENTES. n. CONVOCATORIA AL CONGRESO CONSTITUYENTE . III. EL PROYECTO DE CARRANZA. IV. ESTADO Y RELIGI N. 1. Libertad de ense- anza. 2. Libertad religiosa. 3. Relaciones Estado Iglesia. v. LA DEWARA- CI N CONSTITUCIONAL DE LOS DERECHOS SOCIALES. VI. LA reforma AGRARIA. VII. LOS FRUTOS DEL CONSTITUYENTE . 1. Antecedentes 1. La Revoluci n Mexicana no atac las estructuras constitucionales de 1857. Antes bien, parti de ellas para criticar al r gimen de Porfirio D az por tener a la Carta fundamental como vestidura de un sistema pol tico que se hab a apartado progresivamente de las decisiones pol ticas fundamen- tales del liberalismo. El primero y m s grande antecedente de la obra cons- titucionalista de la Revoluci n Mexicana es, pues, la Constituci n de 1857.

2 Se ha alianzado ya la tesis de que el proceso pol tico del pueblo mexicano, a pesar de haberse efectuado a trav s de grandes momentos, obedece a cierta l nea ideol gica que ha venido afin ndose desde la Independencia hasta la Revoluci n, pasando por la reforma . Los trazos que marc la ideolog a pol tica de la insurgencia mexicana, principalmente en la expresi n siste- m tica de Morelos, fueron perfil ndose con mayor precisi n con la generaci n constitucionalista de 1824, defini ndose dial cticamente en la lucha entre liberales y conservadores hasta 1856, y aflorando magn ficamente en la obra del CONSTITUYENTE de 1857 y de los hombres de la reforma . La Revoluci n de 1910 no emergi del vac o ideol gico, sino que representa un eslab n derivado de la formaci n pol tica del pueblo mexicano; ella enriqueci y matiz la conciencia liberal que ha guiado nuestra historia, pero se apoy en las ra ces de la experiencia de un siglo de apasionados y fecundos con- flictos.

3 Desde sus proleg menos, la Revoluci n de 1910 mostr dos cauces de pro- testa que habr an de perfilar los aspectos del r gimen institucional al que dio origen. Por una parte, la reiteraci n de los principios de la democracia liberal; por la otra, la exigencia de un cambio substancial en el orden eco- n mico social. Los grandes documentos pol ticos producidos en la primera d cada de este siglo que vinieron a constituir los g rmenes de la ideologia revolucionaria, se refirieron tanto a problemas de car cter estrictamente * Publicado en la obra: Derechos del pueblo mexicano; M xico al trav s de sus Consti- tuciones, M xico, XLVI Legislatura de la C mara de Diputados, 1967, t. 11, pp. 593-620. Ir a la p gina del libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jur dica Virtual del Instituto de Investigaciones Jur dicas de la UNAM DR 1977.

4 Universidad Nacional Aut noma de M xico, Instituto de Investigaciones Jur dicas32 MIGUEL DE LA MADRID HURTADO pol tico como a cuestiones socioecon micas, apuntando la inevitable inter- dependencia de ambos rdenes. As , el programa del Partido Liberal de 1906, que constituye un notable adelanto de los puntos b sicos de las ideas de la Revoluci n, trata en su articulado, al lado de reformas pol ticas, materias tales como mejoramiento y fomento de la instrucci n, protecci n a los trabajadores, acci n del Estado en materia agraria, y modificaciones al r gimen de impuestos, para finalizar con la recomendaci n de una reforma constitucional que recogiera sus tesis. l El programa del Centro Antirreeleccionista, del 15 de junio de 1909, adem s de plantear la reforma politica, demand medidas proteccionistas de la clase trabajadora y de los ind genas, y subray la necesidad de fomentar la agricultura y la irrigaci n.

5 2 El propio Plan de San Luis de 1910. que fue el llamado definitivo a la Revoluci n, a pesar de su car cter preponderante- I mente politico, no dej de hacer alusi n a los despojos agrarios efectuados I con motivo de las leyes de bald os, y declar sujetos a revisi n los procedi- I 1 mientos respectivos. 3 Ya en plena lucha armada, los planes y programas de las distintas faccio- nes revolucionarias siguieron insistiendo en realizar paralelamente reformas pol ticas, econ micas y sociales. El Plan Pol tico Social, de marzo de 1911, al lado de sus pretensiones politicas -voto directo, no reelecci n, reorgani- zaci n municipal-, pugnaba por la protecci n de los trabajadores, la resti- tuci n de tierras usurpadas, y la abolici n de El Plan de Texcoco (1911), el de Ayala (1911 y el de Santa Rosa (1912), demandaron en rgicamente la reforma agraria, pidiendo la restituci n de tierras usur- padas, la expropiaci n de los latifundios, la dotaci n de ejidos, y medidas de fomento al sector rural.)

6 6 Fue pues un hecho que las demandas de la Revoluci n, a la vez que reafir- maban los principios pol ticos del liberalismo -democracia, derechos del hombre, divisi n de poderes, sistema representativo, rCgimen federal y sepa- raci n de Estado e Iglesia-, subrayaron la necesidad de una acci n pol tica decisiva para transformar el orden social y econ mico con el fin de hacer viables aquellos. 2. La idea de convocar a un CONGRESO CONSTITUYENTE que incorporara a nuestro r gimen jur dico pol tico las ideas de la Revoluci n surgi del mcl 1 Cfr. Planes politicos y otros documentos; prblogo de Manuel Gonz lez Ramirez, M xico, FCE, 1954, pp. 3-29. 2 Gabriel Ferrer Mendiolea, Historia del CONGRESO CONSTITUYENTE 1916-1917 , Mkxico, Bi- blioteca del Instituto Nacional de Estudios Hist6ricos de la Revolucibn Mexicana, 1957, p.

7 17. 3 Cfr. Planes politicos y otros documentos, pp. 33-46. 4 Cfr. ibidem, pp. 68-70. 6 Cfr. Ferrer Mendiolea, op. cit., p. 18. Ir a la p gina del libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jur dica Virtual del Instituto de Investigaciones Jur dicas de la UNAM DR 1977. Universidad Nacional Aut noma de M xico, Instituto de Investigaciones Jur dicasvimiento constitucionalista encabezado por Carranza. Fue el gobernador de Coahuila quien, frente al magnicidio cometido por Victoriano Huerta, decla- r la ruptura del orden constitucional y alent al pueblo a rebelarse contra el gobierno golpista. 8 El Plan de Guadalupe, que dio nacimiento al movimiento constituciona- lista, no fue un documento ideol gico, sino meramente t ctico. Declar el desconocimiento de los poderes federales, as como de los gobiernos locales que reconocieran a las autoridades usurpadoras, previ la organizaci n del ej rcito constitucionalista bajo el mando de Carranza, y estableci los pro- cedimientos destinados a restablecer el orden constitucional leg timo.

8 El Plan carrancista no recogi las inquietudes economicosociales de la Revolu- ci n por razones estrat gicas; como comenta uno de sus colaboradores m s allegados, Carranza pens que "formular un programa de reformas sociales era crear obst culos al xito pol tico y militar inmediato; era alarmar a los intereses nacionales y extranjeros creando resistencias que entorpecer an la marcha victoriosa del ej rcito constitucionalista". 7 Sin embargo, ello no significaba que el Primer Jefe del Ej rcito Consti- tucionalista careciera de prop sitos de reforma social. En el discurso que pronunci ante la primera reuni n de la Convenci n Revolucionaria, el 3 de octubre de 1914, manifest la necesidad de proceder a reformas que iban m s all de lo puramente pol tico: resoluci n del problema agrario, edifi- caci n de escuelas, mercados y casas de justicia, obligaci n de pagar el salario en efectivo, limitaci n de la jornada de trabajo, descanso dominical, reglamentaci n de accidentes de trabajo, y, en general, adopcibn de medidas tendientes al mejoramiento de la clase obrera.

9 Carranza tambih pugn en dicha ocasi n por la equidad tributaria, la reforma de los aranceles con sen- tido de protecci n industrial y la reforma bancaria, incluyendo la posibili- dad de establecer un Banco del Estado. M s tarde, y desde Veracruz, Carranza incorpor formalmente al movi- miento constitucionalista las demandas de reforma social. El 12 de diciembre de 1914, el Primer Jefe expidi el Decreto de Adiciones al Plan de Guada- lupe, declar ndolo vigente ante la situaci n de emergencia provocada por Ia escisi n de las facciones revolucionarias, pero anunciando, simult neamente, que el Primer Jefe del Ej rcito Constitucionalista y Encargado del Poder Ejecutivo expedir a y pondr a en vigor "durante la lucha, todas las leyes, disposiciones y medidas encaminadas a dar satisfacci n a las necesidades eco- n micas, sociales y pol ticas del pa s, efectuando las reformas que la opini n O Cfr.

10 "Plan de Guadalupe", en: Planes politi~os y otros documentos, cit., pp. 137-144. r F lix F. Palavicini, Historia de la Constitucidn de 1917, M xico, 1938, t. I, p. 12. 8 Palavicini, op. cit., pp. 13-14. Ir a la p gina del libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jur dica Virtual del Instituto de Investigaciones Jur dicas de la UNAM DR 1977. Universidad Nacional Aut noma de M xico, Instituto de Investigaciones Jur dicas34 MIGUEL DE LA MADRID HURTADO p blica exige como indispensables para restablecer un r gimen que garan- tice la igualdad de los mexicanos entre Concretamente, Carranza anunci leyes agrarias que favorecieran la pe- que a propiedad, disolviendo los latifundios y restituyendo a los pueblos las tierras de que hab an sido injustamente privados; leyes fiscales tendientes a establecer un sistema equitativo de impuestos a la propiedad ra z; legis- laci n para mejorar la condici n del pe n rural, del obrero, del minero y, en general, de las clases proletarias; establecimiento de la libertad municipal como instituci n constitucional; reorganizaci n del ejercito; reforma electoral.


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