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Sondas endopleurales en trauma torácico no …

OriginalNeumol Cir ToraxVol. 73 - N m. 4:229-235 Octubre-diciembre 2014 Neumol Cir Torax, Vol. 73, No. 4, Octubre-diciembre endopleurales en trauma tor cico no quir rgico. Experiencia en un centro de trauma de nivel IAlberto P rez Cant -Sacal, Demian Trueba-Lozano, Jonathan Garc a-Esqueda, Juan Carlos V zquez-Minero Hospital Central de la Cruz Roja Mexicana, Ciudad de M recibido: 07-VII-2014; aceptado: 11-XI-2014 Este art culo puede ser consultado en versi n completa en Introducci n: Un tercio de las lesiones tor cicas amerita admisi n hospitalaria, y la inserci n de una sonda endopleural es el nico procedimiento invasivo que requiere la mayor a ( > 85%). Entre de los pacientes sometidos a este procedimiento, experimenta alguna complicaci n. Material y m todos: Se trata de un estudio retrospectivo, descriptivo y observacional realizado en el Hospital Central de la Cruz Roja Mexicana, donde se revisaron los expedientes de todos los pacientes que ingresaron durante el per odo comprendido de febrero de 2007 a diciembre de 2013, con antecedente de traumatismo contuso o penetrante y cuyas lesiones ameritaron inserci n de sonda endopleural.

Sonda endopleural en trauma 230 Neumol Cir Torax, Vol. 73, No. 4, Octubre-diciembre 2014 NCT www.medigraphic.org.mx del suministro insuficiente de sangre oxigenada al ce-

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1 OriginalNeumol Cir ToraxVol. 73 - N m. 4:229-235 Octubre-diciembre 2014 Neumol Cir Torax, Vol. 73, No. 4, Octubre-diciembre endopleurales en trauma tor cico no quir rgico. Experiencia en un centro de trauma de nivel IAlberto P rez Cant -Sacal, Demian Trueba-Lozano, Jonathan Garc a-Esqueda, Juan Carlos V zquez-Minero Hospital Central de la Cruz Roja Mexicana, Ciudad de M recibido: 07-VII-2014; aceptado: 11-XI-2014 Este art culo puede ser consultado en versi n completa en Introducci n: Un tercio de las lesiones tor cicas amerita admisi n hospitalaria, y la inserci n de una sonda endopleural es el nico procedimiento invasivo que requiere la mayor a ( > 85%). Entre de los pacientes sometidos a este procedimiento, experimenta alguna complicaci n. Material y m todos: Se trata de un estudio retrospectivo, descriptivo y observacional realizado en el Hospital Central de la Cruz Roja Mexicana, donde se revisaron los expedientes de todos los pacientes que ingresaron durante el per odo comprendido de febrero de 2007 a diciembre de 2013, con antecedente de traumatismo contuso o penetrante y cuyas lesiones ameritaron inserci n de sonda endopleural.

2 Resultados: Se incluyeron 812 pacientes, de stos, 758 hombres y 54 mujeres de 18-45 a os de edad; 68 ten an antecedente de traumatismo tor cico contuso y 744 de traumatismo penetrante. La frecuencia de las lesiones que fueron consideradas como indicaci n para insertar sonda endopleural fue la siguiente: 206 neumot rax, 249 hemot rax y 357 hemoneumot rax. El tiempo promedio de permanencia de las Sondas fue de d as y se registraron 13 ( ) complicaciones, 8 neumot rax residuales que ameritaron reinserci n de la sonda y 5 hemot rax retenidos que ameritaron efectuar toracotom a para su resoluci n. Discusi n: Los traumatismos tor cicos predominaron en la poblaci n masculina con una relaci n de 14:1, la mayor a ( ) con mecanismo penetrante. La ocurrencia de complicaciones en relaci n con la cavidad pleural fue evaluada en el per odo comprendido entre la colocaci n de la sonda endopleural y la primer consulta una semana despu s de su retiro; stas se observaron nicamente en de los pacientes y s lo requirieron cirug a, implicando una reducci n de y con respecto de los estudios analizados.

3 Adem s, el tiempo promedio de permanencia de las Sondas fue de d as, es decir, menos que en la literatura consultada. Conclusiones: Nuestro proto c olo para el manejo d e so nd as end o pleurales en situacio nes de trauma ha demostrado ser una t cnica efectiva con complicaciones inherentes pr cticamente clave: Sonda endopleural, trauma tor cico, hemot rax, neumot Introduction: One third of thoracic injuries require hospitalization and the insertion of a chest drain is the only invasive procedure needed most of the times ( > 85%). Between of patients undergoing this procedure experience some complication. Material and methods: A retrospective, descriptive, observational study was conducted at the Central Hospital of the Mexican Red Cross with the review of the records of all patients admitted during the period of February 2007 to December 2013 with history of blunt or penetrating trauma and whose injuries required the insertion of a chest drain.

4 Results: 812 patients were included 758 men and 54 women , between 18-45 years old; 68 had history of blunt chest trauma and 744 of penetrating trauma . The frequency of the injuries that were considered as an indication to insert a chest drain was: 206 pneumothorax, 249 hemothorax and 357 hemopneumothorax. The average dwelling time of the drains was days and there were 13 ( ) complications recorded, 8 residual pneumothorax needing drain reinsertion and 5 retained hemotho-rax requiring thoracotomy for resolution. Discussion: Thoracic injuries predominated among males with a ratio of 14:1, most ( ) with penetrating mechanism. The occurrence of complications related to the pleural cavity was evaluated in the period between the placement of the chest drain and the fi rst consultation a week after its withdrawal; these were observed only in of patients and only them required surgery, involving a reduction of and in comparison with the studies analyzed; in addition, the average dwelling time of the probes was days, less than in the reviewed literature.

5 Conclusions: Our protocol for handling chest drains in trauma situations has proven to be an effective technique with almost no inherent words: Chest drain, chest trauma , pneumothorax, NEl t rax constituye casi la cuarta parte de la masa cor-poral; este hecho implica que con frecuencia sea sujeto de lesiones por traumas que ameriten una evaluaci n l gica y secuencial, seguida de la terap utica espec fi-ca, la cual puede implicar una cirug a ( < 20% del total, < 10% de los traumatismos contusos y 15-30% de los traumatismos penetrantes).1-3 Las lesiones que amena-zan la vida de manera inmediata, como consecuencia endopleural en traumaNeumol Cir Torax, Vol. 73, No. 4, Octubre-diciembre suministro insuficiente de sangre oxigenada al ce-rebro y otras estructuras vitales, deben de ser tratadas lo m s sencilla y r pidamente ,5En condiciones normales, la cavidad pleural man-tiene una presi n negativa con respecto de la atmos-f rica, la cual facilita la expansi n pulmonar durante la inspiraci n profunda; sin embargo, cuando existe una colecci n, se restringe la expansi n pulmonar.

6 Por esta raz n, los traumatismos tor cicos son una causa importante de mortalidad ( > 25% de las muertes rela-cionadas con trauma ).1,4-7 Alrededor de un tercio de las lesiones tor cicas amerita admisi n hospitalaria, y la inserci n de una sonda endopleural es el nico procedimiento invasivo que requiere la mayor a ( > 85%).1,3 Hip crates fue el primero en describir la descompresi n tor cica en casos de empiema; y cuando en 1891 Gotthard B lau introdujo el drenaje pleural continuo mediante succi n a trav s de una sonda, se convirti en el procedimiento de rutina para el drenaje de empiema, especialmente en pacien-tes con tuberculosis. A partir de la guerra de Corea, las Sondas endopleurales empezaron a ser utilizadas para el tratamiento de emergencia de lesiones tor de los pacientes sometidos a coloca-ci n de sonda endopleural enfrentan alguna dificultad relacionada con la inserci n ( ), la posici n inade-cuada ( ),3,5 la conexi n al sistema de drenaje tor cico, la presi n en el dispositivo de sello de agua o al momento de retirarla, las cuales pueden resultar en hemot rax coagulado, neumot rax residual o empiema; ante ello, la estancia hospitalaria de muchos pacientes nicamente depende del tiempo que permanecen con la sonda endopleural insertada.

7 Por otra parte, con demasiada frecuencia se emplean Sondas por segunda ocasi n (de manera innecesaria) como consecuencia del conocimiento err neo sobre su funci n y la t cnica para insertarlas. Los factores de riesgo que han sido identificados para el desarrollo de complicaciones como consecuencia de la inserci n de una sonda endopleural incluyen: procedimiento efectuado por personal ajeno al rea quir rgica, procedimiento efectuado fuera del rea de trauma y choque, paciente con necesidad de apoyo ventilatorio mec nico, paciente con estado de choque al ingreso en el Departamento de Urgencias y paciente con requerimiento de manejo en Unidad de Cuidados ,4,6,9-11 Cuando se eval a y proporciona tratamiento a pa-cientes con trauma tor cico es necesario reconocer que a pesar de su larga historia de uso cl nico, el rol y el manejo de las Sondas endopleurales y sus sistemas de drenaje permanecen definidos de manera incom-pleta, pues la variedad de materiales con los cuales se fabrican las Sondas , las diferencias en su dise o y el de las unidades de drenaje y la cantidad de indicaciones para su empleo contribuyen a que surjan problemas.

8 Como la elecci n de un tama o de sonda inapropiado para la colecci n que se desea drenar, la costumbre de pinzar las Sondas con el consecuente riesgo de desarrollar neumot rax a tensi n o edema pulmonar por reexpansi n, efectuar su retiro sin la analgesia apropiada y retrasar su retiro en pacientes con apoyo ventilatorio mec ,6,7,11-13A continuaci n, presentamos un revisi n de la ex-periencia en el manejo de Sondas endopleurales en trauma tor cico no quir rgico en un centro de trauma de nivel Y M TODOSSe trata de un estudio retrospectivo, descriptivo y obser-vacional que se llev a cabo en el Hospital Central de la Cruz Roja Mexicana de la Ciudad de M xico, fueron revisados todos los expedientes de los pacientes de ambos sexos, masculino y femenino, y con un rango de edad de 18 a 4 5 a os que ingresaron durante el per odo comprendido de febrero de 2007 a diciembre de 2013, con antecedente de traumatismo tor cico contuso o penetrante y cuyas lesiones diagnosticadas de manera cl nica o mediante estudios de gabinete: radiograf a de t rax (figura 1), tomograf a de t rax o eFAST (del ingl s extended Focused Abdominal Sonography for trauma o ultrasonido en trauma ampliado),14 ameritaron inser-ci n de sonda endopleural para su resoluci n.

9 Fueron excluidos los pacientes con necesidad de toracotom a de urgencia por hemot rax masivo, que no tuvieron indicaci n de colocaci n de sonda endopleural, que fueron trasladados a otro hospital antes de efectuar el 1. Radiograf a de t rax de control poscolocaci n de sonda endopleural (flecha).A P rez Cant -Sacal, et Cir Torax, Vol. 73, No. 4, Octubre-diciembre 3. Sitio de colocaci n de la sonda endopleural: infil-traci n con anest de la sonda y contar con evidencia radiogr fica de ausencia de complicaciones o que ameritaron inser-ci n de sonda endopleural como consecuencia de una toracotom a variables tomadas en cuenta para este estudio fueron sexo y edad del paciente, tipo y mecanismo de lesi n, tiempo de permanencia de la sonda, d as de es-tancia hospitalaria, controles radiogr ficos para evaluar el retiro exitoso de la sonda y complicaciones inherentes al procedimiento, tales como hemot rax coagulado, neu-mot rax residual o empiema.

10 Los datos fueron extra dos del expediente cl nico. Se realiz an lisis de variables todos los pacientes se emplearon Sondas Ar-gyle Thoracic Catheter Straight 32 Fr ( mm) x 20 (51 cm) (figura 2), las cuales fueron colocadas entre las l neas axilar anterior y media en el quinto espacio inter-costal (figuras 3 y 4), fijadas con seda 1 a la piel (figura 5) y conectadas a un sistema de drenaje tor cico de tres c maras Atrium Ocean Water Seal Chest 2002 Single Collection (figura 6) con succi n continua a 20 cmH2O. Durante el procedimiento se les administr tramadol 100 mg por v a intravenosa e infiltr en el sitio de colocaci n con lidoca na al 2% con epinefrina a una dosis de 7 mg/kg, despu s se les proporcion antibioticoterapia con ceftriaxona 1 g cada 12 horas por v a intravenosa durante el per odo de permanencia de la sonda y anal-gesia con ibuprofeno 400 mg cada ocho horas por v a enteral si estaba disponible la misma, hasta el retiro de la sonda.


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